08 marzo 2022

CUERDA DE LA SERRATA (Caseta de Vigilancia) I

Hoy abordamos una excursión muy interesante, que recorre La Serrata, partiendo de Caneja, la pedanía caravaqueña más aledaña a esta alargada sierra. Emprendemos el cometido, prevenidos, porque sabemos que será una tarea ardua, habida cuenta, no solo la distancia a franquear (sobre 20 kilómetros) sino también los constantes toboganes por los que habremos de evolucionar. Y todo ello, monte a través, por terreno agreste de espeso sotobosque que sobre todo, en alguna bajada, nos pondrá las peras a cuarto. Aunque apenas repararemos en estos pequeños inconvenientes, bien es cierto, ensimismados como andaremos en ir escudriñando el bello paisaje que compone la campiña, su infraestructura y decorados, ofrecidos hacia un lado y otro de esta bonita cuerda.
Como se aprecia en el mapa, la sierra observa casi idéntica orientación que su vecina Mojantes, de noreste a sureste (NE-SO), iniciando la cuerda en la primera estribación de Morra Pelada, alcanzando su final al otro extremo, en el llamado Cerro del Ahorcado, última elevación desde la que iniciaremos el descenso, buscando el derrotero que por terreno llano y aparentemente monótono, nos conducirá de vuelta a Caneja. En mi modesta opinión, el alpargatazo del regreso no resta un ápice de atractivo al recorrido, por cuanto serán muchos los motivos visuales (agrarios y paisajísticos), a un lado y otro del camino, que nos mantendrán entretenidos. No obstante, ya iremos viendo y comentando algunos.
La cuerda de la Serrata, vista desde su otro flanco.
Situación de Caneja respecto de La Serrata y vías adyacentes a estas.
Dejamos el coche próximo a un palomar y esta vetusta vivienda de cierto porte señorial.
Ya vamos observando que la comarca es eminentemente agraria, que utiliza los avances de la moderna agronomía para el mejor aprovechamiento y rendimiento del terreno cultivable. La belleza apacible y tornasolada que emana de los campos, será una constante durante todo el recorrido.   
Enfocando hacia la sierra de la Garra, descollando el pico del Pajarón (1596m), medalla de plata en cuanto a máxima altura del municipio de Caravaca se refiere. La de oro la ostenta Mojantes (1612m). A su izquierda, sobre el Cerro de las Fuentes pegado a Archivel, Cuerda del Húmero (1178m).
Sierra del Gavilán y del Pinar Negro
Cantera de áridos de la empresa Hormigones CAVA, que se halla en el piedemonte de la Cuerda de la Serrata, a la altura de Morra Pelada.
Nosotros la soslayaremos por su izquierda.
Corral de los Vicentes
Granja bien mimetizada y armonizada con el paisaje y Corral de la Peña, que debe ser más antiguo que incluso la misma sierra.
El Almorchón, fiel a su costumbre de acaparador del paisaje.
Hemos progresado hasta la cima de la Morra Pelada (1033m), previo a salvar una valla cinegética y ya nos encaminamos hacia el Cerro Gordo (1085m) donde se ubica la caseta de vigilancia contra incendios, que permanece operativa en los meses estivales.
Entretanto, el paisaje campestre es para enmarcar.
Corral del Ratón
Perspectiva de todas las sierras ya mencionadas, incluyendo ahora la del Buitre
Sierra de la Garra y Calar de las Buitreras
¡Qué espectáculo, la virgen...!
La caseta, bien pertrechada de elementos tecnológicos en pro de la eficaz vigilancia contra incendios.
Por aquí abundan las casas señoriales, remanentes de los antiguos predios que tan habituales fueron de esta comarca y otras similares.
Mi estimada sierra de Mojantes, donde tan buenos ratos he pasado, pateando su áspera pero bravía orografía. 
Las vistas hacia Mojantes que nos ofrece la cuerda de La Serrata, son privilegiadas.
Puntal de Bogarra (1297m) y Punta Estrecha (1447m), de la sierra de Mojantes.
Noguericas y Archivel
LOCALIZACIÓN Y LÍMITES
“Hay un monte llamado Serrata de Caneja con algunos pinos, atochas y romeros, y una fuente que sirve para el surtido del vecindario, y regar algunas tierras”. Pascual Madoz
Suponemos que la fuente a la que se refirió este autor es la del Ojico o tal vez la de La Tosquilla, ambas muy cercanas y situadas junto al cerro de La Cabezuela. Sea la que sea, cierto es que con esta referencia a la Serrata de Caneja, hoy Cuerda de la Serrata, Pascual Madoz se aventuraba a describir en 1850 los alrededores de la cortijada de Caneja, esa pedanía caravaqueña de unos 190 habitantes entonces y 142 en la actualidad. Y añadía que produce “trigo, cebada, centeno y maíz todo en corta cantidad; hay cría de ganado lanar y cabrio, y caza de liebres, conejos y perdices”. No es mucho, pero ayuda a tener unas primeras pinceladas de esta interesante Zona Especial de Conservación (ZEC) y su entorno.

Caneja es el núcleo rural más cercano a esta ZEC, ubicado en la vertiente oriental de esta baja aunque estirada montaña a escasamente 1,5 km de los límites de la ZEC en línea recta. En la misma zona, aunque algo más alejadas, están las poblaciones de Singla (3,1 km), Navares (3,5 km) y Barranda (1,7 km). Archivel es otra población de referencia, en este caso al norte a 4 km de los límites, y Tarragoya y Los Royos, al sur, a 2,8 y 6,6 km cada una. Por occidente las poblaciones de referencia más cercanas son El Moralejo y El Moral, aunque bastante más distantes que el resto: 9 y 14 km respectivamente.
Total, que si miramos con detenimiento el mapa de la Región de Murcia y buscamos algunas de las poblaciones citadas comprobaremos que la Cuerda de la Serrata es una ZEC ubicada más o menos en el centro del término municipal de Caravaca, al sur de la carretera comarcal RM-730 y de la ZEPA Sierra de Mojantes y en la transición entre los valles de los ríos Argos y Quípar y la altiplanicie montañosa del noroeste.

Cuenta esta ZEC con una superficie total de 1.128,72 has, de las cuales 123,7 son de propiedad pública y el resto privada. Dentro de sus límites está incluida la práctica totalidad de esta reducida sierra, excepto una pequeña zona en su esquina más oriental, hacia Caneja, y otra en su extremo sur, hacia el barranco del Toril y la rambla de Tarragoya, la conocida como Loma de las Banderas. Sus cotas altitudinales se mueven entre los 912 m de la zona de Talas de la Paciencia y los casi 1.211 del vértice geodésico de Serrata.
ClimaEn muchos aspectos la Cuerda de la Serrata es como la hermana pequeña de la sierra de Mojantes. Y no sólo por la altitud, que también, pues sus justo 400 metros menos ya dicen mucho, sino por las condiciones que ello crea en factores como el clima o la vegetación. Los extremos térmicos y pluviométricos que alcanza Mojantes no se dan en Serrata. De hecho, la montaña que ahora nos ocupa presenta un clima típicamente mediterráneo de verano cálido e invierno suave, con unas temperaturas medias anuales que se mueven entre 13 y 18 ºC y unas precipitaciones medias, también al año, que rara vez superan los 450 litros por metro cuadrado. Y es que la Serrata está un poco en la “frontera” entre la Murcia cálida y semiárida y la Murcia más fresca (incluso fría) y algo más húmeda.
Geología: Así es, estamos en el dominio de las rocas carbonatadas, es decir, de las que más del 50% de los minerales que la forman son ricos en carbonatos. Y en estos territorios montañosos son básicamente dos, calcita y dolomita, que a su vez forman dos habituales tipos de rocas, calizas y dolomías. Las primeras son las que más abundan; de hecho ocupan toda la vertiente sur, la zona centro (la más elevada) y gran parte de la ladera norte, prácticamente hasta el contacto con los terrenos de cultivo. En general estas calizas son ricas en fósiles, principalmente de invertebrados, ammonites y belemnites.

En la vertiente norte, coincidiendo con la cabecera del barranco del Cerrico, aparece un afloramiento de calizas y margas que se van alternando de un modo un tanto rítmico. De ahí que se les llame ritmitas margosas. Toda la zona está dedicada al cultivo de cereal y almendro. Las segundas de aquellas rocas, las dolomías, son más escasas y su presencia se circunscribe a las laderas más empinadas de la zona noroeste (la que cae hacia el Puerto de Mojantes), y las del Rincón del Engarbo y del barranco del Sacejo, sobre las vertientes oeste y norte de la Morra del Chaparral. Cuando desde cualquier punto del entorno de la Serrata mira hacia ella lo que principalmente ve son esas calizas y dolomías. A todos estos materiales se les estima una edad de entre 145 y 200 millones de años.
Sin embargo, todo el piedemonte está formado por depósitos sedimentarios más modernos típicos de las vertientes de laderas empinadas y pequeños barrancos. Se dan por casi toda la periferia de la Cuerda salvo en las inmediaciones del Puerto de Mojantes, aunque donde más desarrollo tienen estos depósitos es en la vertiente sur. Ya fuera de la ZEC allí forman amplios conos de deyección y característicos derrubios de ladera sobre los que se asientan los grandes cultivos cerealistas del Rincón del Gallego, el del Engarbo o el corral de Enmedio, para dar todos ellos paso al amplio Campillo del Ahorcado.

La Serrata tiene descritas un total de cinco fallas (fracturas del terreno con desplazamiento de las partes). Todas ellas demuestran los importantes plegamientos que dieron lugar a esta montaña.

Varias cuevas y simas son conocidas en la sierra. Entre ellas están las de la Columna, la de la Morra y la de Caneja. Esta última es una de las más exploradas, con más de 200 metros de desarrollo. Se cree que forma parte del sistema de abastecimiento de aguas a los manantiales de La Tosquilla y Caneja.

Precisamente por estas estructuras, en especial por los cabalgamientos y las fallas y por las simas que actúan de sumidero, toda la Cuerda de la Serrata está catalogada como Lugar de Interés Geológico (LIG) junto con la sierra de Mojantes.

La sierra cuenta con una cantera activa de extracción de áridos ubicada en su extremo más oriental, justo al pie de Morra Pelada y a escasos 1.200 metros de Caneja.

Por último, toda la Cuerda de la Serrata está integrada dentro del gran acuífero conocido como Revolcadores-Serrata, el más grande de todos los que integran el conocido como “gran acuífero de Caravaca”, pues alcanza una superficie de 385 km2. Precisamente sus cuatro principales manantiales se encuentran muy cerca de la ZEC “Cuerda de la Serrata” y de la ZEPA “Sierra de Mojantes”. Se trata de Las Tosquillas, Ojos de Archivel, Muralla de Archivel y Singla.
Preciosa instantánea de Mojantes y sus campos de almendros y cereal adyacentes
Una vez abandonada la caseta y desde el collado de las Oícas, observando nuestro próximo objetivo a alcanzar, la Morra del Chaparral (1188m).
Relieve: Por su reducida envergadura esta montaña invita a hacer un corto pero recreado recorrido perimetral que, además de ser una oportunidad para disfrutar y entender cómo es el paisaje de su entorno, permite conocer cómo son las formas del relieve que lo integran. Sugerimos, por ejemplo, arrancar en Caneja para, siguiendo el sentido de las agujas del reloj, adentrarse por el viejo camino de Singla a Puebla de Don Fadrique en la Cañada del Charco, atravesar el Campillo del Ahorcado y compararlo luego con la Loma de Banderas. En este primer tramo habremos comprobado como casi toda la ladera sur se percibe como una alineación noreste-suroeste formada por pequeñas colinas y cerros en general de suaves laderas con reducida cubierta vegetal arbórea y que parecen no tener más de 300 metros de altitud. Sin embargo, tirando de mapa podremos ver como las cotas más altas de esos cerros superan en muchos casos los 1.000 metros. Es el caso de Morra Pelada (1.035 m), del Cerro de Los Chotos (1.031 m), de La Lomica (1.162 m), de Los Cañarizos (1.164 m), de la Serrata (1.211 m) o del Cerro del Ahorcado (1.128 m).

Tras llegar a la carretera de la Tarragoya y girar hacia el norte el paisaje empezará a sufrir un singular cambio, el que otorga la creciente presencia de una cubierta vegetal arbórea. Pero conforme nosotros vayamos ganando en altitud los relieves de la sierra seguirán confirmando ese carácter poco agreste. Tan sólo unos acusados escarpes a la altura del Puerto de Mojantes o de mayores pendientes sobre la Morra del Chaparral (1.187) o sobre el Cerro Gordo (1.082) romperán esa pauta. Y es que en general las pendientes de la Cuerda no suelen superar el 30%. 
Aun así los procesos erosivos por escorrentía superficial natural y los asociados a acciones humanas están presentes tanto en el interior como en la periferia de la ZEC, especialmente en la vertiente sur, la más desprovista de vegetación y con mayor actividad agrícola.
Suele suceder: montaña pequeña de relieves suaves es igual a barrancos de pequeña envergadura. De hecho, dentro de la Sierra ninguno llega a tener ni siquiera la entidad de rambla, aunque las hay en los alrededores como veremos enseguida.

La red de drenaje de la Cuerda de la Serreta está formada por una serie de pequeños torrentes y barrancos que en su gran mayoría no llegan a alcanzar el km de recorrido. En la cara norte ninguno tiene continuidad hacia otras cauces, siendo el río Argos el potencial receptor de sus aguas.
La escasez de pendientes de las llanuras y cañadas que rodean esta vertiente y algunas roturaciones hacen que la exigua red de drenaje septentrional no tenga salida.

Sin embargo, la vertiente sur cuenta con torrenteras y barrancos de mayor envergadura y varios de ellos se enlazan para conectar con algunos de los cauces receptores más importantes de esta ladera. Es principalmente el barranco del Toril el que desempeña esa función en la zona del Cerro del Ahorcado consiguiendo desembocar en la rambla de Tarragoya tras atravesar la Loma de Banderas. Por el contrario, los barrancos del Engarbo y del Sacejo, ambos también con conexión con Tarragoya a mediados del siglo XX, hoy no la tienen por haber sucumbido a las roturaciones en los llanos de cultivo que atraviesan. Y un dato curioso: la Cuerda de la Serrata forma parte de la divisoria de aguas de dos subcuencas muy importantes en la comarca del Noroeste, la de los ríos Argos, al norte, y Quípar, al sur.
MEDIO BIÓTICO
Hábitats de interés comunitario
La imagen vegetal que más caracteriza esta ZEC es la de un pinar pino carrasco resultado de las repoblaciones llevadas a cabo durante la década de los 50 del siglo pasado, pero también por repoblación natural antes y después de ese momento. Este pinar tapiza gran parte de la umbría de la Cuerda, desde su base hasta cerca de las cotas más altas, en donde pasa a ser sustituido por los matorrales de altura y algunos pastizales de especies anuales.

Por el contrario, el carrascal está poco desarrollado. Se presenta casi exclusivamente en la vertiente sobre suelos profundos. En las laderas umbrías que dan hacia el puerto de Mojantes y las de la Morra del Chaparral es donde mejor presencia tienen estos bosquetes, siempre mixtos con pinar y acompañados de coscoja, enebro y lentisco. Precisamente estos carrascales son indicadores de niveles de lluvia por encima de los 350 a 400 l/m2, justo lo que se da en las zonas más elevadas o de umbría de la Cuerda de la Serrata.

Algunas laderas presentan amplias extensiones de matorral, principalmente en la vertiente sur, pero también en lo alto de algunos cerros y rincones de la sierra. Esos mismos coscojares que acompañaban a los carrascales ahora se dan en formaciones exclusivas de matorral. Domina la coscoja, pero también el espino negro, acebuche y de nuevo, enebro y lentisco. Algunas lianas como zarzaparrilla, rubia y madreselva aprovechan la protección de aquellos arbustos para evitar sucumbir en la boca de los herbívoros.
En otras ocasiones sobre estos matorrales domina el sabinar de sabina negra. En la Serrata tiene una singular importancia esta especie, pues está presente en casi toda la sierra, aunque es especialmente abundante en Cerro Gordo y en la cabecera del barranco del Sacejo, lugares de suelos muy pedregosos, pero con buenas bolsas de tierra y con el pinar más clareado incluso ausente. En la transición del monte a los cultivos de secano que le circundan aparecen algunas formaciones de matorral alto a base de leguminosas de alto o mediano porte, como retama, aliaga y albaida, junto con boja negra y siempreviva. 

Las formaciones de matorral bajo cuentan con importantes tomillares, normalmente sobre suelos pedregosos en los que se alternan tomillo blanco, romero, zamarrilla, candilera, manzanilla amarga o llantén de perro. Conforme se gana altura aumentan su presencia especies como jarilla, perdiguera, rabogato y mejorana, además del sempiterno romero. Estos tomillares son uno de los más extendidos por la sierra de Caneja. 

Sobre las fisuras de paredes rocosas agua aparecen plantas especializadas en estos ambientes. Es el caso de pequeñas y bonitas especies como espuelilla o conejitos, zamarrilla de roca, poleo de roca y uña de gato de hoja pequeña. Otras especies se atreven con las paredes extraplomadas. En el collado del Engarbo aparece la única población en esta ZEC de otra bonita planta especializada en estas paredes, los zapaticos de la Virgen. Y dentro de este hábitat están las que son capaces de instalarse sobre laderas rocosas que, sin estar verticales presentan una fuerte pendiente e incluso una cierta movilidad del terreno pedregoso. Ahí podemos encontrar zorija, té de roca y pinillo de oro.
Cuando la pendiente sobre suelos pedregosos se reduce o incluso es nula aparecen las plantas conocidas como crasas. En efecto, en la vertiente sur de la Serrata y especialmente en Cerro Gordo encontramos las uñas de gato, como esa clásica de hoja larga acaba en punta, del pampajarito o incluso de la uña de gato blanca. Pero también están presentes otras especies más frágiles, como la clavellina de monte. Entre las formaciones herbosas o pastizales a base de gramíneas y pequeñas plantas anuales, desarrollados por lo general sobre suelos secos y poco profundos tenemos los lastonares. Entonces el lastón comparte hábitat con otras gramíneas como jopillo de monte, mientras que las herbáceas como candilera, ruda y falso pinillo tapizan los llanos de algunas laderas orientadas hacia el noroeste. Otros pastizales de este tipo pero en las zonas altas presentan especies como pelo de ratón y pequeñas florecillas como pan y quesillo, la crucífera Arabis auriculata y mastuerzo de piedras, además del conocido llantén blanco. Y en las laderas más soleadas y a menudo descarnadas no pasa desapercibida otra formación básica, el espartal. También es un pastizal, pero en este caso de esa famosa gramínea conocida como esparto, a la que tantas utilidades se le ha dado a lo largo de la historia y de la que hoy a nadie pasa desapercibido su importante labor sujetando suelos con riesgo de erosión.

Los trabajos de investigación en esta zona han servido para diagnosticar que al menos 9 especies de flora están catalogadas con algún grado de amenaza y requieren de un mayor seguimiento. Se trata de carrasca, almez, sabina negra, enebro común, aladierno, cornicabra, majuelo, zapaticos de la virgen y geranio de roca.
Fauna: “¡Uno, otro, dos más, y otros dos! ¡Andá, y cinco más! Menudo grupo”. Tras esta contabilizadora frase se escondía una intensa emoción, la del que por primera vez accede a la Cuerda de la Serrata y no sale de su asombro contando en pocos minutos cerca de una treintena de buitres leonados sobrevolando nuestras cabezas. Es lo que sucede cuando en uno de nuestros recorridos exploratorios por la sierra de Caneja con la intención de mejorar nuestra documentación para escribir este libro, nos llevamos a algunos amigos grandes desconocedores de este territorio.

Pronto descubren que hasta pisando un pequeño espacio natural como éste pueden ver grandes cosas como esa bandada de buitres lanzados a la búsqueda de alimento. Con las primeras corrientes térmicas de la mañana habían alzado el vuelo desde la cercana sierra de Mojantes, una de las más importantes ZEPA del Noroeste murciano en las que la especie nidifica. Cuerda de la Serrata, Loma de Banderas y las cañadas y altiplanos que le rodean forman parte de sus zonas de campeo. Incluso desde aquí se lanzan a recorrer otros territorios más alejados, como el valle del Guadalentín e incluso la costa cartagenera.

Mas otras rapaces singulares están presentes en esta ZEC. Es el caso del azor, una rapaz eminentemente forestal con grandes habilidades para moverse por el interior de bosques densos y capturar incluso especies del tamaño de una liebre. Las poblaciones de azor se encuentran en peligro crítico en la Región de Murcia.
Con similar habilidad se desenvuelve el gavilán en la espesura. Esta rapaz diurna es de menor tamaño que el azor y basa gran parte de su dieta en pequeños y medianos pájaros y, en ocasiones, también de roedores y reptiles. Parecida dieta siguen en la Serrata otras rapaces, como la aguililla calzada, aunque en este caso tiene una especial predilección por el conejo europeo.

En esta ZEC también están presentes culebrera europea, halcón peregrino, alcotán, cernícalo vulgar y cernícalo primilla, una especie catalogada a nivel regional como “en peligro de extinción”.

Entre las rapaces nocturnas esta zona incluye desde especies tan habituales como el mochuelo europeo hasta otras tan amenazadas como el búho chico. Dentro del grupo de las aves destacan por su escasez chova piquirroja, relativamente fácil de observar en los cantiles de la umbría; pito real, más fácil de oír que de ver aunque extienda su distribución incluso a los grandes árboles de las márgenes de las carreteras; roquero solitario, una bella ave propia también de suelos rocosos despejados; piquituerto común, un habilidoso “abrepiñas”; o el grácil mito. Pero la lista es más extensa y entre otras especies la Cuerda de la Serrata es refugio de diversas currucas (carrasqueña, cabecinegra, zarcera y tomillera), de carbonero, tanto común como garrapinos, de herrerillo común y capuchino, de colirrojo tizón, collalba rubia, alcaudón real y común, buitrón, zarcero común, escribano montesino y cogujada montesina, paloma torcaz y perdiz roja.

Una mención especial le queremos dedicar al sisón común, una especie típica de las estepas cerealistas que en ocasiones recorre las zonas de frontera entre los matorrales del final de las laderas y el piedemonte ya cultivado.

Además de conejo y liebre, que ya hemos citado, en la zona se pueden observar jabalí, zorro común, gineta, erizo común y cada vez con más asiduidad cabra montés. Entre los reptiles hemos observado dentro de los límites de la ZEC o en su periferia más cercana especies como lagartija colilarga, lagartija cenicienta, lagarto ocelado, culebra de escalera, culebra bastarda y víbora hocicuda. Y entre los anfibios sapo común y sapo corredor. Final.
En plena ascensión a la Morra del Chaparral, tomando una bonita instantánea de la pista de acceso al observatorio y el Cerro Gordo.
Desde lo más alto de la morra.
Interesante panorámica donde podemos disfrutar de un "todo en uno" de la hermosa villa de Caravaca, descollando su castillo, canteras de la sierra de La Puerta, sierra del Molino, del Puerto, de la Cabeza del Asno, etc.
Llevo idea más adelante de acercarme por allí a ver de qué moderno cultivo o viveros se trata. Por simple curiosidad, pero llama la atención la disposición perfectamente simétrica del plantío.
Enfocando de nuevo hacia Mojantes
Buen momento y lugar para finalizar aquí este denso capítulo.
FINAL PRIMERA PARTE

No hay comentarios:

Publicar un comentario