Hace dos años, cuando publicaba en este mismo blog, el profuso reportaje que realizara, de la "Ruta de las Esculturas y el Arroyo del Batán", en el episodio siete, decía que dejaba pendiente, en lista de espera, la conquista al cerro del Padrastro, ya que, cuando te vas acercando a la localidad de Bogarra por la carretera, el descollante cerro es lo primero que acapara tu atención, te lo quedas mirando y exclamas: ¡cáspita, allí tengo yo que subir un día de estos! Pues bien, aunque ya han transcurrido algunas semanas desde que físicamente lo hiciera posible, ahora ha llegado el momento de plasmar la experiencia, en este cuaderno de bitácora.
El recorrido presenta un nivel de exigencia moderado tirando a extenuante, sobre todo si como fue en mi caso, te toca un día de calor asfixiante. Se trata de un itinerario circular, de aproximadamente 16 kilómetros, con principio y final en el referido municipio manchego. Ya tenía guardado y como antes decía, en lista de espera, el track que en su momento estudiara; lo volví a repasar y no se puede decir que regresara a estos andurriales como San Juan por sus Viñas, esto es, venía prevenido y bien apretados los machos, porque sabía que de los 850 metros más o menos, en que sobre el nivel del mar se encuentra elevado Bogarra, había que ascender a los 1500 metros en que se halla enclavada la cima del cerro Padrastro, es decir, que tenía que salvar una media de entre 700 metros y pico de desnivel subiendo, y otros tantos, bajando. Aunque en honor a la verdad, lo único que me preocupaba era el intenso calor que me pudiera hacer, y una vez condicionado por este, los varios barrancos, todo encajonado, que tendría que atravesar. Pero bueno, siempre prevenido, nunca atemorizado, y en todo caso, palos con gusto no pican y si lo hace, ajo y agua, porque ¡a ver qué "nesecidad" tenía yo de meterme en este embolao...!, pero es que hasta para más inri, ni había madrugado y aquel día, comenzaba a caminar, pasadas las diez de la mañana. En fin, pabermematao...!
El cerro del Padrastro, tomado desde el arcén de la carretera.
Escultural banco que ya había visto durante su proceso de confección, ubicado en la actualidad, en la plaza del Cabezuelo.Nos encontramos hacia finales de mayo, y la vegetación se nos presenta, verde y exuberante, y más por estos pagos, donde la presencia de agua es tan abundante. ¡Qué envidia!
Los elementos que conforman el paisaje, a lo largo y ancho del Cañón de Bogarra, ya me resultan muy familiares, así que no me entretengo demasiado y voy tomando estas imágenes, como aquel que dice, de forma casi automática y a pijo sacao, pues todo lo que me voy encontrando, ya lo tengo "saboreado".
No he comenzado exactamente por donde me indica el track, para hacer el recorrido lo más circular posible, y al iniciarlo, he seguido el curso del río por su margen izquierda. A esta altura más o menos, lo cruzo a través de un tablón que actúa de puente, para recuperar el itinerario propuesto por mi cicerone wikilero.
Ya he retomado el discurrir del track que llevo cargado en el Garmin, y tras rebasar el libro abierto, que viene a decir, que "obras son amores y no buenas razones", consigna que al parecer, abrazó como norma de vida, el padre del autor de la obra, pronto voy a desviarme a mi derecha para coger un sendero en subida, que ya conozco, de mi primera incursión por estos derroteros. El cañón de Bogarra luce precioso, y a las capturas gráficas me remito.Esta cresta o espolón rocoso, siempre me ha parecido muy fotogénico y no pierdo la ocasión de registrarlo e incorporarlo una vez más, en el presente reportaje.
En el centro de la imagen, la pista de tierra que viene de la carretera CM-3216, con dirección al arroyo del Batán, sus famosas cascadas y el merendero, El Batanero.
Ya he adquirido altura sobre el cañón de Bogarra, y la nueva perspectiva me ofrece unas panorámicas de lo más imponentes.
Al fondo, la pasarela colgante (bamboleante) de recreo, suspendida en toda su anchura, sobre un estrechamiento del cañón de Bogarra
Cerro de Los Tomogales, suspendido sobre los 1409msnm.
Sendero del Batán.
Oquedad que ya conocía. A escasos metros de aquí, en vez de girar a mi derecha, con orientación hacia la Cascada del Chorreadero, tramo de sendero que en la anterior ocasión, cogí en subida, ahora continúo por un camino que me surge a la izquierda, por un tramo precioso, frondoso, ahíto de vegetación, donde existen plantados algunos hermosos y centenarios nogales. Por aquí, ya voy notando un bochorno que comienza a ser apabullante, pero el paisaje, me parece mágico, de lo más hipnotizante, bucólico, el propio de un cuento de hadas. No faltan ni las mariposas de llamativos colores, revoloteando por doquier. No voy andando sino levitando. Claro, que también puede influir en esta "esponjosa" sensación, el hecho de que las HOKA Mafate Speed que calzo, amortiguan más de lo recomendable, parece que llevo muelles. Para terrenos abruptos, una birria de zapatillas, no las aconsejo para nada. Unas y no más, Santo Tomás.La cascada del Chorreadero, por la que en estos momentos, no parece precipitarse demasiado caudal de agua. Por encima, evoluciona el camino que estoy siguiendo, que al poco, converge con la carretera de las Yeguarizas, de la que sale un ramal hacia la cima del Padrastro.
Risco tomado desde la carretera asfaltada, poco antes de desviarme por un sendero que me surge a la izquierda.
Después de afrontar una interminable subida, para más tarde evolucionar, muy encajonado, por entre el cauce de una rambla donde no corre un pelo de aire, por fin, desemboco en la pista de subida a la espectacular cara sur del cerro Padrastro.
De momento, prescindo de utilizar la mencionada albugínea pista, echando por un sendero que discurre en paralelo a esta, por su margen derecha.
Por fin, alcanzo la pista y supero la barrera metálica existente, distante a uno o dos kilómetros de la cumbre; en esta ocasión, abierta, franqueada para todo tipo de vehículos a motor.
Risco tomado desde la carretera asfaltada, poco antes de desviarme por un sendero que me surge a la izquierda.
Después de afrontar una interminable subida, para más tarde evolucionar, muy encajonado, por entre el cauce de una rambla donde no corre un pelo de aire, por fin, desemboco en la pista de subida a la espectacular cara sur del cerro Padrastro.
De momento, prescindo de utilizar la mencionada albugínea pista, echando por un sendero que discurre en paralelo a esta, por su margen derecha.
Ya me pesan las piernas, por el calor sofocante, y porque he debido perder bastantes sales minerales a través del sudor, así que, me meto en la boca algunos pistachos salados y comienzo a dosificarme el agua. En esto la he cagado, pues veremos a ver si no me falta el tan preciado elemento, porque aún me queda un mundo para alcanzar la empinada cima.
Por su cara más meridional, el Padrastro parece inexpugnable. Sin duda venderá cara su conquista.Por fin, alcanzo la pista y supero la barrera metálica existente, distante a uno o dos kilómetros de la cumbre; en esta ocasión, abierta, franqueada para todo tipo de vehículos a motor.
Parece ser que no siempre es así.
Pronto se le ofrecen a mis ávidas pupilas, vastas y despejadas extensiones de territorio, donde prominencias pertenecientes los Calares del Mundo y de la Sima, sierra de Alcaraz, sierra del Agua, sierras de Cazorla y de Segura, etc, se otean bien distinguibles en el horizonte.
Pronto se le ofrecen a mis ávidas pupilas, vastas y despejadas extensiones de territorio, donde prominencias pertenecientes los Calares del Mundo y de la Sima, sierra de Alcaraz, sierra del Agua, sierras de Cazorla y de Segura, etc, se otean bien distinguibles en el horizonte.
¿No será aquel, el Cerro Cambrón...?
Este tramo de pista hormigonada presenta un desnivel de infarto. Más de lo que parece reflejar la imagen.
A punto de coronar...copón lo que se ha hecho de rogar! Menos mal que al regreso, es todo cuesta abajo. Ello me tranquiliza un poco.
¡Alcanzando la cima, por fin!
Vistas excelsas en derredor. Para la contemplación y el deleite.
Cortijo derruido que más tarde alcanzaré a pie de muro.
El elevado cilindro del vértice geodésico, sito junto a la garita forestal, que se supone, marca los 1502 metros en que se halla su cúspide.
Autofotos a gogó, que para eso he tenido que sudar la gota gorda, al borde de la deshidratación, para alcanzar tan exigente y ardua cumbre.
A punto de coronar...copón lo que se ha hecho de rogar! Menos mal que al regreso, es todo cuesta abajo. Ello me tranquiliza un poco.
¡Alcanzando la cima, por fin!
Vistas excelsas en derredor. Para la contemplación y el deleite.
Cortijo derruido que más tarde alcanzaré a pie de muro.
El elevado cilindro del vértice geodésico, sito junto a la garita forestal, que se supone, marca los 1502 metros en que se halla su cúspide.
Autofotos a gogó, que para eso he tenido que sudar la gota gorda, al borde de la deshidratación, para alcanzar tan exigente y ardua cumbre.
FINAL PRIMER CAPÍTULO
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