22 marzo 2022

CUERDA DE LA SERRATA, (Almendros) V

Ya decíamos en el segundo capítulo, que el retorno al cerro del Ahorcado y vértice geodésico de la Serrata, había que tomárselo como una suerte de digresión o paréntesis al relato en imágenes de nuestra, desde ya, reanudada progresión andarina.
De manera que volvemos a la primera jornada y advertimos que esta rutica de veinte kilómetros, hechos de una sola tacada, si te pilla desprevenido, te puede dejar fundido, el chasis presto para el arrastre. El tramo de alpargatazo al regreso, con espacio de visibilidad por doquier, en que vas recibiendo plena evaluación de lo que te queda por recorrer, puede resultar demoledor, sobre todo si el panorama en derredor se te antoja invariable y monótono, algo que a mi parecer, no se produce, dado lo bucólico de estos bonitos campos. A mí, a fuer de ser sincero, aquel día me pilló un poco flojeras, llegando al coche al borde de la extremaunción, pero aún así lo disfruté a pajera, no solo porque palo que te infliges por gusto no pica (y si lo hace, te la envainas) si no porque apenas reparé en que mi depósito de combustible andaba ya en reserva desde antes de Corral Nuevo. Cuando la luz roja vino a parpadear, alcé la mirada y comprobé que tenía la tabla azul de salvación, a tan solo quinientos metros. ¡Ufff, por los pelos! Me encanta esa sensación del "ponerte a prueba", cuando menos te lo esperas. Un demostrarte a ti mismo que, "donde algo hubo, algo queda" (aunque cada vez quede menos, jajaja). Después de esta pequeña odisea, anduve varios días, penetrado de agujetas desde el pelo más largo del flequillo hasta los tobillos.
El descenso desde el cerro del Ahorcado, siguiendo el track que llevaba en el gps, me pareció muy divertido, rebosante en terreno descompuesto y escurridizo, que a cada paso amenazaba hostión al canto, posibilidad, que como había olvidado echar el bastón, parecía inminente, pero a dios gracias, me libré de pura chiripa, tras salvar por los pelos, dos o tres lances de pegarme el batacazo del siglo, lección que aprendí en mi segunda incursión, como ya habrá constatado el atento observador.
Pero no existe peligro orográfico que no pueda atemperar un bonito paisaje que se nos presente de frente.
Cada equis metros, fotico al panorama, en el precario equilibrio que permite la pendiente, y así, no hay terreno escabroso que nos pueda parecer peligroso.
El embalse del Campillo del Ahorcado, que ya hemos conocido
Habrá que volver por estos pagos, de aquí a unas semanas, cuando todos estos campos se hallen cubiertos de un espeso y lozano manto verde. Aunque después del temporal de incesantes lluvias, que llevamos padeciendo estos días, y que se prolonga ya, más de una semana (hoy es día 23 de marzo del año 22) y que no parece tener final, albergo dudas de si tanta agua no será en realidad perjudicial para la los sembrados. Elevada la pregunta al doctor Google, me dice que sí, que un exceso de humedad, puede también resultar letal para la planta. En cuanto me cruce con algún agricultor conocido, le estoy preguntando.
Antes comentaba, que el paisaje eminentemente agrario de estos campos, me resulta bello y cautivador. Pero mi verdadero as en la manga, para no reparar en exceso en la sensación de energía menguante que a veces me aflige, es que siempre voy escuchando podcast de historia y actualidad, alternando con música, vía inalámbrica, que me entretienen muchísimo y permiten matar varios pájaros de un tiro. Es una de las ventajas de caminar solo y andar a tu bola. 
No hay que ser un entendido en la materia, solo un curioso y cabal observador para discernir que ciencia y tecnología (agrotecnología) se dan cita hoy por hoy también en la moderna agricultura. Y todo ello para un mejor aprovechamiento del terreno cultivable. Pues en esas estaba, oteando aquí y allá, fijándome en los detalles, cuando reparé en estos tiernos almendros.
Observando a estos jóvenes ejemplares, simétricamente bien alineados, recuerdo la disertación magistral que sobre este particular, hace algún tiempo me ofreció un viverista de Barranda, a todas luces, muy bien informado. No en vano, le iba en ello su parné.
 
Todavía nos topamos de vez en cuando, con algún urbanita, casi siempre de la capital, que viene por aquí mostrando ciertos aires de superioridad, en la convicción de que estas comarcas agrícolas apenas han evolucionado desde el paleolítico a las Hurdes, tomando a sus lugareños por paletos que no saben hacer la O con un canuto. Tal preconcebida alucinación, construida de necedad y soberbia, se les disipa en dos días a fuerza de contraste con la realidad. Ningún habitante de la gran urbe, que habita un piso de 50 metros cuadrados, rodeado de contaminación a norre, puede comparar su calidad de vida respecto de la que gozamos nosotros. Y en cuanto a cultura y educación general se refiere, tampoco es que nos puedan dar sopas con honda a los de pueblo, porque algunos cortesanos demuestran ser más zotes que Abundio. Los burros de cuatro y dos patas de esta comarca, ya hace tiempo que se extinguieron como los dinosaurios. Puede quedar alguno, como reliquia exótica del pasado, que merecería protección como el arbusto o especie animal en vía de extinción, pero excepción hecha de este raro espécimen, el palurdo típico, tiempo hace que emigró a la gran ciudad y hoy se halla medrando en la política, como fiel exponente de una depravación en la sociedad que se extiende y no ceja.
Volviendo al joven y triunfador viverista, que ha exportado simientes y plantones de diversas especies de árboles, a medio mundo, aquel que me soltó aquella erudita conferencia a propósito del saber allozal, vino a trasladarme la idea de que existía mucha ciencia y tecnología tras el almendro. De ahí el auge de su implantación y cría en viveros. Al parecer, se pronosticaba a futuro, una gran rentabilidad comercial en su producción. Me comentaba que se habían hecho unos experimentos por aquí, en los que él había participado, con diferentes variedades de almendros, todos con pie franco. La plantación se había llevado a efecto en los primeros meses del año, entre enero y marzo. Se plantaron almendros con metodología diferente. Se trataba de averiguar, qué técnica de cultivo era la más efectiva y sobre todo, que variedad de almendra era la más productiva y por tanto, compatible con el frío clima del noroeste murciano.
 

El compost o la composta: es un producto obtenido a partir de diferentes materiales de origen orgánico,​ los cuales son sometidos a un proceso biológico controlado de oxidación denominado compostaje. Posee un aspecto terroso, libre de olores y de patógenos, es empleado como abono de fondo y como sustituto parcial o total de fertilizantes químicos.​ El término deriva del latín compositus el cual significa "poner junto" (wikipedia).

El mundo del almendro, se encuentra actualmente muy tecnificado y existe verdadera erudición entre los que se dedican a su producción. Internet, si se sabe emplear, es un joya de la que se aprende muchísimo a golpe de clip.



Respuesta de un tal Martín: Hola Marzal:Hace tiempo me hice la misma pregunta pero referente tanto a frutales como a la vid. Y tropecé con el problema de la definición de "pie franco". En principio, "pie franco", según algunos, significa "en su propio pie", y según otros, solo "desde semilla".
En este caso "desde semilla", la planta tendrá su sistema radicular característica a la planta e, incluso, la variedad. Por ejemplo, el sistema radicular de un almendrero es como un cono invertido mientras un ciruelero tiene un sistema radicular como un paraguas invertido. En una zona con mucha sequía, el almendro "pie franco" tiene mayor resistencia que uno injertado en otro patrón. Pero como el almendrero cultivado a partir de una almendra casi nunca resulta como uno quiere, se suele injertar la variedad deseada en un pie de almendrero franco. Algunos viveros también llaman esto "pie franco".
Sin embargo, para esta misma zona, sería raro cultivar un ciruelero a partir de una semilla, o usar un pie de ciruelero franco como portainjertos para la variedad de ciruelero deseada. Su sistema radicular no sería adecuada. Así se suele injertar el ciruelero en almendrero pie franco.
Otras formas de propagación de frutales suelen basarse en estacas, libres o, como en el caso de los acodos, unidas temporal o permanentamente a la planta madre. Las plantas resultantes están, naturalemente, en su propios pies, y por lo tanto pueden llamarse "pie franco". Las estacas, en un principio, reproducen fielmente la variedad de la planta madre pero, en mi experiencia, no reproducen exactamente el sistema radicular característica de la variedad. Las raices suelen ser más superficiales ya que salen de la estaca y no de una semilla. Esto puede ser una ventaja (por ejemplo, produce una planta menos vigorosa en suelos muy ricos, retardar la época de floración o producir una planta más baja y fácil de tratar y de recoger la fruta). También puede ser una desventaja en que es menos resistente a la sequía etc.
Referente a la vid en particular, no se pero no me imagino que nadie fuera de laboratorios propaga la vid por pepita. Así que todas las viñas se han propagado por estaca. Si se injertan es para dar una característica ventajosa a la parte aérea: mayor resistencia a determinadas enfermedades, un vigor determinado etc, etc. En mi zona, casi todas las vides se plantan "pie franco", enterrando un sarmiento en la tierra (no tenemos filoxera). Las ventajas: conservación de la riqueza varietal tradicional, es más económico cortar un sarmiento de una de tus vides y enterrarlo que comprar una planta en un vivero; empieza a producir bastante pronto; estás seguro de la variedad y su idoneidad a la zona. Desventajas: propagación de enfermedades, limitación a variedades disponibles.
Incluso dentro de las limitaciones en cuanto al sistema radical resultante de la propagación vegetativa (por estacas) hay variaciones importantes entre variedades. Yo tengo vides injertadas en portainjertos de otra variedad y que son mucho más vigorosas que las vides de donde proceden las púas. La razón es que la variedad en la cual he injertado tiene un sistema radicular más adaptado a mi terreno y clima seco. Otro caso: me dieron un sarmiento de una variedad que me gusta y la planté. Tardó al menos cinco años en dar fruto. El año pasado empecé a injertar púas de esta variedad en plantas de otra variedad ya establecidas. Ya dieron fruta en 2009.
Como ves, amigo Marzal, las cosas nunca son tan simples como nos gustaría. Pero sabiendo un poco de lo que hay detrás de ellas, son mucho más explicables.
Espero no haberte aburrido - ¡pero tú preguntaste!

Excepcional, el nivel intelectual de los agricultores de hoy. Pura ciencia de lo más apasionante. ¡Pero si me entran ganas de agenciarme un huerto y ponerme a hacer mis primeros pinitos, plantando cebollas, tomates y lechugas! Lo dicho, los ignorantes de hoy, se apilan en gavillas, tanto en la ciudad como en la política. Menos tú, mi querido lector, que si has llegado hasta aquí, por algo será😉.
Por ello, se apuesta también en esta comarca, por el cultivo del almendro, teniendo en cuenta los avances y conocimientos de hoy, que son muy científicos, como ya se ha podido constatar. Incluso se conocen las ventajas de su cultivo para el propio ecosistema vegetal, ya que evita el avance de la erosión y desertización, protegiendo de las avenidas, resultando también un eficaz aliado contra los incendios forestales al actuar como cortafuegos. Ahora, después de este pequeño atracón almendril, entiendo mejor el porqué unos (los antiguos, de secano) florecen antes, y otros (las nuevas, regadas a gotero), incluso semanas después. Se debe a las nuevas variedades que van surgiendo, siendo cada una de ellas más idónea en función de la climatología del lugar de que se trate, índice de pluviometría, si se puede regar con más o menos frecuencia, potencial del suelo y modus operandi en cuanto a cultivo y sistema de recolección se refiere. Toda una ciencia, como estos especialistas demuestran:
Es Federico Dicenta, jefe del Grupo de Mejora Genética de Frutales del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, quien está detrás de las nuevas variedades surgidas del almendro murciano, mediante manipulación genética, que como es de suponer, se hallan protegidas mediante derechos de autor y por tanto, sujetas al pago de un canon. Es por ello que también ha surgido en el mundo del almendro, al igual que lo llevan sufriendo otros ámbitos desde hace décadas, el fenómeno del pirateo, incurriendo en este delito contra la propiedad intelectual, quienes se dedican a su cultivo y tráfico ilegal en viveros, sin obtener la debida licencia y abonar el correspondiente pago por derechos de copyright.
El almendro tiene como principales enemigos de su desarrollo, a la oruga verde, el mosquito verde o el chinche del almendro, así como la avispilla, considerada plaga de nuevo cuño, capaz de destruir el 80% de la cosecha. La antracnosis, también es una enfermedad que le puede afectar, causándole manchas verdes aceitosas cubiertas de masas anaranjadas, que provoca la caída prematura de los frutos.
En fin, con tantas variedades distintas, surgidas en los últimos tiempos, admiro a los que saben distinguirlas. Yo, aunque soy más de campo que una mata de habas, apenas sé distinguir las flores de un almendro de las de un ciruelo, así que, difícil lo tengo para saber diferenciar entre las flores de una variedad Felipa o Antoñeta. Si acaso la Marcona o Desmayo me resultan algo más familiares, pero ahí me quedo. Para finalizar este tema, intuyo que supondrá un verdadero dilema, el decidir qué variedad de almendra plantar en un determinado lugar, dado que la que es buena para un imponderable climático, plaga, etc, no lo es tanto para otro, y así...yo infiero que tiene que producirse bastante controversia entre los expertos. Pero en lo que a nosotros concierne, esto es, tocar muchos palos pero sin profundizar en ninguno de ellos, "pa nuestro gasto", ya tenemos más que suficiente.
Sin estar muy seguro de lo que digo, y por lo leído y visto (que se note que me sirve de algún provecho) creo que a esos árboles los han injertado a una nueva variedad de almendra.
Este pantano, queda más o menos, entre el Rincón del Engarbo y el Cerro de los Chotos, mirando hacia el noroeste (NO).
Hacia la cañada del Charco, obtenemos esta verdeante vista de dilatado horizonte.
FINAL QUINTA PARTE

14 marzo 2022

CUERDA DE LA SERRATA (Cumbre de la Serrata) IV

El Corral de la Pacheca digo de la Serrata
Cada cual sabe reconocer los lugares que le gustan, sus rincones preferidos. Y en ocasiones, no existe una razón concreta para determinarlos como tal, simplemente te sientes a gusto, confortable, es "tu sitio" y punto. Me sucede en Burete, tantas veces visitada, pateada, frecuentada y tengo mis lugares favoritos donde al llegar a ellos, durante una caminata, me detengo unos minutos, para cambiar de música o relato que esté escuchando, y de paso, otear el entorno, mear, beber agua o cambiarme de camiseta si voy muy sudado, mientras huelo lo que allí "distinto" se respira. Esa "paradiña" cuasi obligada, en ese concreto lugar, forma parte de un ritual, que a fuerza de repetición, se ha convertido en costumbre. Si me pillara más cerca (media hora más o menos) de casa la Serrata, la patearía con alguna frecuencia, porque su orografía y paisaje en derredor me encantan. Mi rincón preferido para hacer un descansillo, para darme un respiro sería sin duda, el Cerro del Ahorcado. Todos estos bonitos llanos del Campillo, los tengo yo que ver por entero, cubiertos de nieve, es una promesa, una declaración de intenciones que me hago, porque he quedado prendado. He indagado en Internet, por tratar de descubrir mediante referencia de algún lugareño ilustrado, de dónde le viene el nombre, y no he encontrada nada, salvo que con el mismo topónimo, existen en España, como en el mundo de habla hispana, allende los mares, tropecientos mil lugares con idéntica denominación.
No hay que ser muy perspicaz para suponer su origen. Alguien que no le encontraría ya, demasiado sentido a su vida, y decidió echar por la calle de en medio, eligiendo para tal menester, este concreto lugar. Seguro estoy que de haberse hallado imbuido de belleza, otro rincón más acorde a sus funestos propósitos, hubiese sido el elegido. O incluso, de haber sabido reconocerla, la belleza de la vida digo, se hubiese sentido disuadido de abrazar tan nefasto desenlace final. Al hilo de este fleco que me surge, refiero que no hace mucho que escogió este camino sin retorno, el hijo (31 años) de unos amigos, y es que las cifras actuales de suicidios en España, causan verdadero pavor ya que van en aumento y la sitúan como la primera causa de muerte externa, es decir, que no es provocada por una enfermedad física. En 2020 se produjeron 3.941 fallecimientos por esta causa, un 7,4% más que en 2019, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Y según este artículo, y muchos otros que se pueden ver en la red, me encuentro en población de riesgo, ya que al parecer, la mayor tasa de suicidios en España, se produce entre los 50 y 59 años. ¡La virgen!, nunca se puede decir que de este agua no he de beber, porque como decía Marisol, la vida es una tómbola, no de luces y color sino de luces y sombras, que da muchas vueltas y hoy te encuentras bien, pero mañana, quién sabe, tiene lugar un fatídico suceso, que da por completo la vuelta a la tortilla y te tienes que replantear toda tu vida ulterior. Por ello, seamos consecuentes con el carácter efímero de la existencia, y mientras el cuerpo aguante, es preciso seguir disfrutando de los dones que nos proporciona la naturaleza y de paso, empaparnos de las beneficiosas endorfinas antidepresivas, que a priori, constituyen todo un seguro antisuicidios. Y después, cuando ya no se pueda y si aún seguimos vivos, ya veremos lo que hacemos.
Que esa es otra, al precio a que está llegando el combustible, que a este paso, antes de Semana Santa, se pone, si no lo rebasa, en los dos euros por litro, a ver quién es el licenciado que se puede permitir el capricho de coger el coche con alguna frecuencia para hacer rutas senderistas, por los montes vecinos de otros municipios, ya no digamos, de otras provincias.
A medida que fue avanzando la mañana, el cielo se fue encapotando, y las predicciones meteorológicas confirmando, ya que por la tarde, daba lluvia, como así finalmente aconteció.
Pero nos quedaba margen para cumplimentar nuestra intención de volver al vértice geodésico de La Serrata e inmortalizar a Yoda en tan bonito lugar, donde tuviera a sus espaldas, el tan apreciado por mí, mediodía de Mojantes.
Antes de abandonar el Cerro del Ahorcado, le tomamos unas fotos a las ordenadas y aseadas explotaciones agrarias, que junto a los tornasolados campos cerealistas, componen el bonito paisaje que se dibuja en el Campillo del Ahorcado, y todo el conjunto, bellamente decorado por algodonosas nubecillas de azúcar.
Así es la vida de todo quisque, como de la misma naturaleza, compuesta de luces y sombras.
Mojantes, también aderezada de bonitas nubes que fueron in crescendo.
Tras cruzar el Rincón del Gallego, alcanzo de nuevo el cilindro del vértice geodésico, que como ya apuntábamos, se sitúa en los 1211 metros sobre el nivel del mar de Alicante. El mezquino de Yoda, que lleva una temporada cavilando si merece la pena seguir conmigo o no, me consta que anda en conversaciones con Hulk, e igual se reúne con él, que todo podría suceder. Qué decepción, cuando uno advierte que la magia, que la complicidad ha desaparecido y la rata comienza a maquinar de qué manera efectiva puede abandonar el barco. El tiempo dirá, a ver qué derroteros toma el ingrato este. Voy a sacarlo "chulo", que diría la Yolanda Díaz, por si logro disuadirle de que tome las de Villadiego, porque reconozco que mis llegadas a los vértices, no serán lo mismo sin él. Y habla poco, lo cual es un descanso y cualidad positiva a su favor. En fin, lo echaré de menos.
Aparte de comprobar lo bonita y chula que queda la sierra de Mojantes, bellamente engalanada con esas nubes, se puede observar también, el amplio espacio que existe en derredor del vértice geodésico.
Para bajar de la Serrata, tengo dos opciones, a saber, volver sobre mis pasos o intentar realizar un descenso campo a través por Loma Banderas. Decido lo segundo, y aunque en algunos momentos puntuales, para mayor seguridad, me veo obligado a destrepar, pronto me veo inmerso en el paraje entre pinos que el mapa denomina, Rincón del Gallego, donde al poco, visualizo un gran embalse, al que me dirijo y dedico unos minutos fotográficos.
Embalse del Campillo del Ahorcado, que antes refería.
He aterrizado en un camino que al poco se bifurca y toma dos ramales, a derecha e izquierda del pantano. Nosotros seguimos por el más pegado a la sierra.
La estampa que ofrecen estos campos me parece bellísima, más propia de latitudes cántabras.
La Sierra del Carro
Con el reflejo de las nubes proyectado sobre las aguas del embalse, me recreé a tutiplén.
El Cerro del Ahorcado y Solana de la Serrata, vistos desde el camino de la Puebla de Don Fadrique-Singla, poco antes de atravesar, el barranco del Toril.
Atravesando el referido barranco. 
El coche ya lo tenemos a cinco minutos.
Y tomamos la última foto de ese día, al bonito Cerro del Ahorcado, del que he quedado, muy arregostado. Y colorín colorado, esta cuarta parte se ha terminado.
FINAL CUARTA PARTE