26 junio 2024

POR LA ESTACIÓN DE LAS MINAS Y EL CAÑÓN DE ALMADENES II

Llegando a las instalaciones para distribución del agua de riego en el desfiladero de Almadenes, el plato fuerte de la excursión.
A media altura de la fotografía, se distingue la boca de entrada al túnel que atraviesa el Pico de Hellín, en dirección Albacete. Su salida, 1100 metros más adelante se sitúa en las inmediaciones del pantano, quedando sus márgenes a la izquierda de la vía férrea. La cúspide que sobresale en la imagen y cuyo vértice coronaríamos días mas tarde a la excursión que nos ocupa, se eleva a los 509 metros de altitud, constituyendo su enclave un excelente mirador hacia el embalse de Camarillas.
Esta es la duplo acequia que a dos niveles, se suele utilizar en algunas rutas de senderismo que he visto en Wikiloc, para cruzar desde El Pico de Hellín y la vía del tren al sector del cañón de Almadenes, cruzando con tiento y pasito a pasito, por la acequia más baja, utilizando la superior para el agarre o apoyo, pero claro, con un caudal de agua discurriendo por entre ellas, bastante inferior al que yo me encontré. No lo vi factible sin asumir un riesgo que podía acarrear consecuencias inciertas para mi integridad física y equipo, de manera que, teniendo en cuenta que había visto río abajo, a unos operarios trabajar sobre una pasarela enrejada, intenté esta otra opción, volviendo sobre mis pasos, que dadas las circunstancias, hombre prevenido siempre vale por dos.
En esta situación, la imprescindible mínima adherencia brillaba por su ausencia.
La línea ferroviaria, como se atisba, discurre por encima del río, por aquí, recién salida del largo túnel.
En la pedanía de las Minas, a través de pintorescos caminos entre arrozales, pozos mineros, ruinas industriales, túneles excavados en la roca y pasarelas metálicas llegamos al monumento natural del cañón de los Almadenes. Sobre una pasarela de hormigón que une las dos paredes que forman el cañón podemos contemplar como el cauce del río Mundo durante milenios ha ido erosionando la roca calcárea y formando la garganta.
Sin duda uno de los atractivos es la arruinada pasarela de hormigón en la pared derecha que en su día conducía al personal técnico a pie de presa y que no permite avanzar más de unas decenas de metros.
A principios de siglo XX la entonces denominada Mancomunidad Hidrográfica del Segura se vio en la necesidad de construir una nueva presa que complementara a la del Talave con el fin de, además del regadío, amortiguar las ocasionales crecidas que devastaban la zona en sus numerosas ramblas.

El lugar elegido fue el cañón de los Almadenes, presumiblemente por el hecho de que la presa que habría de levantarse, al ser un lugar tan estrecho y así aprovecharse de manera natural para la contención de las aguas las sierras a ambos lados del cañón, reduciría sensiblemente los costes de una obra de tal magnitud.

Las obras fueron cubiertas y documentadas fotográficamente en numerosos medios escritos, destacándose lo estrecho de la presa e incluso afirmándose que sin duda alguna era “la más estrecha garganta de los pantanos de todo el mundo”.
Dentro de las obras de acondicionamiento lo más costoso fue desviar en tres kilómetros la línea férrea Madrid-Cartagena, ya que el tramo quedaría anegado por las aguas. Para ello hubo que realizar varios viaductos y un túnel.

El inicio de la obra fue inaugurado por el presidente de la República D. Niceto Alcalá Zamora, en Marzo de 1932 y la presa ya concluida fue inaugurada el 6 de junio de 1963 por el general Francisco Franco en tiempos de la Dictadura.
En mi modesta opinión, este paso no entraña ningún peligro, siempre y cuando, se vaya atento y lo más pegado a la pared que permita la pasarela, hasta que esta se interrumpe por su desplome y ya no se puede continuar avanzando. Como el fragor de las aguas por aquí, resulta ensordecedor, cuando se llega a la boca del cañón, es aconsejable tomarse unos minutos para serenarse, afianzar la sensación de seguridad propia y luego lo que venga, sobre todo si caminas en solitario. Si llevas una mochila grande, casi mejor, dejarla en la entrada, no fuera que te tropezara con alguna arista sobresaliente de la pared del cañón y te llevaras un susto. Por demás, es un lugar para disfrutar tanto de las sensaciones físicas como emocionales que nos depara el lugar. Coincido con lo expresado por algunos wikileros, en referencia a que es una pena que las autoridades competentes de este espectacular espacio, no hayan emprendido la iniciativa de restaurar el antiguo paso por la garganta al modo del Caminito del Rey de Málaga, que incentivarían, y de qué manera, el turismo senderista, por estos bonitos y encajonados andurriales. Aunque ahora que lo pienso, igual es un proyecto que no tiene por qué agradar a los lugareños y mucho menos a los responsables del recinto que les acarrearía no pocos problemas y quebraderos de cabeza ulteriores ante posibles accidentes que se pudieran producir. En fin, esto es escribir por escribir, que no otra cosa pretendo.
Durante nuestro avance, solo encontraremos algún que otro paso, que con extremar la precaución, nos resultará suficiente.
En este monumental entorno, una vez le has cogido gusto, ya te cuesta abandonarlo. ¡Y qué delicioso y reparador fresquito hace...!
Regresando...
En tareas de recolección de brócoli.
A aquellos operarios que se adivinan a lo lejos, que estaban trajinando sobre una pasarela metálica, erigida sobre del río Mundo, supongo que de uso exclusivo para personal autorizado de la confederación, les solicité humildemente si me permitían pasar al otro lado, a lo que accedieron sin la menor objeción. De esta manera, me salía bien la jugada y evitaba así tener que cruzar el río por el puente de la estación, ahorrándome con ello, varios kilómetros de alpargatazo. Así pues, anduve de nuevo en dirección al cañón, pero por la margen izquierda del río, por la pista que la cartografía denomina "Camino de Acarreo del Pico de Hellín" (supongo que originaria de la época dorada del esparto que coincidió con la minera), que discurre gran parte de ella, bajo la refrescante sombra de los pinos, circunstancia que tendría en cuenta en mi siguiente excursión por estos andurriales.
La vivienda que se observa a la izquierda de la imagen, formaba parte de los edificios de la estación ferroviaria de Las Minas.
Las paredes blanquinosas por las que hoy hemos pasado dos veces.
Alcanzo de nuevo la vía y la cruzo en dirección a la cima del Pico de Hellín que tras recorrerlo en ascenso, medio kilómetro, me percato en el gps que para alcanzar el vértice geodésico, aún me queda la tira que subir, que unido a la solanera que ya me estaba cayendo encima, me lo pienso mejor y decido posponerlo para ocasión más propicia, que no hay prisa, que no se lo llevan de manera que vuelvo sobre mis pasos hasta aterrizar de nuevo entre los raíles del tren. Una vez aquí, opto por este itinerario para alcanzar la estación donde tengo estacionado el coche por la vía más directa. No resulta cómodo avanzar por las traviesas aunque todo es acostumbrarse. A veces alterno y lo hago por los márgenes de la vía férrea, mientras el crac crac de la pisada se me hace algo monótono. 
Pero aún se me pone a tiro alguna que otra bonita instantánea a la que echarle el guante, que como es preceptivo, procedo a su inmediata captura.
Exuberante paraje que la cartografía denomina Vega del Mundo.
Y con esta instantánea finalizo esta primera excursión que ha discurrido fundamentalmente por el entorno de la Junta de los Ríos y el cañón de Almadenes, con alguna breve pincelada en forma de imágenes por los alrededores de la pedanía de Las Minas. Asimismo, hemos sigo testigos de algunas de las tareas y procedimientos que se llevan a cabo para el cultivo del arroz, con denominación de origen de Calasparra, el arroz Bomba, de prestigio mundial, que tan preponderante es en esta comarca como principal medio de vida de sus habitantes que todavía no son pensionistas. En nuestra próxima andanza, conoceremos algunos de los pozos y edificios en ruinas, como últimos vestigios de lo que queda de aquella época de esplendor que supuso la explotación minera en esta comarca; y algunos apuntes de historia sobre aquella irrepetible epopeya minera. Y ya puestos, también alcanzaremos el vértice geodésico del Pico de Hellín (o del túnel), desde el que obtendremos unas estupendas vistas hacia el embalse de Camarillas y otros llamativos enclaves de su alrededor. 
Y para echar el cierre definitivo, sensacionales vídeos que enlazo de Youtube, como inmejorable colofón a nuestro paseo fotográfico por entre estos hermosos parajes.
¡HASTA LA PRÓXIMA!

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