06 junio 2016

ALDEAS OLVIDADAS DE PONTONES V

Seguimos nuestro embelesante recorrido por Los Centenares y sus alrededores...
Nos adentramos en la parcela de la única casa acondicionada que no fue expropiada o que tal vez fue posteriormente recuperada. La de la familia Guijarro. Aquí los podemos ver junto a unos montañeros y mira tú por donde aparece nuestra amiga Anabel, que está en todas las salsas; actual miembra de la asociación montañera Adenow y otrora habitual integrante del Comando Totana.
En la puerta de entrada y ventana, han instalado contundentes y sólidos cerramientos, para evitar el acceso de personas que tal vez no dejaron el antes accesible refugio como lo habían encontrado. Lo de siempre, pagando justos por pecadores.
El lugar es muy agradable y resulta ideal para comer y descansar.
Incluso con cristalina y buenísima fuente de agua, sólida mesa y poyo donde sentarse para comer, superficie de mullida alfombra donde echar el saco para domir. Es que, ¡madre mía!, no se puede pedir más...
Estábamos cansados y al principio acordamos quedarnos aquí a pasar la noche. Pero todavía quedaban muchas horas de luz. Concluimos que nos íbamos a aburrir sin nada que hacer durante tanto tiempo, así que, finalmente, decidimos continuar la marcha hasta Los Miravetes.
Cortijo Punzano
FINAL QUINTA PARTE

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