20 agosto 2024

ALPARGATAZO SUBLIME ALREDEDOR DEL CERRO PAJARES (Moratalla) III

Continuo avanzando por el camino, teniendo vistas privilegiadas hacia La Chamorra, río Segura y la cara orientada al NE del Pajares.
Jose que al cruzarse con un amigo, ha preferido darse la vuelta y seguir la ruta ciclista con él.
Sierra Seca
Sierra Seca y El Batán
Jóvenes chopos recortados entre las abruptas e inexpugnables paredes de la Sierra de Pajares
La Chamorra me mira con descaro y yo a ella, que no se diga que por muy altiva que parezca, yo me dejo amilanar, pero aunque le joda, lo que tiene enfrente se enseñorea del lugar y la eclipsa. La Chamorra sabe que contra esa magnificencia no hay tu tía ni puede rivalizar. 
Las choperas generan en su interior todo un ecosistema vivo que permite que se desarrollen y proliferen diversas y muy variadas especies animales y vegetales. Estas a su vez favorecen los ciclos naturales del entorno y por tanto ayudan a mantener el equilibrio natural del territorio.
Las plantaciones de chopo, tal como las conocemos hoy, son una innovación realizada en Europa durante el pasado siglo XX. Son cultivos forestales que producen madera de alta calidad que cubren las necesidades de madera de la industria y tienen múltiples beneficios medioambientales, para la sociedad en general y para las personas que habitan en su entorno.

España dispone de unas condiciones óptimas para la plantación de chopos en muchas zonas. Las choperas requieren para su desarrollo mucha luz, agua y terrenos aluviales. Allí donde confluyen estos tres factores el chopo progresa de un modo extraordinario. En Castilla y León, por ejemplo, el clima seco en verano y las fuertes heladas invernales impiden el desarrollo de enfermedades y plagas, convirtiendo esta zona en la más propicia para la plantación de chopos de toda España. En Castilla y León se localizan más del 60% de las choperas existentes en nuestro país.
Desde principios de los años noventa, tanto en el conjunto de Europa como en España en particular, el cultivo del chopo ha ido en aumento debido al incremento de la demanda de su madera. Su fácil desenrollo y la aplicación de modernas técnicas de cultivo han aumentado la productividad y la calidad de la madera. Hoy el chopo se explota de manera intensiva para la producción de tableros contrachapados, muy apreciados por las industrias del mueble, construcción, envases hortofrutícolas, caravanas o yates, entre otras.

Incluso los residuos menos valiosos procedentes de las choperas o de la propia industria son aprovechados. Una parte se utiliza en la industria de tableros y celulosa y otra para la producción de energía.

La cadena del chopo proporciona empleo a unos 11.000 trabajadores, todos en entornos rurales, en lo que tanto llamamos la España vaciada. La industria ligada al chopo, facturó más de 350 millones de euros en 2020, con un pequeño descenso respecto a 2019 debido a la pandemia, y consumió un millón de metros cúbicos de madera de chopo.

La industria del contrachapado es una industria puntera a nivel mundial. España es la primera fabricante de tablero contrachapado de chopo en el mundo, exportándose a lugares tan lejanos como Japón.
Casas de la Presa del Rey, paraje precioso que me acerqué a echarle un vistazo el día en que coroné la cima del Pajares. Donde me llevé el susto, ¡vaya!
Existen por aquí, entre La Chamorra y el camino, unas formaciones rocosas muy interesantes. Las echamos al zurrón de la tarjeta de memoria para que quede constancia de que también contribuyen a hermosear esta fecunda comarca fluvial, constatando asimismo, la gran cantidad de criaturas que en ellas moran y se cobijan.
Un apéndice o prolongación que le surge al cerro de La Chamorra.
Espectacular también esta otra vertiente del cerro de Pajares
La acequia que flanquea por su izquierda orográfica al río Segura.
Las acequias de por aquí con las que se inundan lo campos de arroz no son cualquier cosa. Son brazos del río en sí mismos.
A partir de aquí, llevo intención de fotografiar hasta la saciedad la zona por la que tengo pensado afrontar la cima del Pajares, para luego estudiar desde casa, si la cosa resulta viable o no.
Observando en detalle la orografía de la montaña por este flanco, yo diría que con trepadas no excesivamente complicadas, se podría llegar a la cima. Pero bueno, eso solo se puede averiguar in situ, sobre el terreno. 
Cerros pelones entre Sierra Seca y Los Donceles. 
Casa del Prado Piñero
Estos bancales descansan este año para recuperar su fuerza y fertilidad.
Estos sin embargo se hallan en pleno proceso de elaboración de su fruto.
No existe un solo ángulo en todo el contorno del Pajares que no se muestre fastuoso, vistoso, que no acapare la atención. Así resulta imposible que La Chamorra se coma una rosca. Si acaso las sobras porque el rey del lugar es el Pajares, el puto amo. 
Unos yesares rojizos, muy llamativos que hay por aquí.
Singular arquitectura que recuerda a la concha de un molusco o la cabeza de Alien, el octavo pasajero.
Y el Monegrillo porque tiene al Pajares a bastante distancia y por ello no le roba protagonismo, que si lo tuviera más cerca, lo dejaba en un simple risco. 
Ya tengo claro, por donde más o menos voy a abordar la subida al Pajares. Lo veo factible sin verme obligado a tener que asumir más riesgos de los necesarios, ahora bien, si una vez sobre el terreno, lo veo chungo, poco claro o me entran las dudas, media vuelta y ya lo intentaremos otro día. De momento, a seguir disfrutando de la caminata aunque ya los tobillos, y sobre todo las corvas, por la falta de costumbre, se van resintiendo. 
En este azud, me solacé de lo lindo. Me quedé en bolas y disfruté del baño como hacía tiempo no recordaba. El rincón es espectacular y aunque me encaramé arriba y se me pasó por la cabeza volver y echar mano de la cámara, lo vi peligroso por si me resbalaba y al sumergirla se ahogaba, que no habría sido la primera vez. Recuerdo hace algunos años, yendo con Viky, por la senda de los pescadores...¡ay, qué bonitos e inolvidables tiempos aquellos...! 
Estos instantes de paz y armonía interior tan intensos que te hacen sentir euforia y sonreír de puro gozo vivido no tienen precio. Debía tratarse de las endorfinas, producidas por la hipófisis y el hipotálamo, estimuladas por tan mágico momento surgido, liberándose a raudales en mi cerebro. La comunión con la naturaleza es lo que tiene, momentos únicos de felicidad. No existe mejor bálsamo y remedio contra la depresión que ésta.
Bueno, sigo porque aunque me sentía en el azud como en el mismísimo paraíso, ahora cuesta reanudar porque me he quedado de tan relajado completamente anquilosado. Y está cayendo una...!
Por aquí creo que ya había sobrepasado El Maeso.
Densas nubes de tipo Cumulus se ciernen sobre el volcán.
Dirigiéndome hacia las choperas que quiero capturar desde dentro.
El Monaguillo también tiene su puntico resultón y no es cuestión de menospreciarlo porque el Pajares monopolice todo el protagonismo. En la vida tiene que haber de todo, guapos, feos y del montón. 
En el siguiente capítulo cerraremos el círculo de esta excursión alrededor de la sierra de Pajares y comenzaremos nuestra aventura en pos de su cumbre, porque de momento, aquí lo dejamos.
FINAL TERCERA PARTE

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