El pasado 21 de junio de 2023, andaba yo por la tarde remoloneando por las
redes sociales, cuando de pronto, aparecía la información de que una
impetuosa crecida del río Argos, estaba teniendo lugar, al paso por el
puente de Santa Inés, en Caravaca, hallándose este al borde del colapso. A
continuación, se reproducía un vídeo y al instante tuve conciencia de la
tromba de agua que en esos momentos se debía estar dirigiendo hacia Cehegín.
Miré la hora y apenas habían transcurrido veinte minutos desde su
publicación, porque en casa, había advertido la tormenta, una más que se
repetía a media tarde, incluso comenzaba a llover con cierta intensidad,
pero nada que hiciera columbrar lo que al parecer, ya llevaba tiempo
produciéndose por las tierras altas de Caravaca y Moratalla.
No me lo pensé dos veces, me da tiempo pillar algo, me dije; preparé los
bártulos en un santiamén y salí pitando camino del Puente de Piedra de
Cehegín.
Cuando hice acto de presencia en el referido puente, ya existía
bastante gente arremolinada por las inmediaciones, contemplando el
inusitado espectáculo que nos estaba ofreciendo la madre
naturaleza, desatada en todo su furor. Lo que hice a continuación fue ponerme a grabar la fuerza
incontenible de las aguas, discurriendo río abajo, pero al mismo tiempo,
preocupado por si esta riada ya hubiera producido daños, no solo
materiales, como parecían más que previsibles sino también humanos. De
hecho, comenzaban a escucharse sirenas de alarma, un helicóptero
sobrevolando la zona y cierta atmósfera de preocupación en el ambiente.
Afortunadamente, no hubo que lamentar víctimas personales, en ninguno de
los puntos de la región afectados por los aguaceros, granizo y crecidas
de los ríos, arroyos y ramblas, aunque sí cuantiosas pérdidas
materiales, sobre todo en los cultivos.
Los diferentes periódicos digitales describían así o de parecido
tenor los acontecimientos:
Cuando parecía que el episodio de lluvias había terminado y la Región
se despedía de la tormentosa primavera, que daba paso al calor intenso
del verano en estas latitudes, una tromba de agua sorprendió este
miércoles por la tarde a los vecinos de los municipios del Noroeste y el
Altiplano. En el primer día del verano, las precipitaciones cayeron con
fuerza, incluso en forma de granizo, especialmente en municipios como
Moratalla, Caravaca de la Cruz y Cehegín, pero también en Jumilla.
Los peores presagios de los agricultores de Barranda, Archivel y
otras pedanías caravaqueñas se cumplieron cuando el cielo se cerró.
Una tormenta de granizo destrozó la cosecha de fruta de hueso en
varias pedanías de Caravaca y en las huertas más próximas al casco
urbano. En Barranda y Archivel, la tormenta llegó poco después de las
cinco de la tarde y el granizo, que llegó a superar en tamaño a las
pelotas de golf en algunos puntos como Derramadores, arrasó las
plantaciones de albaricoque, melocotón, paraguayo, ciruela y otros
cultivos.
Las pérdidas son muy cuantiosas y, aunque habrá que esperar a
valoraciones más precisas, podría afectar a muchos millones de kilos,
ya que la recolección en algunas zonas aún no había empezado. Estas
pérdidas se unen a las sufridas por las persistentes lluvias, que
mermaron considerablemente la producción de una de las variedades de
albaricoque, búlida, que sigue siendo muy abundante en la zona.
En algunos parajes del Noroeste, como el caravaqueño de Casas de
Navarro, a 4 km de Archivel hacia el Campo de San Juan, se acumularon
55 litros en una hora.
Esteban Fernández, de Barranda, comentaba este miércoles que «esta
tormenta ha sido la puntilla; es un verdadero desastre, nuestra lucha
contra las heladas sirvió para salvar casi el 90% de la cosecha y
teníamos la esperanza de lograr una supercosecha para resarcirnos de
la anterior, que fue un desastre, pero lo que ha caído tira por tierra
todas nuestras previsiones; no ha quedado nada». Las previsiones
apuntaban a que esta temporada podrían cosecharse unos 40.000 kilos
por hectárea; mientras que el año pasado osciló entre 16.000 y 18.000
kilos.
Juan Pedro Martínez, de Frutas Caravaca, que aglutina a la mayoría de
agricultores del municipio, se mostraba también muy afectado. «Es
verdad que aquí ya se había perdido más del 80% de la cosecha por las
lluvias, pero esto ha sido un desastre; el poco búlida que se había
salvado estaba casi recolectado, pero el resto de variedades y otros
cultivos se han perdido por completo».
Las intensas lluvias transformaron el habitualmente tímido y
tranquilo río Argos en un torrente de agua que se desbordó en muchos
puntos y mostró una imagen desconocida hasta la fecha. Las lluvias
fueron tan intensas que también se inundaron calles y locales en el
interior de la ciudad de la Vera Cruz, entre ellos el centro de salud
de Caravaca, cuyos trabajadores trataban de evacuar, armados de
cepillos y mochos, los más de tres dedos de agua que cubrían salas de
espera, pasillos y consultas, llegando a poner en peligro los equipos
informáticos.
Efectivos del parque comarcal de bomberos, voluntarios de Protección Civil y agentes de la Policía Local tuvieron que atender varios avisos por inundaciones tanto en el casco urbano como en Archivel, aunque no hay constancia de que se produjeran daños personales.
Efectivos del parque comarcal de bomberos, voluntarios de Protección Civil y agentes de la Policía Local tuvieron que atender varios avisos por inundaciones tanto en el casco urbano como en Archivel, aunque no hay constancia de que se produjeran daños personales.
En Cehegín la lluvia alteró el transcurso de la tarde. De hecho,
desde el Ayuntamiento de la localidad, las autoridades advertían, a
través de las redes sociales, del peligro que suponía cruzar los
cauces de los ríos. "Debido a la crecida de agua a causa de las
lluvias torrenciales de esta tarde, ha sido necesario cortar el
tráfico en los distintos caminos que pasan sobre los cauces de los
ríos en los distintos enclaves de nuestro municipio. Se ruega mucha
precaución", alertaban a los vecinos.
Por las inmediaciones donde se ven los vehículos policiales, tuvo lugar
el rescate de tres personas que se vieron sorprendidas por la crecida
cuando se encontraban morando una caseta de campo, enclavada muy próxima
al lecho del río. Asimismo, un helicóptero sobrevolaba la zona por
si era necesaria su intervención.
Rescatadas tres personas del río Argos en Cehegín.Bomberos CEIS Caravaca, en colaboración con la Policía Local de Cehegín, la Guardia Civil y la ayuda de vecinos rescataron con éxito a tres personas que se encontraban en peligro en el cauce del río Argos, en el tramo que transcurre por el margen del casco viejo, en la zona de la Iglesia de la Soledad. Las aguas llegaban hasta el cuello de las tres personas que fueron sorprendidos por la riada, en el interior de una caseta de campo, con ocasión de la fuerte tormenta de este miércoles por la tarde. FUENTE
Después de la grave sequía que estábamos padeciendo desde el verano
pasado en que no caía una gota (de la que hemos dejado constancia en este
blog), hacia finales de mes, ¡oh aleluya!, comenzó a llover, lo que llegó como "agua de mayo" y a salvar por la campana, los cultivos de secano del
noroeste murciano. Se trataría de un continuado episodio de tormentas
vespertinas, con el que finalizaría mayo y comenzaría junio, dejando tras
de sí, lluvias bien repartidas por toda la región, que fueron muy bien
recibidas, ya que caían de forma moderada, sin causar daños, excepción
hecha de los albaricoques de Bullas para arriba que cuando debutó el
temporal, se encontraban en plena recolección. Por aquellos días de
tormentas consecutivas de principios de junio fue cuando también vivimos
el resurgir de la cascada en el Barranco del Saltador, todo un
espectáculo. Pero nos aguardaba la traca final de este temporal porque fue
el último chaparrón el que originó la súbita crecida del río Argos.
Y es que, a los ríos y ramblas, por muy raquíticos, incluso agostados
que puedan parecer, siempre hay que tenerles consideración y respetar su
espacio, porque si se lo "robas", tarde o temprano se lo cobran y con
creces.
Al parecer, la sobrecargada tormenta, localizada entre El Sabinar,
Moratalla, y Archivel, estuvo descargando lluvia a cascoporro, por
espacio de varias horas y ello fue lo que originó la trepidante crecida
del río Argos.
Vamos a detenernos en este río para conocerlo un poquito mejor, porque
si algo existe que me gusta especialmente, es escudriñar la orografía de
una zona a través del mapa. Así se entiende mucho mejor el medio por el
que te desenvuelves.
Si uno indaga en la cartografía, observa que el río se origina cerquita
de Archivel, en la confluencia entre las ramblas de las Buitreras y de
la Higuera, que a su vez han recogido las aguas más arriba procedentes
de las ramblas de Parriel, de Las Casas de Moya, del Rey, de las
Revueltas, Calderones, etcétera. El río, aguas abajo, en su camino hacia
Caravaca, se encaja y recoge por la izquierda otra rambla de gran
entidad y extensión como es la de Béjar.
Es decir, recoge las aguas de las sierras del Gavilán, de
Villafuerte, del Calar de las Buitreras, del Roblecillo de Abajo, de Los Calares, etc, a continuación pasa por
Las Oícas de Arriba y de Abajo, de Archivel, donde se encuentran
algunos molinos antiguos sobre su cauce. También surgen por aquí otras aguas que aunque no vierten al río (porque son canalizadas para riego), nacen aquí mismo, al pie de las montañas del Pinar Negro. Son Las Fuentes y Ojos de Archivel, que manan del suelo. El río recién nacido se dirige hacia las
proximidades de Caravaca, a la altura del Puente de Santa Inés, sito
entre el Tanatorio y la glorieta de la Cruz.
Después de rebasar el Barranco de los Infiernos y el viaducto de la
Vía Verde (antiguo trazado ferroviario), llega al Puente de Piedra,
bordea el casco urbano de Cehegín, atraviesa el Puente Santo y sigue
transcurriendo por una rica vega, donde predominan los cultivos de
hortalizas, verduras y frutales, y aguas abajo, lindando ya con el
término municipal de Calasparra, se remansa en el embalse del
Argos. Este fue inaugurado en 1972, con una capacidad máxima de 7,5 millones
de m.³. La presa queda en el mismo límite entre los municipios de
Calasparra y Cehegín. El río sigue su curso y después de eludir el
núcleo urbano de Calasparra por el ESTE, en el último tramo, el río
recibe la rambla de Arcos que avena la vertiente meridional de la
Sierra del Molino, entre cuyos materiales se encaja antes de
desembocar en el Segura, por las inmediaciones del Cortijo del Tío Raimundo, a 256 m. de altura. El río Argos tiene una longitud de más o menos 52 kilómetros, con
una pendiente media de 18,6%.
Durante todo su recorrido el agua es utilizada para riego, lo que
aporta feracidad a su vega, canalizándose por canales y acequias. Aparte
del mencionado embalse del Argos, también se encuentran otros embalses
de menor capacidad, entre ellos, la Hoya del Nano o la Hoya Redonda, con
la finalidad de almacenar agua para regadío.
A lo largo de su recorrido se han encontrado vestigios de pueblos ibéricos y argáricos, sin embargo, recibe su nombre de un poblado griego que se estableció hacia el año 600 a. C. en la zona que ocupa la actual Cehegín y que utilizaba este río como recurso minero, al tratarse de un río de tipo mineralizado. De este modo se encuentra integrado en la historia de la comarca del noroeste.
Aparece descrito en el segundo volumen del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz con las siguientes palabras:
ARGOS, (vulgo Chopea y tambien Moratalla): r. en la prov. de Murcia, part. jud. de Caravaca: tiene su origen en el sitio llamado las Ramblas de las Buitreras, á 1 hora escasa de la v. de Archivel, de varias fuentes que nacen en las mismas ramblas y del arroyo llamado Rambla de la Higuera: lleva su curso por ellas y por los sitios de las Hoyicas y la Chopea, aqui entra en la jurisd. de Caravaca atravesando toda su huerta por la parte del S., y cruza los térm. de Cehegin y Calasparra, uniéndose en este punto con el r. Segura. Lleva de ordinario poca agua, á veces queda seco por tomarla para regar la huerta de Caravaca, y otras cuando llueve no se puede vadear, causando en ocasiones graves daños en las tierras, tomas, estacadas y acequias. (Wikipedia)
A lo largo de su recorrido se han encontrado vestigios de pueblos ibéricos y argáricos, sin embargo, recibe su nombre de un poblado griego que se estableció hacia el año 600 a. C. en la zona que ocupa la actual Cehegín y que utilizaba este río como recurso minero, al tratarse de un río de tipo mineralizado. De este modo se encuentra integrado en la historia de la comarca del noroeste.
Aparece descrito en el segundo volumen del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz con las siguientes palabras:
ARGOS, (vulgo Chopea y tambien Moratalla): r. en la prov. de Murcia, part. jud. de Caravaca: tiene su origen en el sitio llamado las Ramblas de las Buitreras, á 1 hora escasa de la v. de Archivel, de varias fuentes que nacen en las mismas ramblas y del arroyo llamado Rambla de la Higuera: lleva su curso por ellas y por los sitios de las Hoyicas y la Chopea, aqui entra en la jurisd. de Caravaca atravesando toda su huerta por la parte del S., y cruza los térm. de Cehegin y Calasparra, uniéndose en este punto con el r. Segura. Lleva de ordinario poca agua, á veces queda seco por tomarla para regar la huerta de Caravaca, y otras cuando llueve no se puede vadear, causando en ocasiones graves daños en las tierras, tomas, estacadas y acequias. (Wikipedia)
Las crecidas
Este fenómeno hidrológico ha jalonado de catástrofes la historia de las
vegas murcianas. Las cuencas de los ríos de la Comarca no han padecido
tan graves tragedias. Sin embargo han participado plenamente en su
gestación.
Una serie de factores superpuestos explican la gran potencia de las
crecidas de nuestros ríos. En primer lugar el carácter montañoso de la
Comarca. Aún sin contar con relieves muy elevados, sus sierras presentan
laderas desnudas y de pronunciada pendiente, al tiempo que sus valles
aparecen a menudo, vigorosamente encajados y con fuerte pendiente
longitudinal. Incluso muchas superficies planas se hallan desfondadas
por numerosas ramblas y barrancos. La deforestación y la degradación de
las formaciones vegetales exponen a los suelos a una erosión intensa que
abarranca las vertientes y hace aparecer la roca desnuda. Por otro lado
los terrenos impermeables, como las margas del Trías y sobre todo las
arcillas miocénicas, afloran ampliamente en el centro, Sur y Este de la
Comarca, mientras que las dolomías y las calizas permeables quedan
reducidas al sector noroccidental o a islotes de escasa
significación.
Todo esto favorece el arroyamiento y la escorrentía tumultuosa durante
los fuertes aguaceros. Así, las ondas de crecida se transmiten
rápidamente aguas abajo, dada la pendiente media acentuada del cauce de
los tres ríos, (Moratalla, 24%; Argos, 19% y Quípar, 17%). Las
longitudes de los tres ríos y la superficie de sus cuencas son muy
semejantes. Por otro lado, su desembocadura sobre el Segura es
convergente, de modo que entre los tres cauces apenas hay más de 20 Km.
Por todo ello la onda de crecida llega veloz y simultáneamente al Segura
al pie de la Sierra del Molino.
Cualquier estación es propicia para las crecidas de estos ríos, aunque
son más frecuentes en el período frío, entre septiembre y mayo. Las
crecidas de fin de invierno y primavera se generan por las abundantes
lluvias que caen sobre unos suelos ya húmedos y unas sierras aún nevadas
(las mayores nevadas se registran en febrero). Por ello las crecidas de
febrero y marzo, que son las más frecuentes, resultan, sin embargo,
menos peligrosas. En cambio las de otoño son muy diferentes. Los suelos
están secos, las fuentes empobrecidas y la evapotranspiración es
intensa. Cabe que en poco tiempo se genere un aguacero, fruto de una
típica tormenta mediterránea, que puede precipitar sobre las vertientes,
endurecidas por la sequedad estival, considerables cantidades de
agua.
La desproporción de estas crecidas es increíble. Así tenemos que el 19 de
febrero de 1929 el río Moratalla llegó a transportar un caudal de 426,9
m.³/s, lo que significaba 554 veces el módulo. Dadas las reducidas
dimensiones de la cuenca el caudal relativo significó 1.270 I/s/Km.², es
decir el valor más elevado de toda la cuenca del Segura. Por su parte el
Argos registró su máxima crecida el 21 de junio de 1914 con un volumen de
433,7 m.³/s y un caudal relativo de 859 1/s/Km.², que le concede un
segundo lugar en el conjunto de la cuenca. El Quípar presenta crecidas más
moderadas que las anteriores, pero con coeficientes muy elevados respecto
al valor modular. La crecida más notable de las registradas se produjo el
24 de abril de 1946, con un caudal de 318 m.³/s, que sobrepasaba en 850
veces el módulo, significando 469,8 1/s/Km.² de caudal relativo.
Por su lado los estiajes son muy acusados en el conjunto comarcal:
claramente más notables cuanto más al Sur nos situemos, de modo que el
Moratalla rara vez queda totalmente seco, puesto que la cabecera colectora
y las resurgencias del territorio calizo por el que discurre, alimentan el
río en verano.
En el Argos los estiajes son más acusados, con coeficientes de 0,22 y
0,33 de media en julio y agosto, e incluso se dan años en los que
durante estos meses dejan de llevar agua. Desde luego, los estiajes más
pronunciados los presenta el río Quípar. Los coeficientes (0,01 y 0,02
para julio y agosto respectivamente) se aproximan mucho a cero. Ello
indica que, en verano, con gran frecuencia el río deja de llevar agua,
transformándolo en una auténtica rambla.
Texto que explica la naturaleza de las crecidas de "nuestros ríos",
extraído de la interesante y añosa obra, publicada en 1984: "El Noroeste Murciano. El hombre y
sus Tierras", del autor Jose Luís González Ortiz.
Fotos tomadas por las inmediaciones de Molino Chico y la Acequia del
Campico.
El Puente de Piedra, cuya construcción costó un potosí, que ya forma parte intrínseca del paisaje ceheginero. En el año 1862, una riada se llevó su cimentación que tenía 2,30 metros de profundidad, lo que complicó, encareció y demoró la conclusión de obra durante más tiempo del inicialmente previsto.
El puente constituyó en su día un punto de inflexión en el histórico de construcciones civiles en Cehegín porque entre otras razones, facilitó
sobremanera la comunicación del pueblo con el resto de la región. Por entonces, existían dos vías para trasladarse a la vecina ciudad de Caravaca que se utilizaban con asiduidad dependiendo el medio de transporte empleado. Una de ellas era un camino que discurría pegado al río Argos, que se inhabilitaba con frecuencia, sobre todo en primavera, debido a las crecidas y el barro. La otra opción era coger la antigua carretera C-415, (Ciudad Real-Alcantarilla), todavía en uso y muy concurrida, denominada hoy, RM-517. He aquí el mapa histórico de hace unas décadas:
La antigua carretera C-415 pertenecía a la red de carreteras comarcales del Ministerio de Fomento. Su nombre está formado por: C, que indica que era una carretera comarcal de nivel estatal; y el 415 es el número que recibe según el orden de nomenclaturas de las carreteras comarcales, según donde comiencen, su distancia a Madrid y si son radiales o transversal respecto a la capital.
La C-415 iniciaba su recorrido en Ciudad Real en dirección Valdepeñas, tras atravesar Valdepeñas se dirigía hacia las poblaciones de Villanueva de los Infantes, Villahermosa y Villanueva de la Fuente, a continuación entraba en la Provincia de Albacete atravesando las poblaciones de Alcaraz, Riópar, Elche de la Sierra, Férez y Socovos. Proseguía entrando en la Región de Murcia atravesando las poblaciones de Moratalla, Caravaca de la Cruz, Cehegín, Bullas, Mula, Albudeite y finalizaba en la localidad murciana de Alcantarilla. (Wikipedia)
Buscando información, he dado con este bloguero, cuya entrada a su blog me ha resultado de lo más interesante.
Del Puente de Piedra y del Molino Chico, me trasladé al Puente Santo, el
viejo, porque existe otro de moderna construcción, en la carretera camino de
Canara y Valentín.
Observar y escuchar el discurrir y fragor de las embravecidas aguas era en verdad
hipnotizante
Torre del Pozo, una construcción del siglo XII que se utilizaba para
extraer agua del río Argos, y con ello, abastecer a la población.
Ruinas de un antiguo molino, ubicado próximo al cauce del río Argos
El viejo Puente Santo
Y aquí las imágenes de vídeo tomadas con mi cámara.
Resolución máxima, 1920 x 1080.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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