13 junio 2023

RINCONES CEHEGINEROS (CEHEGÍN PUEBLO DESDE PEÑARRUBIA) V y FINAL

Panorámicas de Cehegín
Parajes El Campico, El Seco, Cerro de la Cagueta, Cerro de la Fuente de Abad, entre otros.
Al fondo, sierras de San Miguel (izq) y Del Molino (derch), dentro del término municipal de Calasparra.
El Convento de San Esteban, Institutos Alquipir y Vega del Argos, calle San Agustín, polígono industrial Almarjal, etc. 
Calle Gran Vía y Parque Juan Carlos I. También se puede observar la estructura del que pretendía ser futuro Auditorio de Cehegín, que de momento se halla en Standby. Su construcción lleva paralizada más de una década debido a la grave crisis que en 2012 azotó la economía de todo el país. De momento, parece que el consistorio ha renunciado al primigenio proyecto para reciclarlo en centro cultural, cuando se den las circunstancias propicias y haya presupuesto.  
La cueva donde se hallan las pinturas rupestres viene a caer justo por debajo de esta captura, frente a los embalses.
Embalse de El Campico. Al fondo, Cerros de la Cagueta y La Pollera y parajes Cantalobos y El Toyo, etc.
Situado el fotógrafo frente a uno de los resaltes rocosos de Peña Rubia, con magníficas vistas hacia Cehegín y su Iglesia de la Purísima Concepción. La ermita de La Sangre de Cristo (Santo Cristo), queda por debajo de aquella y a un nivel inferior por lo que no es visible desde Peñarrubia.
Y aquí doy por concluido el capítulo final de la serie "Rincones Cehegineros", cuyo estímulo inicial fue el de aprovechar unas fotos (he mandado al ciberespacio muchas más) que tenía guardadas en diferentes carpetas de un disco duro, que de no liberar de su encierro, a buen seguro se hubieran perdido o quedado relegadas al olvido. Porque, ¿quién sabe si para alguien, hoy o mañana, pueden resultar de algún interés...? Incluso (de retorcida y maquiavélica imaginación que es uno) tampoco podemos descartar que el conflicto entre la OTAN y RUSIA se recrudezca y complique; que implique también a otros actores en la contienda, se líe parda y entonces tengamos servida la III G. Mundial. La siguiente, como vaticinaría Einstein, sería con palos y piedras. Y si eso aconteciera, ¿quién te dice a ti, escéptico visitante de este blog, que por un error involuntario, no se le pudiera escapar a Putin, Xi Jinping, Biden o Mohamed VI, un misil nuclear que fuera directamente a parar a Cehegin...? De nuestro pueblo a buen seguro no quedarían ni las raspas. Entonces estas humildes fotografías adquirirían un valor incalculable para nuestros descendientes (a los que les hubiere pillado el funesto estrago lejos del pueblo) como recuerdo indeleble del hogar que fue y que ya nunca más volvería a ser. La posibilidad parece remota, bien es cierto, pero también se nos antojaba improbable lo de la pandemia a escala mundial con pérdida de derechos y libertades y mira tú por donde, hemos permanecido dos años contra las cuerdas sufriendo todo tipo de atropellos, y quien sabe si lo que te rondaré morena. Dados los últimos tiempos tan distópicos y extraños que nos toca vivir, no se puede descartar absolutamente nada por inverosímil o absurdo que a priori pueda parecer, desde un ataque nuclear donde nos toque la china a una nueva plandemia, todavía más virulenta y mortífera que la anterior. Llámame conspiranóico o demasiado propenso a la paja mental transitoria y ojalá todo quede circunscrito a una imaginación tan calenturienta, delirante si se quiere, como la mía, pero en todo caso, aquí quedan estas tornasoladas láminas de Cehegín como evidencia apodíctica de la belleza ancestral que le viene de suyo. Por último, quiero enviarle desde aquí un cariñoso entrechocar de cuernos a la cabra de la Peña Rubia, con la que mantuve tan entrañable conversación, que me ha dicho un pajarito que entre los suyos la conocen por el alias "Rayito de Juan Cojo", no sé si porque "cojea" de algo o suele merodear por aquel barranco. Espero que si se vuelven a cruzar nuestras coordenadas, me siga deparando bonitas fotografías de su estilizada silueta así como excelsos momentos filosóficos con los que enriquecer este errático cuaderno de bitácora. Sin más de momento nos despedimos...
¡HASTA LA PRÓXIMA!

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