22 febrero 2025

Por el Buitre y El Reventón del Nevazo

Como refería en entradas de blog anteriores, me quedé con la copla del duro primer tramo del recorrido de la Adenow 24, y sobre el mapa, confeccioné más tarde un itinerario, que una vez seccionado, lo contemplara. Como no podía ser de otro modo, dada su orografía, resultó bastante exigente. Hice el recorrido, a modo de entrenamiento, con mi amigo Pepe Luque, cinco días antes de celebrarse la Falcotrail 2024, en la que participamos los dos. He aquí el perfil del recorrido:
Fue demasiada paliza, si se quiere, ideal como entrenamiento para otros retos de resistencia que puedan venir después, pero preferí elaborar otro recorrido, más amigable, más disfrutón, más corto, que contemplara la subida al pico del Buitre, pero prescindiendo del severo Cerro Gordo, cuya acometida resulta bastante exigente, equiparable al As de Copas, si no más dura. 
Abajo, la Peñarrubia caravaqueña.
Así pues, elaboré otro recorrido de aprox. unos 14 km, que incluía la bella subida al Buitre por su arista más septentrional, con vistas a Moratalla y el bonito sendero que discurre por la Umbría del Buitre, Pelón de Ortega y el Reventón del Nevazo. 
El material gráfico que presento a continuación, corresponde a un día brumoso en que me acerqué en solitario a la zona para explorar y decidir cual podía ser el lugar más idóneo como punto de partida y retorno de "mi recorrido", y una vez determinado, y por aquello de aprovechar el viaje, ascendí hasta el Buitre, como digo, por la cresta que ofrece despejadas vistas hacia la villa de Moratalla y sus campos más inmediatos, para luego bajar por el clásico cantizal de toda la vida.
Nada más iniciar los primeros metros del recorrido, nos enfrentamos a la bella y familiar silueta de la Peña Rubia, que va quedando a nuestra espalda. 
Como aquel día, incluso Cehegín, amaneció envuelto en la niebla, como si de un Londres peliculero por así decir se tratara, no me sorprendió en exceso, al abordar los primeros metros de la arista buitrera, tropezarme con tamaño espectáculo que semejaba un verdadero mar de nubes. Tomé fotos con la pequeña compacta que siempre llevo en reserva, como si no hubiera un mañana. 
Asomando los cogotes de la sierra de la Palera y El  Almorchón ciezano, entre otras montañas veladas bajo la densa niebla.
Asomando el Almorchón y al fondo, la inconfundible silueta de la sierra de la Pila y delante el Caramucel.
Durante la ascensión, anduve muy entretenido disfrutando de tan bella exhibición como me brindaba la naturaleza.
Destacando sobre la villa de Moratalla, su castillo-fortaleza y la parroquia Nuestra Señora de la Asunción.
Peñarrubia, siempre omnipresente a mi espalda.
La densa niebla parecía comenzar a disiparse.
Mirando hacia la cresta de Cueva Negra, por cuyas inmediaciones transita un bonito sendero hacia el Nevazo, jalonado de monumentales mojones, por el que iremos a la vuelta, cerrando el círculo de nuestro recorrido.
La cima del Buitre, con sus antenas, hacia la que nos dirigimos.
Sierras de la Muela y del Cerezo
Cortados entre el Pelón de Ortega y Cueva Negra
Preparando mente y cuerpo para afrontar el último tirón hacia las antenas del Buitre, esto es, la ansiada cumbre donde se halla el cilindro del vértice geodésico.
Las bonitas vistas hacia Moratalla y sus inmediaciones se suceden. Me sentí como el privilegiado senderista, cuya mente y cuerpo se hallan en perfecta sintonía con la naturaleza, experimentando asimismo el disfrute consciente del aquí y el ahora.
Y una vez hemos coronado, auto fotos de rigor junto al vértice, acompañado con unas tomas de vídeo que hice con mi cámara de acción.
En días posteriores al ya ilustrado, consagré al completo el recorrido, junto a mis amigos Anabel y Fernando, quedando como testimonio de aquella bonita e intensa mañana de senderismo, las siguientes capturas y vídeo, con resolución HD.
¡HASTA LA PRÓXIMA!