Antes de llegar al Cortijo de Majarazán y arriesgarnos a que personal a su cuidado nos vea y "echen los perros" por la intrusión a la propiedad privada, giramos a nuestra mano izquierda para abordar la subida hacia Calar Blanco, monte a través, cuya cresta ya estamos divisando desde hace algún tiempo.
Calar de Cagasebo, Cerro Segura, 1549m.
Majarazán, 1585m.
La finca de Majarazán se encuentra a tiro de piedra de Inazares y siempre brindó sustento a mucha gente de los caseríos y cortijos diseminados de las inmediaciones.
La ascensión hacia el vértice de Calar Blanco se hace muy llevadera porque el paisaje a nuestra espalda merece disfrute y detenerse cada dos por tres para atraparlo en la memoria de la cámara. Reconocemos relieves que ya hemos hollado, de los que desde aquí, obtenemos inmejorables panorámicas y perspectivas. Lástima de agostado que se encuentra el campo, de lo contrario, luciría el paisaje, todavía más florido y lozano.
He leído por algún sitio que esta finca de Majarazán ya solo se dedica a actividades cinegéticas, aunque las cerezas que se crían por aquí, siempre han tenido fama de gordas y muy dulces (solo comparables a las que crían los cerezos cehegineros de mi amigo Eloy).
Este creo que podría ser el Cerro de la Guarrumbre, 1506m; y al fondo la sierra de Mojantes, de esa estoy seguro.
Tartamudo, Sierra del Carro, Sierra del Pericay, etc.
Desde esta altura las cosas del mundo se resumen sencillamente en un cerco de montañas jurásicas de roca caliza y en horizontes de extensa llanura de campos de cereal, cebada, avena, centeno, y serranías para el ganado, rico en colores pardos y ámbares, con un confín brumoso que desvanece la raya fronteriza entre la tierra y el cielo; ese cielo sin contaminación lumínica y el más limpio de toda la península ibérica según la NASA; ese cielo que cobija y ampara desde siglos como una carpa azul abovedada a este pueblo que no quiere desaparecer.
Llegamos a la cumbre de Calar Blanco y se nos ofrecen panorámicas hacia todos los puntos cardinales, aunque hacia el noroeste nos encontramos una alambrada que deja al otro lado el vértice geodésico. ¡Me cachis en la mar!
Cerro de Cagasebo y Cerro Segura.
Majarazán
Cerro del Servalejo
Peña Jarota y Calar de la Sima al fondo
Servalejo y Cerro del Morrón
Enfocando hacia el Corral del Aguadero. Esta zona en época de los cerezos en flor tiene que embellecerse bastante. Una verdadera gozada recorrer estos contornos durante ese periodo, en un paseo a la ciezana por así decir. En el mapa se observan numerosos pantanos (no menos de cinco) pues debe ser esta, una comarca de abundante agua en el subsuelo, que unido a su microclima, explican el porqué del gran prestigio de sus cerezas y otros cultivos (vid).
Divisando el cercado y cilindro del vértice geodésico que en esta ocasión, no vamos a poder pisar ni tocar, ya que el franqueo de la valla "sin herramientas" requiere de un innecesario compromiso de las partes nobles. Una verdadera faena y muestra de insolidaridad por parte del dueño no habilitar siquiera una pequeña cancela para conveniencia del senderista. ¡Un atropello; no hay derecho a tamaña tropelía!
El Cerro del Servalejo
Desde aquí podemos distinguir el camino que cogimos para alcanzar la cima del cerro Servalejo, que parece continuar hacia las ruinas del cortijo homónimo, lugar de donde algunos autores afirman que era el pastor al que se le apareció la virgen de la Rogativa. Vista desde aquí, su ladera sureste se nos antoja una ascensión más corta y liviana que la realizada hace unos días por su vertiente NORTE.
Lo que queda del cortijo y su corral anexo.
Los Cerricos y Cerros Cagasebo, 1613m y Segura, 1549m.
Por debajo, Collado de los Cehegineros, 1537m; mira tú por donde...
El vértice geodésico de Calar Blanco, 1677metros.
Mirando hacia Los Odres
FINAL SEGUNDO CAPÍTULO
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