10 abril 2025

POR EL ARROYO DE HONDARES CON LOS AMIGOS SENDERISTAS II

Este es otro de los innumerables rincones que atesora esta excursión, cauce arriba del arroyo de Hondares, donde el lienzo armonioso que nos pinta la naturaleza brilla en todo su esplendor. La madre natura siempre sabe conectar con el alma y espíritu del andarín sensible. Tengo para mí, que la catarsis que en este momento y lugar se producía en nosotros era absoluta.
En esta, Fernando debe estar pensando: ¡a este tío se le ha ido la olla...! Lo único que pretendo es expandirme, fundirme con la naturaleza; "vivir el momento" y en ello me hallaba, entregado en cuerpo y alma.
Después del "embobamiento" experimentado en tan idílico enclave, seguimos río arriba hasta alcanzar la legendaria carrasca centenaria del barranco de Hondares. Fernando, exclama que su antigüedad debe datar de antes de Ángel Cristo, el ex de la novia del emérito, pero yo opino que menos de cuatrocientos años no la contemplan. En todo caso, la disfrutamos e inmortalizamos como en verdad se merece. Hasta Pedro y Sene se encaramaron a su tronco. Me recuerda a una de tantas encinas monumentales que conocimos con ocasión de nuestra visita a Fuente la Sabina, hace algún tiempo. 
He leído en alguna parte que la carrasca tiene doce metros de altura, y su tronco, no menos de cuatro. Ya se puede ver que la criatura, bien comida y bebida durante cientos de años, ha medrado y se ha hecho bastante mayor.
Sene también quiso doblegar a la longeva carrasca.
En cuanto al símbolo de la encina, que alguien había colgado y llamó la atención de Fernando, creo recordar haberlo visto en alguna parte, pero ignoro el significado que debe representar. 
Sene, descolgándose de esta matusalina del reino vegetal.
Pues nada, continuamos arroyo arriba, para seguir disfrutando de los dones con que, en esta preciosa mañana de domingo, nos brinda la naturaleza, en este caso, en un entorno fluvial.
Hemos cruzado por enésima vez este saltarín riachuelo y continuamos por un sendero adyacente por la izquierda orográfica del arroyo.
Y alcanzamos otro lugar delicioso, paradisíaco yo diría, de esos que sí o sí hay que inmortalizar.
Y nos vamos acercando al entorno de la cueva del agua y la poza de las Tortugas.
FINAL SEGUNDA PARTE


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