Durante uno de mis paseos me tropecé con esta llamativa planta en plena floración de la que todo desconocía. De modo que a la vuelta, ya desde casa, lo que descubrí sobre ella fue lo que sigue: Helianthus tuberosus, conocido popularmente como tupinambo, topinambur, pataca, alcachofa de Jerusalén o Girasol de Canadá, es una especie de la familia Asteraceae nativa de Norteamérica. También se cultiva extensamente por todas las zonas templadas por su tubérculo comestible que se consume como raíz alimenticia.
Esta especie fue cultivada por los amerindios mucho antes de la llegada de los europeos. El explorador francés Samuel de Champlain encontró cultivos en Cape Cod en 1605.
El nombre tupinambo, proviene de los tupinambás, indígenas del Brasil hablantes de lenguas tupí-guaraní, algunos de los cuales fueron llevados a París en 1613 en la misma época en que se difundió el cultivo de esta planta en Francia y luego en el resto de Europa.
A diferencia de la mayoría de los tubérculos, pero en común con otros miembros de la familia Asteraceae (incluida la alcachofa), los tubérculos almacenan inulina en lugar de almidón. La inulina es un carbohidrato que la cocción transforma en fructosa. Por esta razón sus tubérculos son una fuente importante de fructosa para la industria azucarera y en la elaboración de alcohol; tiene aplicaciones en bioenergética.
También se destina al consumo humano o animal; debido a su riqueza en hidratos de carbono (inulina, principalmente), los rumiantes aprovechan los tallos verdes y las hojas, aunque pueden provocarles meteorismo.
Debido a su potencial colonizador y constituir una amenaza grave para las especies autóctonas, los hábitats o los ecosistemas, esta especie ha sido incluida en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, regulado por el Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, estando prohibida en España su introducción en el medio natural, posesión, transporte, tráfico y comercio.
El tupinambo está compuesto por un 15% de proteínas, 9% de azúcares o hidratos de carbono, 4% de fibras y, escasamente, un 1% de grasas. El tubérculo de esta planta es 80% agua, por ello se recomienda en dietas destinadas a personas con reumatismo, diabetes y retención de líquidos.
En la medicina popular se creía que actuaba como un poderoso afrodisíaco y que tenía propiedades espermatogénicas.
Su cultivo es sencillo y las plantas pueden crecer solas, pero se recomienda replantar los tubérculos en suelo fértil. Es una planta de gran rusticidad, que puede desarrollarse en condiciones desfavorables de suelo y clima, aunque a costa de muy bajos rendimientos. Prefiere los climas templados, pero los tallos y los tubérculos resisten bajas temperaturas (hasta -15 °C). Para conseguir una elevada productividad la época de lluvias tiene que coincidir con el momento de la floración, en otro caso hay que aplicar riego. Los terrenos que mejor se adaptan a su cultivo son los sueltos y permeables, ya que el principal factor limitante consiste en el encharcamiento. Otro factor que condiciona el cultivo es la disponibilidad de nutrientes, aspecto en el que plantea unas exigencias bastante elevadas.
Está considerada como especie invasora en varios países europeos, entre ellos, Bélgica.
Otros nombres en español por el que se la conoce:
Aguaturma, alpetaca, bataca, bataca de caña, batata, batata de caña, castaña de tierra, macuca, marenquera, margarita grande, papa, papa de caña, papa topinambur, papa de sierra, papa real, pataca, pataca de caña, pataca de pala, patacas, patata, patata de caña, patata de palo, patata de tierra, patata tumba, patata turma, patatas de caña, peras de tierra, petacas, topinambo, tupinambo, tupinanbo, turma de agua.
También: alcachofa, alcachofa de Jerusalén, cotufa, flor de sol (me quedo con este), gigantilla, girasol batateiro, girasol de Canadá, pataca macuca, pataca pedorra, topi, topinambur, topinamburo, tupinambo, turma de tierra, marenquera.
La Flor de Sol es un cultivo de verano, que cuando empiezan las heladas se secan los tallos y las flores, y crecen los tubérculos subterráneos, que es lo comestible para los humanos. Estos son muy ricos en hidratos de carbono, pero no en forma de almidón como la patata sino en fructanos, principalmente inulina. Esta sustancia proporciona beneficios a la salud, como el aumento de bacterias beneficiosas para el intestino, y la disminución de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
A mí lo que en realidad me llamó la atención de esta planta fue la parte estética y coloración de su flor (¡amarilloooo!), así que, dejé que la cámara se recreara a placer.
¡HASTA LA PRÓXIMA AMIGOS!
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