19 febrero 2025

Por las Asperillas, Morras del Perdigonazo y Barranco de los Aserradores

Como decía en la entrada anterior, el último tramo de la Adenow 2024 me había dejado muy buena impresión, pero al ritmo frenético que se marchaba, resultaba imposible recrearse en la contemplación del paisaje, y mucho menos, tomarle unas fotos, así que, me quedé con la copla y volví por aquí a los dos o tres días de haber hecho la travesía. Sobre todo, quería disfrutar del trayecto por el barranco, con un paso mucho más sosegado. Así pues, situado sobre el Mapsource, confecciono un itinerario circular que contemple lo que me interesa recorrer y dejo el coche en una pinada localizada entre El Llanico y el Toyo. Los primeros kilómetros, hasta llegar a Las Asperillas, son un alpargatazo en toda regla, hecho por la pista asfaltada que atraviesa el Llano de Béjar. Así nos da tiempo el ir calentando.
Encaro la subida hacia Las Asperillas, teniendo a mi izquierda Los Enebrales, Cueva del Valero, Morras de Chuecos y toda la Cuerda y sucesión de morras del Gavilán.
Como han transcurrido apenas dos o tres días desde la celebración de la travesía, los mojonacos (hitos) continúan intactos, tal y como los erigieron los de Adenow.
Poyos de Iglesia y Morra Gallina.
Cruz en el Puntal de las Asperillas, que queda unos metros por encima y a la izquierda de por donde discurre el sendero.
Morras de Chuecos, 1424m.
Desde la Morra del Atajo fotografiando Los Enebrales.
Vislumbrando la Cuerda del Gavilán.
Por aquí la sequía también hace estragos entre los pinos.
Atravesando la tala existente entre Los Enebrales y la Morra del Perdigonazo, donde hay unos pinos de buena factura.
Como se puede observar, tramo del recorrido de arduo terreno lapiaz.
Una vez más, la Cuerda del Gavilán
En lo alto de la Morra del Perdigonazo, 1183m, poco antes de iniciar el descenso para conectar con el Barranco de los Aserradores.
La bajada por aquí hay que hacerla con tiento.
Una vez alcanzado terreno más amigable, me tomo un respiro y hago unas auto fotos.
Reanudamos la marcha buscando el referido barranco en el que muy pronto aterrizamos.
Ya nos hallamos encajonados, pateando el lecho del Barranco de los Aserradores. 
Ahora toca disfrutarlo.
Los mojones nos facilitan la progresión por el lugar más idóneo.
Cuando llueva de forma torrencial, por aquí el agua tiene que correr de aúpa. Formidable la cantidad de grava que se va acumulando en el cauce.
Una delicia para mí evolucionar por estos pagos.
Durante la Adenow, al cruzarse el Bco de Los Aserradores con la Rambla del Baladre y el Bco del Agua, se sale hacia los Calares de Mairena y toma la dirección de las Fuentes del Marqués. Yo sigo a mi derecha, unos cientos de metros por la encajonada a la par que bonita Rambla del Baladre, para orientarme hacia el encuentro del coche. 
Después de ir sorteando algunos obstáculos con algún que otro acrobático destrepe, se me acaba el rollo porque me tropiezo con una depresión muy vertical, es decir, un abismo en toda regla. Imposible seguir evolucionando por la Rambla. Así pues, me toca eludir el obstáculo por mi derecha, y salir de la rambla, algo que puedo realizar con suma facilidad. 
He salido de la rambla y se me ofrece al frente, una bella postal de la ciudad santa y su insigne castillo, Santuario de la Veracruz, que intento acercar para dejarla a buen recaudo en la memoria de la cámara y por ende, en el presente episodio de este blog que ya toca a su fin. 
Y con esto y un bizcocho...en el próximo capítulo nos daremos una vuelta por otro de los tramos de la pasada Adenow 2024, que discurrió por la cuerda y umbría del Buitre, Pelón de Ortega y Talas del Nevazo.
¡HASTA LA PRÓXIMA!

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