Ya decíamos en el segundo capítulo, que el retorno al cerro del Ahorcado y vértice geodésico de la Serrata, había que tomárselo como una suerte de digresión o paréntesis al relato en imágenes de nuestra, desde ya, reanudada progresión andarina.
De manera que volvemos a la primera jornada y advertimos que esta rutica de
veinte kilómetros, hechos de una sola tacada, si te pilla desprevenido, te
puede dejar fundido, el chasis presto para el arrastre. El tramo
de alpargatazo al regreso, con espacio de visibilidad por
doquier, en que vas recibiendo plena evaluación de lo que te queda por
recorrer, puede resultar demoledor, sobre todo si el panorama en derredor se
te antoja invariable y monótono, algo que a mi parecer, no se produce, dado
lo bucólico de estos bonitos campos. A mí, a fuer de ser sincero,
aquel día me pilló un poco flojeras, llegando al coche al borde de la
extremaunción, pero aún así lo disfruté a pajera, no solo porque palo que te
infliges por gusto no pica (y si lo hace, te la envainas) si no porque apenas
reparé en que mi depósito de combustible andaba ya en reserva desde antes
de Corral Nuevo. Cuando la luz roja vino a parpadear, alcé la mirada y
comprobé que tenía la tabla azul de salvación, a tan solo quinientos metros. ¡Ufff,
por los pelos! Me encanta esa sensación del "ponerte a prueba", cuando menos
te lo esperas. Un demostrarte a ti mismo que, "donde algo hubo, algo queda"
(aunque cada vez quede menos, jajaja). Después de esta pequeña odisea,
anduve varios días, penetrado de agujetas desde el pelo más largo del flequillo
hasta los tobillos.
El descenso desde el cerro del Ahorcado,
siguiendo el track que llevaba en el gps, me pareció muy divertido, rebosante en terreno descompuesto y
escurridizo, que a cada paso amenazaba hostión al canto, posibilidad,
que como había olvidado echar el bastón, parecía inminente, pero a dios
gracias, me libré de pura chiripa, tras salvar por los pelos, dos o tres
lances de pegarme el batacazo del siglo, lección que aprendí en mi segunda
incursión, como ya habrá constatado el atento observador.
Pero no existe peligro orográfico que no pueda atemperar un bonito paisaje
que se nos presente de frente.
Cada equis metros, fotico al panorama, en el precario equilibrio que permite
la pendiente, y así, no hay terreno escabroso que nos pueda parecer
peligroso.
El embalse del Campillo del Ahorcado, que ya hemos conocido
Habrá que volver por estos pagos, de aquí a unas semanas, cuando todos estos
campos se hallen cubiertos de un espeso y lozano manto verde. Aunque después del temporal de incesantes lluvias, que llevamos padeciendo estos días, y que se prolonga ya, más de una semana (hoy es día 23 de marzo del año 22) y que no parece tener final, albergo dudas de si tanta agua no será en realidad perjudicial para la los sembrados. Elevada la pregunta al doctor Google, me dice que sí, que un exceso de humedad, puede también resultar letal para la planta. En cuanto me cruce con algún agricultor conocido, le estoy preguntando.
Antes comentaba, que el paisaje eminentemente agrario de estos campos, me resulta bello y cautivador. Pero mi verdadero as en la manga,
para no reparar en exceso en la sensación de energía menguante que a veces
me aflige, es que siempre voy escuchando podcast de historia y
actualidad, alternando con música, vía inalámbrica, que me entretienen
muchísimo y permiten matar varios pájaros de un tiro. Es una de
las ventajas de caminar solo y andar a tu bola.
No hay que ser un entendido en la materia, solo un curioso y cabal observador para
discernir que ciencia y tecnología (agrotecnología) se dan cita hoy por hoy también en la
moderna agricultura. Y todo ello para un mejor aprovechamiento del terreno
cultivable. Pues en esas estaba, oteando aquí y allá, fijándome en los
detalles, cuando reparé en estos tiernos almendros.
Observando a estos jóvenes ejemplares, simétricamente bien
alineados, recuerdo la disertación magistral que sobre este particular, hace
algún tiempo me ofreció un viverista de Barranda, a todas luces, muy bien
informado. No en vano, le iba en ello su parné.
Todavía nos topamos de vez en cuando, con algún urbanita, casi siempre de la
capital, que viene por aquí mostrando ciertos aires de superioridad, en la convicción de que estas
comarcas agrícolas apenas han evolucionado desde el paleolítico a las
Hurdes, tomando a sus lugareños por paletos que no
saben hacer la O con un canuto. Tal preconcebida alucinación, construida de
necedad y soberbia, se les disipa en dos días a fuerza de contraste con la
realidad. Ningún habitante de la gran urbe, que habita un piso de 50 metros
cuadrados, rodeado de contaminación a norre, puede comparar su calidad de
vida respecto de la que gozamos nosotros. Y en cuanto a cultura y educación
general se refiere, tampoco es que nos puedan dar sopas con honda a los de
pueblo, porque algunos cortesanos demuestran ser más zotes que Abundio. Los
burros de cuatro y dos patas de esta comarca, ya hace tiempo que se
extinguieron como los dinosaurios. Puede quedar alguno, como reliquia
exótica del pasado, que merecería protección como el arbusto o especie
animal en vía de extinción, pero excepción hecha de este raro espécimen, el
palurdo típico, tiempo hace que emigró a la gran ciudad y hoy se halla
medrando en la política, como fiel exponente de una depravación en la
sociedad que se extiende y no ceja.
Volviendo al joven y triunfador viverista, que ha exportado simientes y
plantones de diversas especies de árboles, a medio mundo, aquel que me soltó
aquella erudita conferencia a propósito del saber allozal, vino a
trasladarme la idea de que existía mucha ciencia y tecnología tras el
almendro. De ahí el auge de su implantación y cría en viveros. Al parecer, se
pronosticaba a futuro, una gran rentabilidad comercial en su producción. Me
comentaba que se habían hecho unos experimentos por aquí, en los que él
había participado, con diferentes variedades de almendros, todos con pie franco. La plantación se
había llevado a efecto en los primeros meses del año, entre enero y marzo.
Se plantaron almendros con metodología diferente. Se trataba de averiguar,
qué técnica de cultivo era la más efectiva y sobre todo, que variedad de
almendra era la más productiva y por tanto, compatible con el frío clima del
noroeste murciano.
El compost o la composta: es un producto obtenido a partir de diferentes materiales de origen
orgánico, los cuales son sometidos a un proceso biológico controlado de
oxidación denominado compostaje. Posee un aspecto terroso, libre de olores
y de patógenos, es empleado como abono de fondo y como sustituto parcial o
total de fertilizantes químicos. El término deriva del latín compositus
el cual significa "poner junto" (wikipedia).
El mundo del almendro, se encuentra actualmente muy tecnificado y existe
verdadera erudición entre los que se dedican a su producción. Internet, si
se sabe emplear, es un joya de la que se aprende muchísimo a golpe de clip.
Respuesta de un tal Martín: Hola Marzal:Hace tiempo me hice la misma pregunta pero referente
tanto a frutales como a la vid. Y tropecé con el problema de la
definición de "pie franco". En principio, "pie franco", según algunos,
significa "en su propio pie", y según otros, solo "desde
semilla".
En este caso "desde semilla", la planta tendrá su sistema radicular
característica a la planta e, incluso, la variedad. Por ejemplo, el
sistema radicular de un almendrero es como un cono invertido mientras un
ciruelero tiene un sistema radicular como un paraguas invertido. En una
zona con mucha sequía, el almendro "pie franco" tiene mayor resistencia
que uno injertado en otro patrón. Pero como el almendrero cultivado a
partir de una almendra casi nunca resulta como uno quiere, se suele
injertar la variedad deseada en un pie de almendrero franco. Algunos
viveros también llaman esto "pie franco".
Sin embargo, para esta misma zona, sería raro cultivar un ciruelero a
partir de una semilla, o usar un pie de ciruelero franco como
portainjertos para la variedad de ciruelero deseada. Su sistema
radicular no sería adecuada. Así se suele injertar el ciruelero en
almendrero pie franco.
Otras formas de propagación de frutales suelen basarse en estacas,
libres o, como en el caso de los acodos, unidas temporal o
permanentamente a la planta madre. Las plantas resultantes están,
naturalemente, en su propios pies, y por lo tanto pueden llamarse "pie
franco". Las estacas, en un principio, reproducen fielmente la variedad
de la planta madre pero, en mi experiencia, no reproducen exactamente el
sistema radicular característica de la variedad. Las raices suelen
ser más superficiales ya que salen de la estaca y no de una semilla.
Esto puede ser una ventaja (por ejemplo, produce una planta menos
vigorosa en suelos muy ricos, retardar la época de floración o
producir una planta más baja y fácil de tratar y de recoger la
fruta). También puede ser una desventaja en que es menos resistente a la
sequía etc.
Referente a la vid en particular, no se pero no me imagino que nadie
fuera de laboratorios propaga la vid por pepita. Así que todas las
viñas se han propagado por estaca. Si se injertan es para dar una
característica ventajosa a la parte aérea: mayor resistencia a
determinadas enfermedades, un vigor determinado etc, etc. En mi zona,
casi todas las vides se plantan "pie franco", enterrando un sarmiento en
la tierra (no tenemos filoxera). Las ventajas: conservación de la
riqueza varietal tradicional, es más económico cortar un sarmiento de
una de tus vides y enterrarlo que comprar una planta en un vivero;
empieza a producir bastante pronto; estás seguro de la variedad y su
idoneidad a la zona. Desventajas: propagación de enfermedades,
limitación a variedades disponibles.
Incluso dentro de las limitaciones en cuanto al sistema radical
resultante de la propagación vegetativa (por estacas) hay variaciones
importantes entre variedades. Yo tengo vides injertadas en portainjertos
de otra variedad y que son mucho más vigorosas que las vides de
donde proceden las púas. La razón es que la variedad en la cual he
injertado tiene un sistema radicular más adaptado a mi terreno y clima
seco. Otro caso: me dieron un sarmiento de una variedad que me gusta y
la planté. Tardó al menos cinco años en dar fruto. El año pasado empecé
a injertar púas de esta variedad en plantas de otra variedad ya
establecidas. Ya dieron fruta en 2009.
Como ves, amigo Marzal, las cosas nunca son tan simples como nos
gustaría. Pero sabiendo un poco de lo que hay detrás de ellas, son mucho
más explicables.
Espero no haberte aburrido - ¡pero tú preguntaste!
Excepcional, el nivel intelectual de los agricultores de hoy. Pura ciencia de lo más
apasionante. ¡Pero si me entran ganas de agenciarme un huerto y ponerme a hacer mis
primeros pinitos, plantando cebollas, tomates y lechugas! Lo dicho, los ignorantes de hoy, se apilan en gavillas, tanto en la ciudad como en la
política. Menos tú, mi querido lector, que si has llegado hasta aquí, por algo será😉.
Por ello, se apuesta también en esta comarca, por el cultivo del almendro,
teniendo en cuenta los avances y conocimientos de hoy, que son muy
científicos, como ya se ha podido constatar. Incluso
se conocen las ventajas de su cultivo para el propio ecosistema vegetal, ya
que evita el avance de la erosión y desertización, protegiendo de
las avenidas, resultando también un eficaz aliado contra los incendios
forestales al actuar como cortafuegos. Ahora, después de este pequeño
atracón almendril, entiendo mejor el porqué unos (los antiguos, de secano)
florecen antes, y otros (las nuevas, regadas a gotero), incluso semanas después. Se debe a
las nuevas variedades que van surgiendo, siendo cada una de ellas más idónea en
función de la climatología del lugar de que se trate, índice de
pluviometría, si se puede regar con más o menos frecuencia, potencial del suelo y modus operandi en cuanto a cultivo y sistema de recolección se refiere.
Toda una ciencia, como estos especialistas demuestran:
Es Federico Dicenta, jefe del Grupo de Mejora Genética de Frutales del
Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura, quien está detrás de
las nuevas variedades surgidas del almendro murciano, mediante manipulación
genética, que como es de suponer, se hallan protegidas mediante derechos
de autor y por tanto, sujetas al pago de un canon. Es por ello que también
ha surgido en el mundo del almendro, al igual que lo llevan sufriendo otros ámbitos desde hace décadas, el fenómeno del pirateo, incurriendo en este delito contra la propiedad
intelectual, quienes se dedican a su cultivo y tráfico ilegal en viveros, sin obtener la debida licencia y abonar el
correspondiente pago por derechos de copyright.
El almendro tiene como principales enemigos de su desarrollo, a la oruga verde, el mosquito
verde o el chinche del almendro, así como la avispilla, considerada plaga de nuevo cuño, capaz de destruir el 80% de la
cosecha. La antracnosis, también es una enfermedad que le puede afectar, causándole manchas verdes
aceitosas cubiertas de masas anaranjadas, que provoca la
caída prematura de los frutos.
En fin, con tantas variedades distintas, surgidas en los últimos tiempos, admiro a los que saben distinguirlas. Yo, aunque soy más de campo que una mata de habas, apenas sé distinguir las flores de un almendro de las de un ciruelo, así que, difícil lo tengo para saber diferenciar entre las flores de una variedad Felipa o Antoñeta. Si acaso la Marcona o Desmayo me resultan algo más familiares, pero ahí me quedo. Para finalizar este tema, intuyo que supondrá un verdadero dilema, el decidir qué variedad de almendra plantar en un determinado lugar, dado que la que es buena para un imponderable climático, plaga, etc, no lo es tanto para otro, y así...yo infiero que tiene que producirse bastante controversia entre los expertos. Pero en lo que a nosotros concierne, esto es, tocar muchos palos pero sin profundizar en ninguno de ellos, "pa nuestro gasto", ya tenemos más que suficiente.
Sin estar muy seguro de lo que digo, y por lo leído y visto (que se note que me sirve de algún provecho) creo que a esos árboles los han injertado a una nueva variedad de almendra.
Este pantano, queda más o menos, entre el Rincón del Engarbo y el Cerro de los Chotos, mirando hacia el noroeste (NO).
Hacia la cañada del Charco, obtenemos esta verdeante vista de dilatado horizonte.
FINAL QUINTA PARTE
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