20 diciembre 2020

EL SALTO DE LA NOVIA-PUENTE DE OJÓS (Vega media río Segura) I

En septiembre me hice un rutica motera con unos amigos y me quedé con la copla de que algunos de los lugares que recorrimos, visualmente atractivos, merecían una visita más tranqui en plan senderista, ya se sabe, mochila y cámara en ristre a ver la de bonitos paisajes que podía echarme a la saca. Consulté wikiloc y entre las diversas opciones me decidí por un track que contemplaba una parte de aquel itinerario motero. Se trataba de este recorrido. A los pocos días de haberlo hecho, realicé otro que se adentraba en pleno corazón del valle de Ricote. Ambas excursiones me parecieron de lo más interesantes.
En la primera ocasión, aparqué en una explanada que existe junto a los restos de una antigua fábrica de la luz, perteneciente a Ulea. Nada más comenzar la excursión, me di de bruces con una garza real posada sobre el cauce del río Segura que al verse sorprendida, emprendió rauda el vuelo. Entre que encendí la cámara, quité la tapa y tal, solo me dio tiempo capturarla cuando ya se alejaba sobrevolando la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de Villanueva del Río Segura.

Los primeros metros de la excursión se hacen por carretera. Se pasa por debajo de un edificio carismático y muy popular de la zona, el conocido Gurugú. Al parecer fue levantado por un tal Antonio Tomás Sandoval, militar uleano destinado en Marruecos que a su licencia lo hizo construir en 1870, en semejanza del existente en el norte de África y que era utilizado como puesto de vigilancia. Se halla ubicado sobre un montículo reforzado por restos de paredes moras, dando vista a la huertas ribereñas del Rio Segura.
Tras de unos metros de transitar por la RM523, nos salimos a nuestra mano izquierda para coger una senda adoquinada bastante empinada que empalma con la que llaman la Senda del Martillo. El cómodo empedrado permanece hasta una antigua casa forestal localizada en un paraje que denominan "Las Lomas".
A través de la senda del Martillo, vamos a trasladarnos de la cara sur a la vertiente norte de la sierra de Ulea.  
La Casa de los Forestales
El camino pica hacia arriba pero en suave ascensión progresiva.
Nos entretenemos en fotografiar los diferentes elementos orográficos que nos salen al paso.
Hemos pasado al otro lado de la sierra.
A partir de ahora, las bonitas vistas se suceden.
El cabezo de Los Calderones
La  villa de Ojós.
Inconfundible la sierra de Ricote por su profusión de antenas
Ojós parece enclavado en un verdadero vergel. No me extraña la querencia que los árabes tenían por estos pagos. En la próxima entrada hablaremos un poco de los últimos moros en ser expulsados de la península (moriscos), que fueron precisamente los de Ricote. 
La vega media del río Segura parece un oasis, si tenemos en cuenta el predominio del paisaje árido, casi desértico de los alrededores.
A todo esto, una senda empinada, no demasiado trillada, que hemos cogido a nuestra izquierda, nos ha conducido hasta la parte más alta de la sierra a través de un pequeño embudo final que bien podía haberse llamado "el paso de la zorra". Hemos accedido a la antecima. Corre un molesto viento del norte que lacera el cutis si te acercas a los cortados de la north face, pero no hay miedo porque llevo pasamontañas y forro polar con capucha. Después de encasquetarme ambas prendas, doy una vuelta por las inmediaciones de la cumbre, inclusive por donde se hallara el antiguo asentamiento del Castillo de Pila de la Reina Mora. Entretanto, venga fotos y que no haya miseria.
Nos hallamos a 381 metros, altura bastante por debajo a la que tengo yo situada mi cama. Nos acercamos a los cortados, pero no demasiado ya que un paso en falso abstraído con la cámara podría ser mortal de necesidad. No obstante, mirando hacia Ulea se respira mejor y ese solecito acariciándote el lomo resulta de lo más delicioso.Tras la disfrutona contemplación con los prismáticos de cuantas panorámicas y detalles curiosos se nos ofrecen en derredor (meandros del río, sierras de Ricote, Navela, Chinte, Alto de Solvente, sierra del Oro, de Espuña etc) y las tres villas que en todo momento visualizamos y llevamos en danza, volvemos sobre nuestros pasos por la tendida senda, con cuidado de evitar la siempre temible costalada.
Ulea
Sierra del Cajal
Cabezo de Cuevas Blancas
Campos de Ulea
FINAL PRIMERA PARTE


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