Han pasado algunos días desde mi visita a las casacuevas de Las Minas y otros vestigios azufreros que me pillaron al paso y vuelvo a las andadas con la intención de seguir disfrutando de los tesoros paisajísticos que tenga a bien ofrecerme esta sorprendente comarca y para ello tengo pensado darme un paseo por un camino que discurre paralelo a la acequia de Salmerón con dirección a la junta de los ríos Segura y Mundo y de esta manera, plantarme a pie de campo, en los inmensos arrozales que se extienden por ambas márgenes del río Segura. Visto lo visto, atisbo que la cosa promete porque los sembrados lucen estos días de un resplandeciente color césped Bernabeu que cautiva, así que tengo la impresión de que los bonitos paisajes con que seguir alimentando este blog los tengo más que asegurados. Pero antes, me gustaría coronar el Monegrillo y nada más pintar el día, he puesto rumbo hacia Salmerón. He visto en la cartografía una pista que con orientación suroeste me deja muy cerquita del comienzo de ascensión y hacia ella sin más dilación me encamino. Fotografías tomadas antes de llegar a la pedanía de Moratalla y aspecto de la vertiente que evolucionando por el SUR (derecha de la imagen), atacaremos el tramo final por su OESTE (plano frontal de la imagen). Ya se infiere que habremos de trepar unos metros para coronar.
Dado su excelente estado, la pista la podía haber hecho en coche y ahorrarme unos kilómetros, pero ya que hoy acudo a la cita senderista en plan turista huevón del copón, que por lo menos sude una miaja la camiseta. Anda, si con lo que ya está cayendo, voy a sudar a mares por no decir a cascoporro.
Pero la primera en la frente pues tras unas sencillas trepadas para llegar arriba, una densa niebla cubre la mayor parte de los campos de arroz así que, me toca volver por aquí con mejor claridad en el horizonte porque hoy no es el día (cosa que hice semanas después), al menos, en este momento y lugar.
Por lo antedicho, me quedo algo escuajado pero no pierdo demasiado tiempo en lamentar la contrariedad, y con las debidas precauciones, emprendo el retorno con una fácil destrepada y ya en terreno más seguro, voy orientando mis pasos hacia la cara norte del volcán. Desciendo por las diferentes resaltes del pitón en que está dividido su ladera hasta alcanzar un pinar que tras atravesarlo, conecto de nuevo con la pista que me lleva a Salmerón. Ya parece que ha despejado bastante y cuando retorno a la pedanía murciana, la visión del vasto horizonte que tengo frente a mí me alucina. ¡La virgen, menudo atracón se van a dar mis pupilas; ya comienzan a picarme los ojos...!
Sierra de Los Donceles (791m), la que circunvalara Aníbal y su singular y variopinto ejército, en dirección a Los Alpes y la inconfundible cresta de La Chamorra (531m).
Campos de maíz que deben estar a punto de caramelo para ser recolectados y al fondo, recortándose sobre el horizonte, la sierra de Pajares, cuya cima se erige a 657 metros de altitud.
El mar arrocero que se extiende frente a mí es para embelesar, hipnotizar a cualquiera que sea de secano. Yo soy del noroeste murciano, y este refulgente verdor me recuerda a los antiguos campos de cereal del Campillo de Abajo y Llanos del Tornajuelo, los que se encuentran frente a la sierra de Mojantes, que vistos desde la cima de Mojantes, semejan un inmenso campo de golf. Y digo antiguos porque ahora es más frecuente ver por allí, vastos plantíos de lechugas y brócoli.
Enfocando hacia Las Minas, que desde aquí, como pronto veremos, ofrece un aspecto estupendo.
Aquí tenemos a las dos, tanto la sierra de Pajares a la izquierda como la alargada silueta de la sierra de Los Donceles a la derecha, por la que supuestamente pasó Anibal Barca unos cientos de años antes de cristo durante su famoso viaje a través de los Pirineos y los Alpes con dirección a Roma.
A lo lejos se distinguen los últimos vestigios en pie de la antigua explotación minera.
Las Minas y sus casas de arriba, que ahora sabemos las habitaban los ricos o los de mejor posición social de entre todo el gremio minero. ¡La de cosas que hemos aprendido de esta histórica comarca...! Por la mañana a la mina y por la tarde a trabajar en los campos de arroz, labrando, abonando, escardando o recolectando cuando en octubre comenzaba la siega.
También se puede distinguir la fachada más al sur, la que da al río Segura, de ese característico bloque de pisos que construyó Franco en los años cincuenta del pasado siglo.
Curiosa pintada reivindicativa con la que estoy muy de acuerdo. ¡QUE VIVAN...!
El volcán Monagrillo, de cuya cima hemos bajado hace un rato.
Los sembrados deben estar casi siempre sumergidos bajo un jeme (palmo) de agua. También he aprendido aspectos muy interesantes sobre la siembra del arroz en esta comarca con D.O Calasparra que en el capítulo siguiente trataremos.
Precioso paisaje el que nos ofrece la campiña arrocera de Moratalla, porque estos sembrados pertenecen a Salmerón.
Una mansión de estilo colonial que existe en Salmerón
Extensos campos de panizo a punto de ser recolectados en Salmerón. Por lo que he visto en varios vídeos que me he echado al coleto, se suele practicar la rotación de cultivos y esta se remonta a la antigüedad, a los orígenes de la agricultura, cuando, después de una cosecha, ya se hacían cultivos mejorantes para incorporarlos al suelo antes del cultivo siguiente. Los sistemas evolucionaron con la introducción de nuevos cultivos. Con el perfeccionamiento de las sucesiones aparecieron las rotaciones, que permiten mantener la fertilidad del suelo sin disminuir los rendimientos. Este año se ha sembrado maíz pero puede que para el que viene se siembre otra cosa, trigo, arroz, brócoli, etc, o se deje en barbecho para que la tierra descanse.
El puente que hace de límite o frontera entre ambas comunidades. He visto en la cartografía que el límite entre ambas provincias discurre por el mismo río que hace de divisoria natural.
El río Segura de camino a Calasparra.
Ya decía por ahí detrás que el Monegrillo se nos hace omnipresente.
En un vídeo que una televisión hellinera (Canal 49) realizó en 2002 en Las Minas, titulado "Caminos de Hellín", que ya compartimos en este blog, se habla de La Casona. Averigüé su enclave y me acerqué a echarle un vistazo y constaté que las vistas que desde el inmueble se obtienen son excelentes.
De los arrozales murcianos bañados por el Segura me traladé a los manchegos bañados por las aguas del río Mundo y la mezcla de ambos, pues estamos muy cerquita de la junta de los ríos. Es un lugar precioso que atesora encanto y belleza paisajística a raudales. En la siguiente fotografía podemos ver el paraje Casa Nueva, recortado sobre el cabezo de Beor.
A mi izquierda queda el barrio de Casas cueva de la Estación
Campos de arroz que baña el río Mundo
En estos bancales, que pertenecen a Hellín, se da la circunstancia de que el arroz es inundado tanto por aguas del río Segura como de su afluente más importante, el Mundo.
Paisaje y entornos que ya conocemos de pasadas recientes entradas de este blog.
De las vistas que enamoran, a mí por lo menos.
¡Qué esplendente belleza puede surgir de la conjunción entre las actividades del hombre y la naturaleza...! Es cosa rara, desde luego, pero de vez en cuando sucede, como en este caso.
FINAL PRIMER CAPÍTULO
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