En este alto en el camino, aprovechamos para colocarnos las polainas y quitarnos algo de ropa. Hacía una mañana radiante y todos sabíamos que lo mejor estaba por llegar.
Nos dirigimos ahora hacia Revolcadores, tachuelilla a 1280 metros de altitud, por uno de los tramos más agradables y plancenteros de todo el recorrido. Algo de esto se puede apreciar en los pocos cortos de video que acerté a grabar con la cámara.
Nos estamos aproximando al lugar del condumio.
Y se agradece porque hay que reponer fuerzas y un alto en el camino algo más prolongado que el que viene siendo habitual, nos puede venir muy bien para recomponer nuestro equipo y vestuario.
Después de "fichar", nos dirigimos al vehículo que porta la manduca y a su lado, vemos tres sacos, que contienen bocatas de tres variedades diferentes. Introduzco la mano en uno de ellos, al azar, porque alguien dice que los de "atún se han acabado", y ya me da lo mismo que sea de salchichón, chorizo o butifarra. Extraigo dos ejemplares de buen tamaño y aún mejor paladeo. Descubro con alegría que disponemos también de cerveza, el más reconstituyente para mí de los avituallamientos líquidos, así que, me apresuro a coger sendas "estrellas" para Josepaco y el menda.
Periodistas de diferentes medios, fotógrafos y algunas cámaras de televisión se mueven por allí. El ambiente es jubiloso, a la par que sereno y plácido, aunque la peña no pierde comba en cuanto a zampar y recobrar nutrientes se refiere.
Aquí tenemos al incombustible y vivaracho trío "Comando Totana", acompañados en esta ocasión, de dos alegres y risueñas amigas...
Después del agradable y más que sólido tentempié, observando aquí y allá las evoluciones de los compañeros de ruta que por allí pululaban, aprovecho para quitarme, por fin, el anorak; me cambio también de calcetines, e intento recomponer en lo posible, mi extenuada figura, porque conozco de sobra, que la inminente subida al Gavilán por esa parte, es empinada, prolongada y por tanto, dura de pelar. Pero me siento bien, tengo buenas sensaciones y no pensar en lo que todavía te queda, siempre es buen síntoma.
El bueno de Asensio, como siempre, rezumando optimismo y buenas vibraciones. Más gente de su carácter hacen falta en el mundo.
Allá, a lo lejos, Joaquín, el virtuoso artista de la fotografía...
Otro de los compañeros de ruta al que no tengo el gusto de conocer, pero que, con lo guapo que sale, ¿cómo lo iba a dejar olvidado en algún remoto rincón del disco duro de mi ordenador...?
Los primeros repechos, se atacan con alguna dificultad y por ello, tienen lugar constantes paradas que, aunque de corta duración, no te permiten coger un ritmo regular. Y cuando llega el momento en que hay que apretarse de verdad los machos, porque la cosa se pone asaz cuesta arriba...es cuando sobreviene mi particular vía crucis porque mis zapatillas no agarran una mierda.
La nieve requetepisada no ayuda nada y el tener que detenernos constantemente agrava el problema porque percibo mis puntos de apoyo terriblemente inestables.
Ora en el bastón (me salvó de más de una hostión) ora un matojo, el tronco de un tierno pino, un risco...la cuestión es que me aferré a cuanto asidero se me puso por delante y al alcance de mis zarpas.
Así y todo, y ante el enésimo patinazo en que acababa tragando nieve o todavía peor, corriendo el riesgo de precipitar mis 92 kg montaña abajo, con el consiguiente efecto dominó de llevarme por delante, a media expedición, me decía mi amigo Josepaco que tenía que llevar "las ruedas a rallar", ya que se estaba dando cuenta de mis serios problemas para mantener el equilibrio.
El paisaje era soberbio, y deleitarme en su contemplación, me hacían olvidar mi particular calvario...
Nuestra amiga María del Mar, se hallaba a punto de coronar...
La subida se hace larga, en mi caso, más por mis continuos deslices que por la dureza de la ascensión en sí, porque el timonel de aquella comitiva, debe tener órdenes de marcar un ritmo llevadero y lo bastante asequible para todo el mundo. Por fin coronamos, y suspiro aliviado porque la última gran cima que teníamos por delante es superada. La peligrosa bajada que ahora toca no me preocupa en exceso porque "lo mío siempre ha sido bajar". Sea arrastrando el culo o pegando saltos campo a través por entre la nieve virgen, mis otrora escurridizas zapatillas, ya no me preocupan. Aunque solo les pido, eso sí, que sigan manteniendo el calor de mis pies.
Preciosa instantánea que hace nuestro amigo Joaquín a este aguerrido y apuesto montañero...
Lo mismo que a este, que me pareció ser miembro auxiliar de la organización...
El grupo no se detiene ni para recuperar el resuello y casi sin darme cuenta me veo andando detrás de una despampanante caribeña que se mueve con agilidad felina por entre el quebrado terreno. Vamos recortando distancia respecto de un grupo del que nos separan 30 ó 40 metros. Muy pronto los atrapamos y rebasamos y entonces le comento que lo más importante en la marcha es mantener un ritmo regular. Que la gente que camina a tirones, se fatiga antes que los que mantienen una constante "cadencia de pedaleo".Parece que está de acuerdo y de hecho, es algo que suele poner en práctica. Me dice que es la primera vez que pisa nieve. Hablamos de política y de Fidel Castro pues resulta ser una atractiva súbdita de la república de Cuba y luego pasamos al fútbol, declarándose hincha del R. Madrid y del fútbol en general aunque ni Higuain ni Messi le agradan gran cosa. Me deja realmente pasmado pues en cuestiones de fútbol, es toda una eminencia y en la última parada de dos minutos antes de encarar la bajada, la pierdo de vista. De pronto veo al inconfundible e ilustre Moss, rodeado del comando Totana y de sus dueños, que no son otros que Jose Antonio y Lourdes. Jose Antonio es autor del insigne blog Montañas del Sur, un rincón muy recomendable para todos aquellos que quieran conocer de mano de su didáctica y excelsa pluma, lo más granado de nuestros tesoros béticos, sin excluir otras cordilleras allende "Despeñaperros parriba". Aquí le vemos seguramente seducido e inducido por Asensio, pasando también por el aro de sus carnavaladas, pero con talante, garbo y salero.
Y comienza la bajada, un descenso cuasi vertical e interminable cuya nieve pisada lo hace terriblemente resbaladizo. De suerte que los que me preceden saben moverse por terreno nevado y van abriendo camino, cruzando y atajando la senda por entre la nieve virgen. Una vez le cogemos el tranquillo y tras algún que otro "sustopatinazo", llegamos abajo.
En el camino, nueva parada rápida para quitarme las polainas que ya no creo necesarias. Hasta que llegamos al último de los avituallamientos y penúltimo de los reagrupamientos antes de enfilar para meta en el punto de partida, esto es, en el hotel El Llano. El lugar es muy apacible y cuenta con bonitas sombras. Dan ganas de echarse a la bartola y dar por concluida la jornada. Ya se ven muchas caras cansadas, incluida la mía, con ganas de terminar. Me zampo la mitad de una toña y bebo un par de tragos de una bebida energética. Siento livianas las piernas y de pronto me invaden muy buenas sensaciones. Y al reeinicio de la marcha, decido aprovecharlas subiendo con fuerza la cuesta hacia el collado de la Cruz y la casa de la Barquilla. Mi compañero Josepaco, me sigue muy de cerca. Estos kilómetros, recuperadas las fuerzas, los disfruto enormemente.
Último reagrupamiento, más prolongado de lo deseable para esperar a los rezagados. Aquí conozco a un jovencito de 72 años, llamado Juan, que nos llena de admiración.
Todo un ejemplo a seguir y al que cuesta precisamente seguir su estela. El bonito tramo del que llaman "El barranco del Agua" ya con las fuerzas justas, quebrado y técnico, se nos hace duro e interminable. Pero lo atravesamos bien y de forma amena pues vamos charlando.
Salimos del barranco y llegamos a la pista asfaltada desde la que, a nuestra derecha, se divisa a lo lejos el hotel. Son mis ganas de acabar las que me espolean cual burro con orejeras, que solo mira "palante" para echar casi a correr. Lo mismo me da que me da lo mismo que no sienta las piernas; lo que quiero es LLEGAR.
Por fin llegamos; la organización tiene dispuesto un bidón, con refrescante cerveza en su interior. ¡Qué buena está y qué gran idea recibir a los macilentos caminantes con tan refrescante ambrosía, con un par de güevos, si señor!Cambiarse de ropa y desempolvarnos la cara, es nuestra siguiente intención. El rato de la comida es tremendamente agradable y entretenido. El arroz con chicha y caracoles, está de cojones, y me zampo entre cerveza y vasicos de vino, dos platacos que me saben a deleite divino.
Sorteo de regalos, saludos a los compañeros de fatigas, risas, la segunda victoria del Madrid al Barcelona en pocos días, regocijo y enorme satisfacción interior por la hazaña consumada; la compañía siempre afectuosa de Josepaco...alzamos las copas para brindar porque dicen que dos no son amigos hasta que beben juntos. El que vacía su vaso, vacía también su corazón. Han sido casi 41 km, bellos y duros, porque solo en lo exigente, encuentra el espíritu y el alma, la mejor medicina reconstituyente.
Aquí estoy con el divertido y luminoso Asensio, momentos antes de retirarme hacia la ducha templada en el "refugio del guerrero".
Aquí os dejo un enlace de fotos a tutiplén para que conozcáis un poquito mejor al memorable y siempre divertido...
Aspecto circular que presenta el trazado del track sobre el mapa
Perfil
Resumen estadístico
Y ya solo me resta darle las gracias a ADENOW por haber hecho posible, la perfecta organización, otro año más, de tan extraordinaria travesía senderista como esta y a Joaquín, el del comando Totana, por haberme cedido tan generosamente las estupendas fotos que hizo durante la marcha. Agradecer la simpatía, el compañerismo, la solidaridad de todos aquellos camaradas de ruta con los que en algún momento del camino coincidí, y por supuesto, mención especial para mi amigo Josepaco, que en su compañía y amistad, hizo más intenso si cabe, el placer de caminar.
¡Hasta la próxima amigos!
Deseando leer la continuación... Qué grande el vídeo, me ha encantao lo de "coño!! Qué nivel!!", jaaaaaaaaaaaaaaa!! Pues eso... esperando me tienes...
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