Aquel monte es el Cerro Jabalcón, donde estuvimos hacia finales del 2018. Una ruta preciosa en la que me acompañó Hulk, en aquel tiempo muy comprometido con la causa patriótica, y entusiasta de Donald Trump y también por supuesto de Abascal. Ahora debe estar otra vez que no cabe en sí de gozo. Lo pasamos bien en aquella excursión a la que también nos acompañó la muy sexy, Bett'y Soul. Pero le tuvo que pasar algo porque al poco cambió su forma de pensar y proceder. Comenzó a engordar, se puso como una foca, se dejó crecer el vello de los sobacos, se tintó su otrora lindo cabello de color lila, se hizo feminista y fanática de la ideología Woke, tertuliana en la Sexta y lo de empezar a tacharme de machirulo y ejemplo representativo del heteropatriarcado más casposo, amén de fascista, racista, xenófobo y no sé cuantas lindezas más, estaba cantado y la tuve que dar de baja de mi catálogo de espantajos, no fuera que me denunciara por agresión sexual o por tenerla trabajando sin dar de alta en la seguridad social. Con una loca del coño así, cualquiera se arriesga, así que, la dejé acumulando polvo en una estantería, y allí sigue, mientras Trump no ponga a la ideología Woke y el feminazismo en su sitio.
Hulk decía que se aburría conmigo, que fue bonito mientras duró y dejándome tirado como una colilla, decidió volver a USA. Echo de menos su cara de mala hostia y su espectacular envergadura corpórea, que lucía muy bien en los paisajes, pero se ponía muy pesado en su afán hasta la náusea por el postureo, que yo no llevaba muy bien porque me eclipsaba y robaba protagonismo. A ver si voy a ser yo el artífice de este blog, y resulta que la fama se la lleva este marveliano personaje de pvc made in china. Pues no, cuando me dijo que se marchaba, le dije adiós muy buenas, me fumé un porro y me quedé en la gloria, que no hay mal que por bien no venga, y como decía aquel...tanta paz lleves como descanso dejas, porque hay que ver lo que pesaba el verde fantoche este, una tonelada si no más, que a punto estuve de desarrollar una hernia y varias contracturas crónicas. En fin, que también tuve que renunciar al apartado musical, porque me resultaba muy frustrante que al cabo de un tiempo, algunos enlaces de Youtube, dejaran de funcionar, y por eso, como mucho, ahora me acompaña Yoda, que no pesa tanto y no me causa problemas, que aunque le gusta interactuar en las redes, es muy discreto.
Volviendo al sendero de las Chimeneas del Negratín, nos vamos alejando del pantano, de cuya historia sobre sus dimensiones, aldeas que quedaron bajo las aguas y construcción, ya ofrecimos una extensa reseña en la segunda parte de nuestra excursión por el Cerro de Jabalcón. Ahora queda un tramo cuesta arriba, donde a mano derecha, vamos a seguir disfrutando de la visión de estas colosales configuraciones geológicas, con aspecto unas veces de ciudadela, de fortaleza y otras de anfiteatro.
Salimos a una pista asfaltada, que a la derecha, nos llevaría en pocos kilómetros a Cuevas del Campo. Nosotros cogemos a la izquierda, buscando cerrar el círculo, retornando al área recreativa.
Aquella población es Zújar, y Wikipedia dice que: Zújar es una localidad y municipio español situado en la parte noroccidental de la comarca de Baza, en la provincia de Granada, comunidad autónoma de Andalucía. Limita con los municipios granadinos de Cortes de Baza, Baza, Freila y Cuevas del Campo, y con el municipio jienense de Pozo Alcón.
El municipio zujareño comprende los núcleos de población de Zújar —capital municipal— y Carramaiza. Se encuentra al pie del cerro Jabalcón, desde cuya cumbre se puede ver casi toda la comarca bastetana. El cerro cuenta con zonas de despegue acondicionadas para el vuelo libre que han servido en varias ocasiones para la celebración del Campeonato de España. A nueve kilómetros del pueblo se encuentran los Baños de Zújar, unas aguas naturales calientes y sulfurosas que se suelen usar para descansar.
Una vez de vuelta en la zona de recreo, nos damos un garbeo por sus inmediaciones, que nos vuelven a brindar las excelencias de su paisaje.
Y antes de enfilar el morro del coche, definitivamente hacia Cehegín, estacioné de nuevo en la explanada del mirador, y me di una vuelta por las instalaciones y aliviadero de la presa, cámara en mano, de cuya operación, he aquí las siguientes imágenes:
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