Este barranco que teníamos que salvar es el barranco de las Polladas. Después de tantos kilómetros acumulados, se nos hacía penoso progresar por entre lecho tan arenoso
Nuestra bella y simpática compañera de fatigas, nunca perdía la sonrisa
Nuestro amigo Ángel, concentrado en la ascensión al áspero barranco
Bien acompañados siempre se camina mejor
La última parada técnica en el cerro San Juan, para reagrupar al personal
Después de la subida, los compañeros reajustándose el equipo para encarar la recta final...por fín!!!
FINAL CUARTA PARTE
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