Aprovechamos el ramaje florido de los almendros para engalanar Casa Blanca.
Capturamos algunos gigantones carcamales de la especie arbórea que se nos escaparon en la anterior ocasión.
Observando la singular formación de este tronco, cuyo cuerpo adherido parecía un alien.
¡Ay la virgen si salta sobre mí!
¡A saber la de años que contemplarán a este vetusto ejemplar! Seguro que esta sabina es una sobreviviente.
Dejamos atrás Casa Blanca y enfilamos hacia Fuente la Sabina. Entretanto, vamos dejando impronta en este espacio del florido mes de marzo.
Más ejemplares que se nos escabulleron la vez anterior.
De vuelta al cortijo del Calarico, hoy la sabina de seis brazos no se nos escapa ni pegando saltos...pero vimos otras, incluso algunas encinas, que habían quedado sin chequear.
Aquí se encuentra la sabina de seis brazos conviviendo con encinas enormes e inabarcables dado el limitado angular de mi cámara.
En esta ocasión obviamos la zona donde se concentran los otros ejemplares que sí quedaron retratados y enfilamos en subida, por un carril que a veces se difumina y pierde un poco, hacia el vértice de Majal Alto. La existencia de un tendido eléctrico nos sirve de referencia para nos desviarnos demasiado de la línea recta hacia la cima que propone el track, aunque a veces, tendremos que ir eludiendo recios arbustos y espesa arboleda que nos interrumpe el paso. En este corto tramo, se salva un desnivel de aprox. 200 metros, por lo que, es sin duda, la parte más exigente de todo el recorrido. Mientras ganamos altura, se nos pone a tiro de pupila la ya familiar aldehuela, toda la cuerda de la sierra de la Umbría de la Mata y mucho más al fondo, delineándose sobre el horizonte difuso, la línea de sierras de Segura y Alcaraz, incluidas las subdivisiones serranas englobadas en ellas.
FINAL SEGUNDO CAPÍTULO
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