20 abril 2023

DESDE EL SANTUARIO AL CERRO DEL SERVALEJO II

Seguimos en nuestra intención de fotografiar lo que queda en pie del cortijo de Beteta, que como se puede observar, se encuentra a punto del colapso total y definitivo.
Siempre he creído reconocer cierta belleza, incluso un orden, en medio de la confusión y el desastre. Aunque consciente soy de que se trata de un oxímoron. "La belleza decadente del cascote"...que como aconteciera al ave Fénix, puede resurgir de sus escombros. Aunque en este caso, lo dudo mucho.
La antigua fuente, debe estar por aquí.
¡La virgen de la Rogativa, qué desastre...!
La parte de la casa más al sur, es la que de momento, permanece en pie, gracias a que todavía conserva parte del tejado. En cuanto este se desmorone del todo, adiós muy buenas el cortijo de Beteta. Conste en acta que hoy día 18 de abril de 2023, aún no se halla del todo demolido, que todavía resiste, aunque en precario equilibrio, todo hay que decirlo.
Para llegar a Peña Jarota se sigue el camino unos metros por encima del cortijo, para desviarnos al poco por una senda a la izquierda que a través del Collado del Pocico y más adelante, sorteando el barranco del Ruico nos conduce en progresiva ascensión hasta la mismas faldas de la muela.
Pero yo he vuelto por estos pagos para hablar de mi libro, esto es, para darme un voltio por el santuario Virgen de la Rogativa y el cerro del Servalejo y por ello, desando mis pasos y regreso a la ermita para, aprovechando las siguientes fotografías, ofrecer alguna pincelada acerca de su curiosa historia. Con la flecha azul, se pretende indicar el lugar de la aparición de la virgen, donde en su día se erigiera un templete.
Era el 6 de mayo de 1535, (mi cumpleaños, qué casualidad) fiesta de la Ascensión del Señor. A seis leguas próximamente de la población, hacia Poniente, en un sitio que abrazan las sierras del Serbalejo,
Matanza y Puerto del Conejo, paraje sumamente frío y erizado de malezas inexpugnables, existe una cañada que llaman del Conejo, la cual era propiedad de Ginés Martínez de Cuenca; éste tenía un hijo de su mismo nombre, mozo de 20 años tan honesto y sencillo, bondadoso y trabajador que de modelo servía en aquella comarca. Apacentaba el afortunado zagal unas vacas de su labor… y, a la caída de la tarde, comenzó a caer tan copiosa lluvia…
Alfredo Rubio Heredia
Cosas de Moratalla. Ensayo histórico 1915
...que el joven no tuvo más remedio que buscar abrigo para pasar la noche y, durante el sueño, vino a turbarle en repetidas ocasiones la visión de una mujer. Se levantó muy temprano, en verdad inquieto por la ensoñación que había tenido, dirigiéndose a inspeccionar las tierras que en aquel paraje poseía para comprobar lo que había calado la lluvia de la noche anterior. Llegó al sembrado, donde llamó su atención una porción de cultivo cuyas espigas contrastaban en verdor con el resto. Su asombro se acrecentó cuando una paloma blanca cruzó ante sus ojos (algunas versiones hablan de que intentó y logró apedrearla), iluminándose el lugar y apareciendo al fin la imagen de la Virgen María. Acto seguido, le habló al pastor, encomendando que previniera a los habitantes de Moratalla para que fuesen más caritativos y hospitalarios con los necesitados, sobre todo con los cristianos que buscaban refugio en las sierras de la comarca, huyendo "de los feroces moros de las Alpujarras", ya que su Hijo andaba algo cabreado de su poca compasión, hasta el punto de privarlos de la lluvia que tanto necesitaban sus agostados campos; que ella había logrado apaciguarle, consiguiendo el auxilio de la lluvia recién acaecida. Asimismo, le hizo saber que su aparición no perseguía otro propósito que el de tranquilizar a las gentes de la región por la larga sequía que estaban sufriendo, que ya tocaba a su fin. Por último, pidió que se hiciese en aquel lugar una ermita con el nombre de Nuestra Señora de la Rogativa, "pues no traía otra misión que rogar a su Hijo en bien de los pecadores", desapareciendo su espectral silueta tras la buena nueva, dejando empero allí grabadas las huellas de sus pies como incontestable testimonio de la aparición.
El joven pastor no se hizo de rogar, apresurándose a transmitir el mensaje de la Virgen a los cuatro vientos, alcanzando el suceso tal renombre que al paraje acudían infinidad de peregrinos, muchos de ellos convalecientes de alguna dolencia. Según cuenta la tradición, bastaba formar un poco de barro con la tierra donde la Virgen había posado sus pies, que al frotarla con fe en la zona afectada, el enfermo sanaba ipso facto.
Las obras de construcción de la ermita se iniciaron enseguida, pero dice la leyenda que lo que levantaban por el día, se derrumbaba por la noche, por lo que se vieron obligados a buscar nuevo emplazamiento con el que tuvieran mejor fortuna, encontrándolo, tras sucesivos intentos, en un promontorio cercano, el de su actual ubicación. Aquí acontecía todo lo contrario, que lo que construían por el día se duplicaba por la noche. Se documenta la existencia de la iglesia desde 1576, siendo objeto de repetidas reformas, incluso por haber quedado destruida durante un devastador incendio. Así pues, el santuario que hoy se conserva se levantó entre los siglos XVII y XVIII. Se trata de una sencilla construcción de ladrillo, madera y piedra formada por una sola nave, coro alto a los pies y cubierta de una bóveda. El camarín de la Virgen es el elemento de mayor belleza decorativa por la gran cantidad de pinturas murales que datan del siglo XVIII. Las fiestas en honor de la Rogativa tienen como acto señalado el traslado de la Virgen a Moratalla y su posterior retorno, romerías que se llevan a cabo en varias etapas por la gran longitud que ha de recorrerse. En cada jornada se realiza un tramo del camino, llegando hasta la aldea donde pernoctará la imagen y en la que los vecinos organizan una fiesta de bienvenida. Resulta muy típico el baile de los romeros al compás de las "cuadrillas de animeros", así como la realización de pujas por llevar las andas. La Virgen vuelve a su santuario el último domingo de mayo, siendo entonces llevada hasta el templete de la aparición (sito a unos 550 metros al noroeste de la iglesia), concluyendo la conmemoración de tan sagrada efeméride en los alrededores de la ermita con una multitudinaria fiesta.
Más información se puede encontrar en ESTE ENLACE. Y en el fragmento que sigue, la razón real que sospecho subyace en la construcción de la ermita. 
La tradición cuenta que el 7 de mayo de 1535 la Virgen se le apareció a un mozo del paraje, Ginés Martínez Cuenca, a quien transmitió su deseo de construir allí mismo una ermita donde acoger y evangelizar a los moriscos prófugos de las guerras de las Alpujarras. La política eclesiástica de aquel momento potenciaba en gran medida la formación de iglesias y santuarios tras la Reconquista, por lo que deseaba que las zonas que habían sido frontera con el reino nazarita de Granada se cristianizaran, favoreciendo la fundación de la ermita, muy restaurada y transformada a lo largo de los siglos XVII y XVIII para atender las necesidades de alojamiento de los peregrinos que hasta allí acudían.
Tomamos las últimas instantáneas a la ermita y dirigimos la mirada hacia el camino que hemos de tomar. La construcción tiene por topónimo Casa Nueva. 
Para cruzar la Rambla de la Rogativa me encuentro con este pequeño dilema, mojarme o embarrarme. Pero a la izquierda de la fotografía, descubro un estrecho por el que mediante "salto del tigre a la remanguillé", paso al otro lado sin mayores problemas.
Tomando distancia respecto del santuario
El camino de Zumeta tuvo que ser muy frecuentado en otro tiempo.
Casa Nueva y Peña Jarota
Cerro Beteta y cortijo homónimo
Majal de la Sima, 1948m. Revolcadores, 2000m. y Los Obispos, 2014m. Los Odres, 1876m. quedan fuera de encuadre.
Descomunal carrasca junto a un laricio que custodian Casa Nueva.
Las hermanas Jarota, enseñoreándose del paisaje hacia el noroeste (NW), junto con los Calares de Nerpio.
FINAL DEL SEGUNDO CAPÍTULO 

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