07 febrero 2012

LA SIERRA DE LOS BUITRES...MOJANTES 1ª PARTE

La sierra de Mojantes, siempre ha ejercido un poder de atracción especial para mí.
Mucho antes de que me diera por el senderismo, procuraba subirla al menos una vez al año.
Entre los meses de octubre y noviembre, en que los días que hace bueno son especialmente nítidos, limpios y claros, situado entre sus majestuosas atalayas, la vista se pierde en el horizonte infinito y hasta te parece atisbar en la lejanía, la línea azul del mar.
Subía en pantalones vaqueros y con unas botas militares que me producían indefectiblemente al cabo de la excursión, unas ampollas enormes.
Siempre acompañado de mi Viky, por supuesto, y pertrechado de mochila en cuyo interior procuraba llevar un buen bocadillo de atún con mahonesa, con su correspondiente S. Miguel, que gustaba de zamparme asomado a alguna de sus imponentes terrazas, y luego también prismáticos, cámara de fotos, muda de camiseta para cambiarme una vez llegara arriba, y en fin, todo lo que preveía me pudiera hacer falta durante mi caminata.
Uno de los mayores atractivos que encontraba en cada subida, es que siempre me tropezaba con alguno de sus moradores.
Fueran cabras, jabalíes, águilas o buitres, la cuestión es que, siempre me sentía acompañado y observado.
Sentarse en el filo de las piedras del reloj, o la peña del águila, con las piernas colgando en el vacío, comerse el bocata y entre tanto, coger los prismáticos y entretenerse en observar el espectacular y templado vuelo de los buitres leonados, constituía todo un placer y fascinante disfrute para mí.
Y una fantástica ocasión de disfrutar de la soledad y sentir eso que llaman “encontrarse y hallarse en paz con uno mismo y con todo lo que te rodea”.
¡Qué mejor modo de soltar lastre que subirte a las alturas y ante la grandiosidad del paisaje, sentirte insignificante y al mismo tiempo criatura fundida con la naturaleza...!
Leí por ahí una cita de Ingmar Bergman con la que me siento plenamente identificado...
"Envejecer es como escalar una gran montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista más amplia y serena...”

Pero cada vez que subía a Mojantes, lo jodío no era subir si no bajar.
Cada vez lo hacía por un lugar diferente, pero igualmente peligroso.
Hasta hubo una vez que bajé por el barranco del Pozo, con las ampollas martirizándome los pies, y me deslicé, resbalé, pegué el talegazo padre, me hice un esguince y todavía quedaba un mundo para llegar abajo; el sol sin sombras, castigando mi lomo de lo lindo, y un dolor lacerante en mi tobillo, que iba in crescendo.
Y sin bastón, porque lo había dejado olvidado en una de mis múltiples paradas para tomar algunas fotos y cuando reparé en que no lo llevaba, volví sobre mis pasos pero ya no supe dar con él.
¡ Y cuanta falta me hacía en aquellos momentos...por aquella ladera tan tendida...!
Y solo...más solo que la una...seguro que las cabras debían estar desculatándose de la risa, de ver a un pobre humano, pasarlas canutas por entre aquellas pendientes.
Bueno, andar solo por ahí, tiene estos inconvenientes...nunca estás libre de sufrir algún percance, por eso tienes que esmerarte y afinar en donde pones los pies, si cabe, mucho más que cuando andas acompañado. Y si tienes que apoyarte en el trasero, mejor caer de culo que no de cabeza.

En fin, a los aventureros solitarios, estos percances, cabe la posibilidad que les ocurran.

Ayer alcancé de nuevo, el vértice geodésico de Mojantes, después de mucho tiempo sin hacerlo.
En mi nueva condición de senderista, perfectamente equipado, con buenas zapatillas Chiruca, suela vibram, material impermeable goretex, GPS, bastón basculante amortiguador de impactos y ropa aislante con buena capacidad de eliminar el sudor, solo permanecía lo del bocata de atún, esta vez con tomate (hay cosas que nunca cambian) y los protagonistas, que seguían siendo los mismos de otras ocasiones.

Me meto en Wikiloc y entre otras rutas de Mojantes, de colegas senderistas que han tenido a bien compartir su aventura, encuentro la de un tal tonibarranda, que me parece a priori, muy atractiva y sobre todo desconocida, utilizando un itinerario muy diferente a los hasta ahora por mí conocidos.
En primer lugar, y como excusa para subir algunas imágenes que tengo por aquí de años anteriores, describiré alguna otrora andanza por la sierra de Mojantes con el correspondiente comentario que me vaya sugiriendo la fotografía en cuestión y más tarde, incluiré otras tomadas ayer de la ruta del amigo de Barranda que hice, no en el sentido campillo de arriba-barranco Noguerón sino viceversa.

Bonita estampa de Mojantes
El corral del Asturiano
Itinerario seguido...en menos de 45 minutos estabas en el punto geodésico. La primera parte de la subida se hace dura pues es muy escarpada y casi tienes que ir escalando...pero hasta llegar a las primeras faldas, te da tiempo a calentar caminando entre el campo de labor y el barranco del pozo.
Por aquí más o menos se sube...
Detalle de algunos tramos de la subida...
Desde arriba...al fondo el corral del Asturiano
Los primeros riscos...
Viky, flirteando con el abismo...
Al fondo, destaca la silueta de El Carro...picacho de casi 1300 metros...
Una oveja perdida o abandonada por su pastor...parecía amigable...
Un buitre...¿al acecho?
No parecía la borrega un animal enfermo...
Estupendas vistas...
Una imágen muy común en lo alto de Mojantes...buitres revoloteando y oteando desde las alturas.
A medida que avanza el día, los pujantes rayos del sol, van calentando cada rincón de la tierra. Grandes masas de aire recién caldeado inician un largo recorrido en sentido ascendente. En la colonia de buitres, algunos individuos se lanzan al vacío en un picado oblicuo, moviendo de vez en cuando sus grandes alas con un ritmo lento y pausado pero enérgico, hasta que, alcanzando una corriente térmica, comienzan a elevarse. El buitre realiza la ascensión describiendo grandes espirales cerradas, moviendo las alas solo ocasionalmente, lo que le permite llegar a zonas en que la térmica tiene mayor poder ascensional.
De esta forma, prácticamente sin realizar ningún esfuerzo, se remonta hasta conseguir grandes alturas, desde las que, como colgado del cielo, oteará la llanura durante horas hasta encontrar el alimento.
(Imágenes obtenidas de Internet...)
Interesante artículo sobre buitres en la sierra de Mojantes y enlace a la wikipedia para saber más sobre estas formidables criaturas
Bastón que extravié en Mojantes...
"El carro", al fondo y en el centro de la imagen.
Lupanar de carretera, vista su retaguardia desde Mojantes.
Desnuda resistencia de un árbol que pese a su aislamiento y desamparo, aguanta empero, los embates del tiempo y la soledad. Me recuerda a la fuerza interior, que por circunstancias de sus vidas, no han tenido más remedio que desarrollar algunas personas...
Punto geodésico de Mojantes...
La Sagra...
Sierra de María...
Otra vez el inconfundible contorno de la Sagra...
Relajantes vistas...
Verticales, casi inexpugnables formaciones rocosas.
Espectacular imagen, tomada prestada de Internet, cuyo autor, un tal elmoralejo, logra captar el instante de un rutilante y flamígero cielo, que incendia Mojantes.
FINAL PRIMERA PARTE

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