Yo pensaba que el litoral murciano estaba compuesto por una sucesión de cerros más secos que el cascabillo, y que estaba más pelao que la superficie de una bombilla de 60 watios y ahora me doy cuenta que me hallaba en un gran error.
Es lo que suele suceder cuando uno se deja llevar de los prejuicios.
De las equivocadas creencias.
No hace mucho, me hablaban de la belleza de una ruta entre Portman y Cabo de Palos, y mencionaban un monte que se llama de las cenizas, en cuya cima se encuentra una fortificación militar, hace muchos años abandonada, y que resultaba muy interesante recorrer por las vistas que desde allí se obtenían, así que, no eché en saco roto la recomendación, estudié las diferentes posibilidades que ofrecían amigos senderistas que habían subido su correspondiente recorrido al wikiloc y como seguir un track, se ha convertido en una de mis pasiones y actividad de lo más excitante y divertida, pues allá que me bajo unas cuantas rutas y después de haberles echado un ojo en el mapa, me decido por una, que nada más comenzar, sube a la batería por una pista de moderadas cuestas, para volver a bajar y a partir de un punto señalizado con un mojón, seguir un trazado a la derecha, que discurre por toda la costa.
Debo decir que después de haber hecho gran parte del recorrido, pues me tuve que dar la vuelta antes de completarlo por falta de tiempo, he comprobado al revisarlo, que me tenía que haber decantado por otro más preciso y lógico pues el que yo hice, me hizo alejarme del litoral para desviarse hacia una urbanizacion de chalecitos a cual más bonito; algunos de los cuales, lucían en su fachada el repetido en nuestros días cartel de "FOR SALE", en la población de Atamaría.
Pensé, para este año no, que no me ha tocado ni la pedrea, pero para el año que viene, ya se donde tengo que buscar "casita en la playa".
Tuve que llegar a un campo de golf y desde este, iniciar de nuevo acercamiento hacia el litoral, atravesando un cerro, por un camino de pizarras de lo más quebrado.
Ese alpargatazo le sobraba a la ruta.
Existen varias rutas por la zona, algunas de ellas, circulares, pero yo quería abarcar cuanto más línea de costa, mejor, de modo que...me puse a andar, recreándome en las vistas y cuando me vine a dar cuenta, tuve que desandar lo andado, y a toda pastilla, pues la noche se me echaba encima.
Esta zona de Murcia para mí es bastante desconocida. Me pilla lejos de casa y hasta ahora, nunca había hecho por conocerla un poquito mejor. Si exceptuamos La Manga o Cartagena, que he visitado con alguna frecuencia, el resto de pueblos, solo los conozco de oídas.
Ahora comprendo mucho mejor a los murcianos de esas latitudes que, al descubrirnos por vez primera a los del noroeste, parece que se sorprenden al tropezarse con pueblos tan bonitos como los que tenemos por aquí.Y eso mismo me sucedio a mí ayer...descubrí que nuestro litoral no es tan mustio y árido como yo me pensaba.
Ahora comprendo mucho mejor a los murcianos de esas latitudes que, al descubrirnos por vez primera a los del noroeste, parece que se sorprenden al tropezarse con pueblos tan bonitos como los que tenemos por aquí.Y eso mismo me sucedio a mí ayer...descubrí que nuestro litoral no es tan mustio y árido como yo me pensaba.
Cuando llegué al punto de inicio de la ruta, me quedé maravillado con la belleza que comenzaba a destellar la bahía de Portman...
Así que, decidí, comenzar la ruta desde un poquito más abajo...
Es preciso decir que la subida al Monte de las Cenizas, desde Portman se las trae. Después de dejar atrás los paseos y miradores de esta población, que supongo, sobre todo en verano estarán muy frecuentados, se sigue una pista coqueta y muy tupida, no demasiado ancha, que conforme nos vamos acercando a la cima se va endureciendo, y de qué manera pues nos encontraremos con repechos de hasta un 30% de desnivel. Son pocos metros pero hay que subirlos. Me pensaba que este recorrido sería coser y cantar, con subidas ni siquiera dignas de mención pero me topé con un muro al que tuve que echarle ganas si quería superar.
El monte, por las recientes lluvias, se encontraba húmedo y esponjoso, realmente delicioso. Todo lo que al paso me íba encontrándo, me sorprendía grátamente.
¡Qué bonita subida la de esta fortaleza, de haber estado en Cartagena, para incorporarla a la "Ruta de las Fortalezas" !
La bahía de Portman quedaba cada vez más lejos...
FIN 1ª PARTE
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