Mis últimas excursiones me están llevando a conocer bonitos parajes del término municipal de Cehegín. Decía en anteriores capítulos que hasta ahora, no había reparado en esa inmensa masa forestal que existe en su zona norte. Estaba convencido que era la sierra de Burete, situada al sur, quien ostentaba la mayor concentración de pinos de la comarca, pero andaba errado en mis suposiciones. Cehegín es un municipio eminentemente forestal dado que más del 60% de su término municipal corresponde a monte (incluyendo bosque, matorral, pastizal y espartizales), situándose entre las localidades con mayor superficie forestal de la Región de Murcia.
Además, y en esto estamos de suerte, la mayor parte de esta superficie forestal es de titularidad pública, con más de 10.000 hectáreas de monte de propiedad municipal. Por tanto, los sistemas forestales tienen importancia crucial, dentro del patrimonio natural de Cehegín, atesorando un valor ecológico incalculable.
Como principales enclaves forestales destacan la Sierra de Burete, Sierra de Lavia, Sierra del Quípar y las colosales masas forestales del Cehegín septentrional (Cabezos de Juan González, Cerro de los Lomos, Cerro de Cambrones y respectivas laderas y vertientes de todos ellos, donde se incardinan los diferentes cotos existentes en la zona, coto de las Maravillas, Villares, Castellanos, etc. ) que estos días estamos pateando y fotografiando.
De hecho, hace unos días, anduve recorriendo los cabezos de Juan González, y no daba crédito al paisaje tan hermoso y pintoresco que se ofrecía ante mis ojos, ensalzado el cuadro con la siempre refrescante existencia del agua. En fin, estaba convencido que la excursión al alto de Cambrones se erigiría en la estrella del baile de toda esta serie; en la atalaya donde contemplar en derredor, las vistas más espectaculares y despejadas de toda esta región, dado que se halla en un punto estratégico, en el corazón de la comarca que estamos explorando estos días, pero estaba equivocado ya que los cabezos de Juan González son los que ofrecen las vistas más singulares de todo este territorio.
En mis últimas salidas senderistas, he visto caza mayor (ciervos) pululando en libertad, allende los cercados cinegéticos. Para ver a estos animales tan huidizos, tienes que caminar solo y en silencio, sin hacer ruido, con viento propicio y aún así, sorprenderlos tú a ellos y no a la inversa. Los he visto en el Cabezo Horcajo y dos ejemplares bastante grandes, en los Cabezos de Juan González (no me dio tiempo armar la cámara). He consultado Internet, intentando averiguar si esto es común, que este tipo de animales anden libres por aquí, y he encontrado artículo de hace unos años que me lo esclarece.
Los ciervos vuelven a reproducirse libremente en la Región cien años después de haberse extinguido. No han regresado a los montes murcianos desde Cazorla ni desde la Sierra de Segura, sino que su presencia cada vez más notoria -y de momento circunscrita a Cehegín- se debe a una casualidad: hace más de diez años se escapó un grupo de la finca La Jabalina, el coto intensivo de caza pionero en la Región, que había traído los animales desde Ciudad Real. Los venados se refugiaron en el monte público número 34 del municipio, conocido como Coto Las Maravillas, lindero con el vallado del que habían huido. Allí encontraron un hábitat idóneo en el que han logrado consolidar una población estable que podría oscilar entre los 200 y los 300 ejemplares según las estimaciones del Ayuntamiento y de la Sociedad de Cazadores. FUENTE
En fin, vamos al lío. Tengo la suerte, de encontrar un track en wiki, hacia la cumbre de Cambrones, subido por un altruista senderista que ya avisa que no lo hace por senda, que llega al vértice monte a través. Lo cargo en el gps por si me sirve de ayuda. Nuestro amigo viene de Gilico, por el norte, y yo lo hago desde el sur, por el camino de las Casas Coloradas. Llevo intención también de probar una variante por si añadiera un plus de atractivo al track, que consiste en salirme de la pista, en un determinado punto y coger por un ramal (camino/senda) a su izquierda que evoluciona una parte por el lecho del arroyo de Gilico. Este desvío cuenta con el atractivo de disponer de un magnífico mirador hacia el Cerro de los Lomos. También de un poste eléctrico, todo hay que decirlo (¡válgame el señol!).
El Cerro de los Lomos
Caminando por la pista de las Casas Coloradas, a punto de converger con el track que viene del norte, llego al cruce con un camino que lleva a un bancal yermo. Decido atravesarlo en dirección a las primeras estribaciones que me encuentro del cerro Cambrones. Es el trazo en color negro que marco en el mapa de más arriba. Desde este primer cerro capturo las siguientes fotografías.
Canal aliviadero Argos/Quípar, por el que nos dimos una vuelta con la "burrica", hace unos días.
El omnipresente Almorchón, al que tenemos pensado visitar un día de estos. He aquí una remesa más de instantáneas de su inconfundible silueta y alrededores, del que, dicho sea de paso, se puede obtener una panorámica visual, desde cualesquiera de los puntos elevados del noroeste. En verdad que este carismático montículo resulta ubicuo donde los haya.
El cerro Cambrones se presenta dócil y amigable al pateo. Las subidas son progresivas y la evolución hacia el vértice, intuitiva. Apenas consulto el gps. No presenta más dificultades que las de ir sorteando el típico matorral mediterráneo acorazado de espinos. Supongo que de la especial proliferación del cambrón (arbusto) en estas latitudes, procede el topónimo del cerro.
Y porque está el monte más seco que el cascabillo, que de haber humedad, se hallaría mucho más luminoso. Resulta impresionante la masa forestal, que uno puede abarcar con la vista, donde el pino Carrasco presenta una supremacía sin rival. Ni imaginar quiero si algún día por desventura, se declarase por aquí un incendio.
Sierras del Molino, de La Albarda, de La Palera.
Muy al fondo, la jumillana, sierra del Molar.
Sierra del Oro
La villa de Calasparra
Para esta excursión, me traje a Yoda. Otro que me da las quejas porque ya apenas lo saco. Menudo cancán, casi peor que Hulk; me dio la excursión. Que si no hace ejercicio, aunque sea poquito, que su artrosis se agrava, que su corazón se atrofia y que se aburre como un asteroide perdido en medio de la galaxia. Que echa de menos al de los Vengadores y votante de VOX, porque al menos, con su sempiterna cara de mala follá, a lo Abascal, y continuas filípicas, que le hacía reír. ¡Y a mí qué me cuenta, yo así no puedo! Encima que lo llevo a cuestas, le hago fotos y promociono en Internet, y me paga con esta ingratitud. No hay derecho. ¡Que le pinchen ya, que le pongan la cuarta, hombre! Un día de estos, como me harte, lo pongo en venta en wallapop y a tomar por saco. Que se vaya a Júpiter si quiere, pero a mi que no me dé más la monserga, que aquí en la tierra, y por demás, en lo que a mí se refiere, ya lo considero amortizado. Mil años le contemplan y aún pretende vivir dos o tres siglos más, que hasta las tres vacunas lleva puestas, en fin, otro parásito chupando del bote y por eso no me extraña que Bill Gates y cía pretendan limpiarles el forro a unos cuantos carcamales de estos que lo único que hacen ya es consumir recursos sin aportar nada a la sociedad, que ya lo decía mi padre, que en paz descanse, al viejo y al bancal, lo que se les pueda sacar. Si ya no hay na que rascar...inoculación al canto. ¡Menuda hostión pegó el probe desde lo alto del cilindro! ¡Paverse matao! ¡No se partió una oreja de milagro! ¡Menudo chichón lleva! ¡Probecillo!
Pero tiene esa cara de bondad, de venerable anciano orejudo, que me desarma y despierta toda mi ternura. Y al instante se me olvida y desactiva el cabreo.
Las mejores vistas desde el vértice se obtienen hacia el norte (Almorchón) y cordillera de montes al noreste. El pozo Quinito queda oculto por la cadena de cerros que lo circundan. Una parte de nuestro recorrido también queda a la vista y si descendiéramos por esta ladera (Salto del Padre) hacia aquellos clareos que se observan en la fotografía, conectaríamos con nuestro track. Estuve tentado de hacerlo, pero por temor a meterme en un berenjenal entre barrancos, opté por lo más seguro y fiable de desandar lo andado. Y colorín colorado, este capítulo se ha terminado.
FINAL SÉPTIMO CAPÍTULO
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