Cada equis pasos nos vamos girando para tomarle fotos y fotos a la Muralla de King Kong. Cualquiera podría pensar que pretendemos traérnosla a casa.
El bonito camino al poco se convierte en una preciosa senda
Caminando por entre el lecho de la rambla, unos primeros signos primaverales se nos ponen a güevo de cámara
Y ya saben mis amigos la debilidad que le tengo a este color.
En vez de murciano tendría que haber nacido canario.
En vez de murciano tendría que haber nacido canario.
Esta ruta senderista como se puede inferir de las fotos, resulta una gozada realizarla sobre todo entre febrero y marzo.
¡Ah la primavera, que la sangre altera a los bichejos...! (incluidos los de dos patas)
Estas escaleras naturales hacia la senda del Cañejar suponen el inicio de una fuerte subida que a estas alturas de ruta se agarran como lapas a las corvas. Menos mal que dura poco el sufrimiento y en lo más alto obtendremos como recompensa, unas vistas dignas de ser contempladas, previo largo trago de agua y unos minutos de sosiego y respiro. Las mejores vistas hacia la muralla las conseguiremos desde aquí, salvo si nos interfiere un sol cegador de frente, como fue el caso.
La Cresta del Gallo y apenas asomando la testa de La Panocha
Una lagartija muy simpática y proclive al postureo con un insólito huésped en su cocorota
Desde el mirador, seguimos otro tramo de preciosa y cómoda senda hasta el Morro Redondo.
Como si nos damos un poquito de prisa, regresaremos a casa a tiempo para comer en familia, aunque aprieta el calor, arreciamos el paso y continuamos la senda que desemboca en la pista que une el pico del Relojero con la Cresta del gallo, a la altura del mirador de las Navetas. Desde aquí le hacemos otro puñao de fotos a la gran urbe. He aquí una muestra.
Desde el mirador comenzaremos un fuerte descenso por un sendero que ya hemos transitado en alguna otra ocasión que llaman Senda de las Piteras. En esta parte hay que llevar un poco de cuidado pues algunos tramos presentan terreno algo roto y descompuesto, pero nada grave que no se pueda sortear con un poco de prudencia. Esta senda finaliza en el antiguo camino de los Teatinos y
de ahí hasta el Eremitorio de la luz donde hace unas horas dejamos aparcado el coche.
Le tomamos nueva foto al edificio con luz de mediodía y cogemos prestada de Internet una foto para conocer el aspecto de su interior.
Hasta alcanzar el coche, nuevos motivos florales nos salen al paso.
Hemos cerrado el círculo y concluido una bonita mañana de senderismo. Ruta esta de la Muralla de King Kong, divertida, interesante, a ratos exigente, en definitiva muy recomendable, como espero haber sabido acreditar. A la espera de lo que pueda acontecer en virtud del coronavirus dichoso, me despido...
¡HASTA LA PRÓXIMA AMIGOS!
¡HASTA LA PRÓXIMA AMIGOS!
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