El entorno de Casas del Alto forma un bonito paisaje y no perdemos oportunidad de dejarlo registrado.
Por el camino que seguimos y a nuestra derecha surge un sendero en bajada que nos lleva al siguiente punto de interés de nuestra ruta, la conocida por cascada de la Piedra Escurridiza. La posición del sol nos dificulta el poder tomarle buenas fotos, pero hacemos lo que podemos para mostrar lo pintoresco y atractivo del lugar. La cascada se forma con el caudal procedente de la Rambla del Almez y Fuente de la Torre. Ya veremos más adelante que fluía un buen chorro.
El lugar, con un poco de precaución, se visita y patea in situ, sin mayores problemas. La situación cambiará cuando la humedad reinante y el caudal se multipliquen por tres o cuatro. Siendo así, la piedra escurridiza justificará y hará valer su topónimo, haciendo de este enclave, un paraje resbaladizo, sí, pero también espectacular.
Paisaje que se divisa al oeste desde nuestra posición. El grupo de casas lleva por denominación, La Máquina.
De pronto caigo en la cuenta de que me estoy entreteniendo en exceso para lo que resta todavía de ruta. Por un momento, contemplo la idea de recrearme en la zona urbana y las inmediaciones de Vizcable, y regresar a casa para la hora de comer, dejando así la parte montañera para otro día. A pesar de que ya son las doce, me lo pienso mejor y decido completar el recorrido aunque el calor aprieta y apenas llevo hecho un cuarto del camino.
Nos acercamos al bonito enclave del Molino de la Torre. Desprende historia de otro tiempo por los cuatro costados, aunque la existencia de cachivaches y otros trastos deslucen un poco el lugar.
Afortunado el dueño de este idílico "refugio". Ideal para aislarse y descansar cuando el calor estival aprieta.
Vestigios de lo que otrora fue la infraestructura del molino, se suceden por doquier.
Lavadero de La Molata, acercándonos a un precioso tramo del curso del Arroyo del Almez, Molino del Tío César, que siempre contemplaremos a distancia y el Torreón de Vizcable. Por esta parte del recorrido, los bonitos y frondosos paisajes se suceden.
Me sorprendió que bajara tanta agua. Teniendo en cuenta que la rambla del Almez tiene su origen por las inmediaciones de Fuente La Sabina, que salvo en temporada de lluvias, suele andar bastante seca, creo yo que el grueso del caudal del arroyo debe proceder de la Fuente de la Torre, que nace algo más arriba de aquí, entre las piedras.
Aquí, nuestros amigos, pasan a la vertiente izquierda del arroyo para, un poco más arriba, conectar con una senda que nos lleva a la Fuente de la Torre. Luego volverán sobre sus pasos para visitar el Torreón, y después de esto, subirán "a saco", afrontando la parte más montañera y exigente de toda la excursión. En mi caso, "voy barriendo", procurando no dejar nada por visitar a mi espalda. Así pues, ya tengo a la vista el Torreón y me dirijo a él atacándolo por oriente.
Cuevas Altas
Junto al torreón hay muy buenas vistas en derredor. Sierra de la Mora. Puntal de los Guerreros y el frondoso valle del Taibilla de donde venimos.
La Molata desde nuestra posición queda a tiro de piedra.
FINAL SEGUNDO CAPÍTULO
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