Una vez sobrepasada la presa de Camarillas y algunas instalaciones de la CHS, casi nos damos de bruces con la línea ferroviaria, Madrid-Cartagena. Nuestro siguiente objetivo es alcanzar la cima del monte Pico de Hellín, el que en su día fuera atravesado por el largo túnel del Cañón de Almadenes.
Comenzamos a ascender en dirección al cilindro del vértice geodésico, percatándonos de que los horizontes se hallan algo difuminados por la calima, lo que restará no poca nitidez a las fotos.
A raíz de la creación de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS), en 1926 se comenzaron a plantear estudios sobre la viabilidad de construcción de un embalse en la zona geográfica del Cañón de los Almadenes, ya que el propósito era poder aprovechar los recursos hidrológicos que ofrecía el río Mundo, siendo este el principal y más caudaloso afluente del Segura. Todo dimana de la creación años antes (1918) del embalse de Talave, localizado 38 km río arriba del de Camarillas, obra a pleno rendimiento de la que ya por entonces se estaban obteniendo óptimos resultados. Siendo su principal objetivo el de prevenir las nefastas inundaciones que cada cierto tiempo acontecían en la cuenca, el pantano más tarde se revelaría también de extraordinaria eficacia para un mejor racionamiento y aprovechamiento de las aguas destinadas al regadío. Con la aprobación del proyecto se iniciaron los trabajos a principios de los años treinta, pudiéndose dividir estos en dos fases bien separadas en el tiempo, ya que debido a una serie de imprevistos iniciales y la irrupción al poco de la guerra civil, las obras quedarían paralizadas durante 18 años. Así pues, en la primera etapa se construyeron los túneles de los desagües y aliviadero, el macizo de presa y los edificios auxiliares, periodo comprendido entre los años 1932 y 1935. En la segunda etapa se retomaron las obras en 1953, siendo concluidas en 1961.
La primera piedra ergo inicio de las obras del pantano de Camarillas, fue puesta por el presidente de la república D. Niceto Alcalá Zamora, en Marzo de 1932 y la presa ya concluida fue inaugurada, junto a la del Cenajo, el 6 de junio de 1963 por el general Francisco Franco. La placa conmemorativa, eliminada, al igual que la del Cenajo, cumpliendo la ley de Desmemoria Histórica rezaba así: “EL CAUDILLO DE ESPAÑA, FRANCISCO FRANCO, INAUGURÓ ESTE EMBALSE DE CAMARILLAS CONSTRUIDO DURANTE LA PAZ FECUNDA DE SU GOBIERNO EL DÍA 6 DE JUNIO DE 1963″.
Interesante El blog de la CHS
Las instalaciones con destino exclusivo para personal de la Confederación Hidrográfica del Segura. La mayoría son casas de asueto, donde pasan sus vacaciones algunos de sus empleados.
Alcanzando el vértice.
Aquel día me traje a Yoda. Hacía tal bochorno que noté que tanto su espada láser, bastón como las orejas, se le estaban reblandeciendo.
Aunque a mí también, y sobre todo en esta época, se me suelen reblandecer y socarrar con el calor, muchas neuronas, lo que resulta más preocupante porque la ciencia dice que, neurona que se pierde, no se recupera jamás. Aunque ya estoy curao de espantos y resignado al inexorable proceso, ¡qué remedio!, y por tanto, me tomo la mengua con filosofía...😎
Salgo pitando de este horno crematorio donde hasta se achicharran los pájaros, en dirección a las ruinas de una majada que atisbo a lo lejos. Constituye un punto de referencia que colegas senderistas mencionan en la descripción de esta ruta. Es monte bajo, sin árboles por lo que durante un rato, me veo obligado a caminar a la intemperie, sin una mala sombra donde poder guarecerme o mitigar la incandescencia solar. La prenda de cabeza se hace por aquí, imprescindible.
Sobrepasando el referido corral.
Enfocando hacia la Vega del Mundo, El Huerto y las Casas del Salto.
Situados por encima de la boca del túnel.
Hacia donde estoy dirigiendo la cámara existen varios yacimientos de la cultura ibérica: Su excelente estado de conservación posibilita la consecución de información para el conocimiento del origen de la Cultura Ibérica en la Comarca de Hellín y sus alrededores, una zona de transición entre la Meseta y el Levante, organizada fundamentalmente gracias a la presencia de los ríos Segura y Mundo, dos vías de comunicación naturales que ejercieron un poderoso factor de atracción para la ocupación del territorio y su explotación. WEB
Detalle de la orografía del cerro que acabamos de atravesar. Es monte de matojos de un pateo sencillo, sin apenas complicaciones y de avance muy intuitivo dado lo amplio y despejado del entorno en derredor.
Ahora transito por una zona ya conocida por mí, buscando las sombras del Camino de Acarreo del Pico de Hellín, que a estas horas, se agradecen, y no poco.
Aliviadero de fondo y vertedero de superficie. Se trata de mecanismos de regulación del caudal del río Mundo, con el fin de evitar sus catastróficas avenidas de otrora.
Enfocando hacia los yesares.
Casa Nueva, dominando la vega del Fin del Mundo.
Fotografiando al río Mundo plantado sobre el puente. Desde este punto hacia su confluencia con el Segura, restan apenas unos cientos de metros.
Capturando a un minero en pleno proceso de sembrado del arroz. Ahora está todo mucho más tecnificado, y con vehículo ideado y construido ex profeso, y una sola persona, se realiza todo el trabajo. Anduve un ratico observando sus evoluciones, durante unas maniobras que no había tenido oportunidad antes de contemplar.
El arroz crece rápido.
Las aguas estancadas de los arrozales constituyeron la principal causa de insalubridad por la que fue conocida esta comarca, que hasta obligaba a la explotación minera a detener los trabajos entre los meses de junio, julio, agosto y septiembre, dada la alta proliferación de mosquitos, y con ello la transmisión de enfermedades, entre otras, el paludismo.
A nivel de la confluencia entrambos ríos.
En pocos días, esta superficie que ahora aparece inundada, se vestirá de intenso verde y comenzará a crecer y tomar forma el preciado cereal gramíneo, en sus variedades de Bomba y Balilla x Sollana, famosos y valorados del mundo entero.
Las Casa Cuevas del barrio de la Estación, que en próximos capítulos observaremos un poquito más próximos.
Lo más bonito de Las Minas no cabe duda que es su incomparable entorno.
Salida del túnel por donde pasaba el antiguo tren minero para transporte de trabajadores y mercancías derivados de la mina, que llegaba al mismo pueblo. La longitud del ferrocarril minero era de 3.600 metros, con un ancho de vía de 0,60 metros. Contaba con dos locomotoras de 20 caballos de fuerza y 6 vagones para transportar 5 toneladas.
Cabezo de Beor
Fotografiando algunas ruinas de las muchas que hay por aquí.
Y con el volcán de Salmerón, asomando por entre esta exuberante vivienda, damos por concluido este nuevo episodio que ha transcurrido por entre las minas, el embalse de Camarillas y el último tramo del río Mundo, antes de desembocar en el río Segura.
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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