La senda que va discurriendo a lo largo del Azud de Ojós finaliza en un anchurón cercado de pinos que llaman "Los Llanicos". Las bonitas vistas hacia las huertas y villas ya mencionadas seguirán sucediendose lo que nos hará el alpargatazo por el camino forestal menos tedioso. El menda, en tramos así entra en modo "recogimiento", esto es, activa el piloto automático, pone velocidad de crucero, buena música a través de unos auriculares hifi y a disfrutar de la caminata todo lo que permitan los sentidos.
La pista va tomando direción SO hacia la sierra de Ricote, cuya cima (Almeces 1124m) y antenas, comenzamos a ver al frente. Al oeste se nos muestra en toda su extensión la sierra del Oro. La miro en la distancia y me hace recordar la particular odisea que viví por el barranco de Malojo, aquel por el que descendí, que se me hizo más largo que un día sin pan y luego la sorpresa de llegar al coche y encontrarme la rueda pinchada. En fin, vamos bordeando el Alto de La Umbría a media ladera, entre la Loma de La Fuente y el Carrerón, que poco a poco nos irá acercando a la casa forestal de la Calera.
La casa forestal de La Calera.
A escasos metros de la casa forestal y antes de iniciar la bajada hacia Collado Blanco se obtiene una bonita panorámica de Ricote pueblo, montes aledaños, lo que queda del castillo de Peñascales y su inmenso huerto de limoneros. Aquí toca tirar de zoom y acercar en lo posible todo aquello que se ve a lo lejos.
Ya tengo claro que no me voy a quedar sin visitar el castillo. Ya sé que al susodicho le quedan dos paredes en pie pero las vistas desde su emplazamiento tienen que ser de aúpa, o cuanto menos, dignas de ofrecerse a unas pupilas tan curiosas e inquietas como las mías. De modo que tocará hacer una nueva incursión por estos andurriales.
Seguimos la pista hacia Collado Blanco hasta llegar a una fuerte rampa descendente y hormigonada, bien señalizada que nos sale a nuestra izquierda. La cogemos y al poco ya estamos visualizando otro punto de interés en nuestra ruta, el lavadero público “Los Molinos”, hoy día restaurado. Existen paneles explicativos sobre su función social y funcionamiento. En su origen las instalaciones estaban compuestas por las conducciones hidráulicas, un abrevadero, un cuarto de baño para las mujeres, dos molinos harineros, el propio lavadero y la balsa que recoge el agua durante la noche para poder ser regada durante el día. Todo el conjunto se alimentaba del manantial de la Fuente Grande, un caudal de 12 litros por segundo que fue la principal fuente de aprovisionamiento de agua que tuvo la huerta de Ricote hasta la segunda mitad del siglo XX, aunque el manantial principal es Fuente Caputa. Las aguas, que hoy pertenecen a los Regantes, fueron en su día aprovechadas por los árabes para después pasar a ser propiedad de las Órdenes de Santiago y Calatrava.
En este cuasi apacible lugar (perro ladrador algo porculero procedente de una casa aledaña al lavadero) permanecí un buen rato, comiéndome una manzana y unas pocas nueces que llevaba a modo de tentempié, mientras leía los interesantes paneles informativos. Ya desde casa, quise indagar un poquito más sobre la cuestión del lavadero puesto que durantes mis andanzas, aún me sigo encontrando con alguno que otro en aparente buen estado de conservación y uso. Y entonces fue cuando a través de San Google me tropecé con esta maravilla de blog, LAVADEROS PÚBLICOS, que ha supuesto para mí todo un hallazgo y sospecho que lugar de futuras visitas internáuticas. Solo de Murcia contiene 95 entradas. De Caravaca ilustra cinco lavaderos. De Cehegín cuatro. De Moratalla nada menos que quince. Y por supuesto registra este en el que nos hallamos. Ya me he dado alguna que otra vuelta y algunos lavaderos son realmente coquetos. ¡Mirad este de Benizar! ¡Pero vamos a ver moño hueco, teniendo tantas cosas bonitas e interesantes que ver y aprender de Internet, para qué pijos necesita uno la siempre lobotizante e idiotizante televisión...? ¡Al diablo con ella!
Los lavaderos públicos generalmente son unas construcciones realizadas al aire libre, en otros casos no interviene la mano del hombre y son espacios naturales, en algunas ocasiones estos lavaderos están cubiertos por un tejado o por algún tipo de techumbre, los lavaderos siempre son alimentados por una corriente de agua que suele proceder de un río, una fuente, una acequia o por la construcción de un acueducto o canaleta. Una parte de dichos lavaderos se han rehabilitado aunque en rara ocasión son utilizados para su fin, la otra parte han desaparecido por la dejadez de las administraciones. La función de estos lavaderos, aparte de la ya sabida (lavar ropa y otros utensilios, llevando las mujeres la losa de madera o raspador, el jabón, el barreño…), era la de reunir en este espacio a las mujeres del pueblo para hablar y comentar cualquier noticia o acontecimiento que ocurría en el pueblo o en los alrededores. Por último, decir que en dichos lavaderos nacieron expresiones como ‘lavar los trapos sucios’ en relación a criticar a otros/as y ‘hay ropa tendida’ como aviso de que no se podía hablar delante de una persona determinada o de algún niño.
Este tramo del recorrido, sea porque ya andaba algo sugestionado por las referencias históricas que tenía de la comarca, o sea porque en efecto, las señales árabes todavía afloran y permanecen latentes por doquier, la cuestión es que me sentía yo muy imbuido de vibraciones moriscas. En el itinerario ecoturístico, cuando llegas a este cruce, se debe coger la flecha de la izquierda hacia Ricote. Nosotros que llevamos la versión long play, cogemos hacia la derecha. Este tramo del recorrido es especialmente disfrutón. Es como andar por entre un inmenso vergel rodeado de limoneros, pisando una mullida alfombra de color verde limón.
Ricote es un pueblo de marcado historial árabe, y de aquí se dice que salieron los últimos moriscos expulsados de España. Precisamente hoy que podemos disponer de quinientas bibliotecas de Alejandría metidas en el bolsillo para consultarlas al instante, es cuando más logofobia ergo ignorancia parece imperar entre la ciudadanía. Si bien es cierto que a Wikipedia hay que cogerla con pinzas (a pesar de lo que dictan sus propias normas de publicación) pues parece que a sus colaboradores les cuesta a veces inhibirse de introducir cierto sesgo ideológico en sus publicaciones, he encontrado varias referencias sobre el tema morisco, presuntamente veraces que se limitan al relato de los hechos acontecidos: HISTORIA DE LOS MORISCOS y EXPULSIÓN DE LOS MORISCOS.
Tras la lectura de sendos artículos, se puede entender mejor las razones que pudieron llevar a Felipe III a tomar tan tajante decisión. He aquí algunos botones de muestra:
La orden de expulsión fue hecha pública el 8 de octubre de 1610 y, en principio, sólo se refería a los moriscos granadinos que habían sido deportados allí tras la Rebelión de las Alpujarras (1568-1571). Los demás, conocidos como los del valle de Ricote por habitar esa parte de la vega del río Segura, encomienda de la Orden de Santiago, quedaron exceptuados debido a los buenos informes de que se disponía sobre su sincera conversión al cristianismo. Pero justo un año después, el 8 de octubre de 1611, Felipe III decretó su expulsión y de los demás moriscos antiguos del reino de Murcia, lo que levantó numerosas protestas por ser considerados auténticos cristianos. Los moriscos del valle de Ricote, mostraron su rechazo a esta orden realizando procesiones, penitencias, oraciones públicas y otras manifestaciones de piedad cristiana. La orden fue aplazada, pero dos años después, en octubre de 1613, se procedió a la expulsión de los 2 500 moriscos de Ricote junto con el resto de los moriscos antiguos, que sumaron en total unos seis o siete mil. Fueron embarcados en Cartagena rumbo a Italia y Francia. Los que hicieron escala en Baleares pidieron que les dejaran quedarse, pero el virrey recibió instrucciones severas de la corte de Madrid para que no lo permitiera. Algunas moriscas para evitar la expulsión se casaron con cristianos viejos.
POSIBLES CAUSAS:
Como han destacado Antonio Domínguez Ortiz y Bernard Vincent, la expulsión de los moriscos es un problema histórico «intrincado por la multiplicidad de factores y porque, a pesar de que poseemos abundante documentación de primera mano, las razones que inclinaron finalmente a la Corona hacia la solución más drástica no están bien aclaradas, ni acaso lo estén nunca».
Entre las causas que se han aportado para explicar la expulsión figuran las siguientes:
La mayoría de la población morisca, tras más de un siglo de su conversión forzada al cristianismo, continuaba siendo un grupo social aparte, a pesar de que, excepto en Valencia, la mayoría de las comunidades habían perdido el uso de la lengua árabe en favor de las lenguas romances, y de que su conocimiento del dogma y los ritos del islam, religión que practicaban en secreto, era en general muy pobre.
Tras la rebelión de las Alpujarras (1568-1571), protagonizada por moriscos granadinos, los menos aculturados, fue tomando cada vez mayor peso la opinión de que esta minoría religiosa constituía un verdadero problema político que podía poner en riesgo la continuidad de la Monarquía Hispánica. Esta opinión se veía reforzada por las numerosas incursiones de piratasberberiscos, que en ocasiones eran facilitadas o festejadas por la población morisca y que asolaban continuamente toda la costa mediterránea. Los moriscos empezaron a ser considerados una quinta columna, y unos potenciales aliados de turcos y franceses.
El temor de una posible colaboración entre la población morisca y el Imperio turco otomano en contra de la España cristiana. Cabe destacar que los turcos suponían la mayor amenaza para los intereses de la Corona Española y nunca se llegaron a conseguir grandes victorias contra los mismos, de ahí que una alianza entre moriscos y turcos, los primeros presionando desde la propia España y los últimos desde el Mediterráneo, podría haber resultado fatal.
El comienzo de una etapa de recesión en 1604 derivada de una disminución en la llegada de recursos de América. La reducción de los estándares de vida pudo llevar a la población cristiana a acentuar su resentimiento respecto de los moriscos.
...por otra parte, la expulsión volvió más inseguras las comunicaciones por tierra y mar: convirtió a algunos campesinos moriscos en bandoleros rebeldes refugiados en las montañas (los llamados monfíes), cuando no en aliados y espías de la piratería berberisca que ya en el siglo XVI habían encabezado Barbarroja y Dragut. Como entonces, los descendientes de estos corsarios berberiscos habían acogido a los emigrados de las guerras moriscas y de la expulsión entre sus hombres usándolos para infiltrarse en las costas mediterráneas españolas y saquearlas regularmente (también las europeas: de la capital de Islandia se llevaron a 400 islandeses, incluso mujeres y niños, que vendieron como esclavos) y esta costumbre perduró durante cerca de un siglo también después de la expulsión, de forma que el temor a la «bajada del Turco» llegó a ser un tópico conversacional en el Siglo de Oro. Altea, Villajoyosa y Calpe fueron especialmente castigadas entre otros lugares. Los tres mil moriscos de Hornachos, en Extremadura, fueron expulsados íntegramente y fundaron en Salé, junto a Rabat, la República corsaria de Salé. Entre los piratas moriscos españoles que saquearon la costa española en busca de riquezas y esclavos pueden mencionarse, por ejemplo, Alonso de Aguilar, el «Joraique», el granadino Mami Arráez o Manuel de Guadiana.
Ya hemos dicho que el paseo por entre el huerto de limoneros se nos antojó muy agradable. De hecho, el aroma de limón es uno de los que más me gusta y relaja, ¡ummmmm!
Ya hemos abandonado el campo de limoneros e inmediaciones de Ricote y llevamos un tiempo caminando por asfalto, por el tramo menos atractivo del recorrido, aunque también tiene su encanto. Esta fotografía está tomada desde el largo puente sobre la rambla de Mezquita (acueducto postrasvase).
Estamos a punto de llegar "a los tubos" y por ende, a la rambla de Carcelín. He visto algunas fotografías de este tramo del trasvase que resultan espectaculares. La construcción e infraestructura previa que ella precisó tuvo que ser de aúpa. Sé que durante el descenso hay que llevar cuidado por la fuerte pendiente existente. No creo que tenga que verme en demasiado aprieto, en fin, ya falta poco para llegar.
Entretanto, seguimos fotografiando cualesquiera prominencias orográficas que nos parecen interesantes.
FINAL SEGUNDA PARTE
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