¡Hola, que tal, cómo estamos? Tengo por aquí unas cuantas fotografías y
vídeos que fui recopilando, de aquellas semanas pluviosas que tuvimos entre
marzo y mayo, cuando lo del persistente temporal de lluvias instalado en el
noroeste murciano, que no se iba ni con la avioneta echando horas a destajo,
y me he dicho que supondría un desperdicio olvidarlas y no aprovecharlas.
Sobre todo, si tenemos en cuenta, que en nuestra tierra siempre pasa lo
mismo, que nos morimos de sed o nos ahogamos, no tenemos otra, es decir que
sucederá lo mismo de siempre, a partir de ahora empezará la caló,
empalmaremos dos o tres años sin que caiga una gota y ¡hala!, otra vez
inmersos en la sequía y todos los montes chuchurríos y más secos que un
cascabillo.
Pero en la pasada primavera, durante días y días, la pertinaz borrasca
estuvo descargando agua a pajera como si de otro diluvio universal se
tratara. La mayoría de las fotografías son de las populares Pozas
cehegineras, que por aquellos días estaban preciosas, pero los vídeos que
voy a compartir, corresponden a otros parajes de Burete y el Quipar, que son
los montes de Cehegín, que yo más frecuento, para mis recorridos senderistas
de mantenimiento y "hacer hueco", en el buche, se sobreentiende.
Porque la gota fría que por aquellos días soportó Cehegín, dejó cifras
históricas de lluvia, con registros que superaron los 480 l/m² en algunas
zonas. Según declararon los meteorólogos, una cifra sin precedentes desde
que se tienen registros. De hecho, las intensas precipitaciones causaron
inundaciones, daños en infraestructuras y alteraciones en el tráfico y la
rutina diaria de los vecinos. Algunos caminos secundarios que dan acceso a explotaciones agrarias y agrícolas,
también quedaron dañados, y algunos de ellos, hechos bicarbonato, partidos
en dos, literal, originándose enormes socavones que mientras no los
reparen, todavía seguirán pareciendo trincheras de la I GM.
Pero no todo iba a ser malo, y tanto agua manando por doquier, ha
dejado insólitas estampas, que lo andarines habituales de estos
contornos hemos disfrutado a norre. Es que, acostumbrado a ver la sierra
de Burete en los últimos tiempos, tan marchita y desecada, asolada por
esa plaga de insectos que estaba aniquilando sus pinos, pues, aunque no
se puede afirmar que estas abundantes lluvias llegaron como agua de
mayo, porque tenían que haberlo hecho mucho antes, al menos, las
intensas precipitaciones, paliaron y detuvieron lo que parecía un
proceso inexorable de devastación sin remedio.
No soy un experto, obviamente, pero según lo constatado por mí mismo,
parece que, ¡oh aleluya!, muchos de los árboles, hasta hace poco,
desahuciados, se han salvado por los pelos y parece que se están
recuperando, porque, incluso después de las lluvias, parecía que
tardaban en reaccionar, hasta que un día, me di cuenta que las copas
comenzaban a verdear y tras de unas semanas, el resto del árbol. En fin,
en uno de los vídeos que más abajo compartiré, se observa en lo más
profundo del bosque de Burete, importantes claros y muchos pinos
abatidos, que sucumbieron a la sequía y posterior plaga depredadora.
Algo en verdad, desolador, pero ya digo, puede que muchos de ellos, se
hayan salvado por la campana.
Es por ello, que la intención de esta nueva entrada, no es otra que dejar
constancia de lo ya referenciado, una veces registrado mediante fotografía
y otras en vídeo, porque entre los meses de marzo a mayo, la sierra
parecía otra y me propuse a mí mismo, aprovechar la coyuntura y
disfrutarla al máximo, de lo cual, aquí y ahora me propongo dejar algún
testimonio.
¡Qué envidia, y qué encanto, ricura de perro...!¡cómo se nota lo que disfruta con el
agua, tirándose de cabeza!, no como Viky, que le tenía pánico...cuando llegábamos aquí, ella
siempre se quedaba alejada, bajo una chaparra que hay por aquí, no fuera
que la agarrara del pescuezo y la capuzara, como ya había hecho en alguna
ocasión. No le temía a las alturas, ni a las criaturas del bosque, por muy caniche de boutique que pareciera, pero al agua, ¡ay el agua!, le despertaba verdadero pavor, significaba para ella un suplicio, un potro de tortura. Cuando la ruta discurría por un río, más me valía dejarla en casa.
Esta es la que llamamos Poza
de Arriba (para máxima calidad de visionado, en la ruedecita).
Corto de vídeo en la Poza de Abajo, que se hallaba en todo lo suyo.
En este vídeo lo que se pretende es dejar prueba, casi pormenorizada, en
tiempo y ritmo cansino de subida, de un matao senderista como el que
suscribe (amenizado, eso sí, con el sublime saxo de Eric Alexander), de
cómo se encuentra el sendero clásico de subida al As de Copas, tras
producirse un tremendo socavón, por efecto de las aguas torrenciales, que
debieron bajar por aquí, con violencia inusitada. Han dejado una auténtica
trinchera, que los organizadores de la Falco, deben tener en cuenta y
ponerse manos a la obra y recomponer con suficiente antelación, si piensan
seguir echando por aquí la carrera. No digo que rellenen la zanja, con el
ímprobo trabajo que ello representa, pero al menos sí trazar un sendero
alternativo en paralelo a esta. Al final del vídeo, se puede ver el
pequeño cementerio donde se encuentra Viky, acompañado de otros perros,
que después de tres años transcurridos desde su pérdida, sigo visitando con regular frecuencia.
Más instantáneas de la cascada de la Poza de Abajo y un tramo del Arroyo
de Burete, excepcionalmente caudaloso.
Detalle de más estragos en los caminos y sendas de Burete, por la gota
fría de esta pasada primavera. En efecto, ¡el arroyo parecía un
río...!
Imposible cruzar el arroyo de Burete por el camino hacia el K-4
La insólita y surrealista fotografía de un chupete en el corazón de
Burete.
Corrimientos de tierra, obstruyendo la pista del Pino de la Virgen y el
Observatorio.
Rincones escondidos de Burete.
Otra vez la cascada de La Poza de Abajo, ahora más bella que nunca; la
que durante tantos años permaneciera inadvertida, no revelada a los
cehegineros. Un caso inaudito que todavía no logro explicarme.
Y para finalizar, otro profuso y algo mareante vídeo de una ruta
senderista por Burete (con buena música, "de la mía", por supuesto),
realizada en su día con mi amiga Anabel, donde se puede apreciar los
estragos ocasionados por la gota fría, y los efectos de la sequía y
plaga de insectos sobre los pinos, que causaron a muchos de ellos, su
aniquilación y muerte; cuyas profusas y acaso, salvadoras aguas, no llegaron
a tiempo. Una catástrofe de incontables pinos troceados, que hoy en
día, podemos observar en Burete, con dolorosa y frustrante frecuencia.
Pero si Cela decía que "resistir es vencer", vaya si muchos de ellos
parece que lo han logrado.
Cuando llegamos al barranco del Canalón, el tramo inicial nos lo
encontramos socavado y anegado de barro. Tuvimos que eludirlo por la
margen derecha. El referido barranco, tiene el valor sentimental para
mí de que fue muchas veces hollado en compañía de Viky. Muchas fueron
las veces, en su época de mayor esplendor físico, que salía monte
arriba, tras la pista de alguna criatura del bosque, para al cabo de
un tiempo, regresar con la lengua afuera, recuperando la senda y el
rastro de su dueño. Este tramo tan áspero y pedregoso, por alguna
razón, a ella le entusiasmaba y volvía frenética. Cosas de su instinto
y olfato, supongo. Lo más conmovedor para mí fue comprender que con su
muerte, también tocaba a su fin, una bonita época de mi vida, que como
diría Bécquer, ya no volvería; una etapa más de mi existencia, sí,
pero para ella, mi familia y yo representamos TODAS las etapas de su vida. Y por ello, el corazón todavía me da un respingo cuando recorro rincones
que me la recuerdan.
Este es el TRACK del recorrido que viene a representar el vídeo de
👇
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