De los estragos que el día 29 de octubre del 2024, está causando la gota
fría por el ESTE de España, de los que por las redes sociales he visto
efectos absolutamente devastadores (la cercana población de Letur, entre
otras), a falta de confirmar si se han de lamentar pérdidas de vidas
humanas, a los que por desgracia, todos los indicios apuntan, también
nuestro emblemático barranco El Saltador de Cehegín, fue testigo y
canalizador de la fuerza impetuosa de una fuerte avenida, como hacía tiempo
no se veía una igual. La ocasión la pintaban calva y por ello me acerqué al
paraje en cuestión a ver si podía capturar con la cámara, algo vistoso que
echarme a las pupilas y he aquí su espectacular resultado (max resolución
720p disponible en la ruedecita):
No muy lejos del núcleo urbano de Cehegín se encuentra El Saltador, uno de
esos parajes con encanto pero desconocido incluso para muchos de sus
habitantes. Este rincón se esconde en el extremo noroeste de la Peña Rubia,
en su límite con el Cerro de Mai Valera, y debe su nombre a las imponentes
paredes por las que se descuelga el Barranco del Saltador a través de un
tobogán rocoso de 17 metros de altura. Aunque por este barranco solo corre
el agua cuando llueve de forma torrencial, no es difícil imaginarse la
impresionante cascada que debe formarse en esas ocasiones. Semejante
desnivel abrupto del terreno se debe a la presencia de una falla geológica,
es decir, de una fractura del terreno a lo largo de la cual se produce un
desplazamiento relativo de los dos bloques. En este caso se trata de lo que
los geólogos denominan falla normal, en la que el desplazamiento de los
bloques se produce a lo largo de la vertical, y las rocas de un lado se
hunden con respecto a las rocas del otro lado.
A riesgo de que se me ahogara el equipo, porque no paraba de llover,
acompañado el fenómeno atmosférico de fuertes rachas de viento, me fui
acercando con mucha precaución al lugar.
La rambla bajaba así de caudalosa.
En este blog tengo varias entradas dedicadas a
este icónico barranco de las inmediaciones de Peñarrubia, que algunos cehegineros también conocen por el
barranco del Infierno. Ahora entiendo el porqué de tal
apelativo.
A esta altura existe un puente perteneciente a la infraestructura de la
faraónica obra de los canales del Taibilla. Antes de cruzarlo te planteas si
la pasarela será capaz de resistir el envite de las impetuosas aguas camino
del Salto del Infierno.
Una vez cruzado, y pese al viento racheado y la lluvia, manejo como puedo
el equipo para capturar estas impresionantes imágenes de las turbias aguas
de la crecida, cayendo en torrente por el Saltador. Topónimo que como
podemos ver, le viene pintiparado. Llevaba uno de esos impermeables de
capa, tan típicos del Camino de Santiago, con el propósito de que me
cubrieran y protegieran el equipo, pero el fuerte viento parecía querer
despojármelo.
La turbidez de la impresionante cascada revela su
carácter eminentemente torrencial.
Sopesé la idea de bajar a nivel del desagüe pero en ese momento comenzaba
a arreciar la lluvia y viendo que el objetivo andaba muy empañado, la
verdad es que no daba un duro porque las imágenes tomadas pudieran ser más
tarde aprovechadas. Esta Fuji del tiempo de los fenicios me ha salido muy
buena y es dura como las piedras. En una de estas me manda a freír
espárragos pero de momento la japonesa se resiste a la jubilación forzosa
y aguanta. Ahora me arrepiento de no haber hecho alguna toma desde abajo.
De aquí enfilo de nuevo hacia el puente. El estruendo de las aguas junto
con las rachas de viento huracanado, hacían del bello y ensordecedor
trance, un instante cautivador, único e irrepetible. ¡Había que
disfrutarlo al máximo! Disparo como si no hubiera un mañana, porque
puede que una coyuntura así de este lugar, no la vuelvan a contemplar mis
ojos, nunca más.
Una vez iniciado el regreso, con mucho cuidado de evitar el traicionero
resbalón del escurridizo terreno, se me ocurre, tomar una última captura
desde el otro lado del salto. Allá que desciendo a ver por dónde meterle
mano al propósito.
Y hasta aquí llega mi particular reportaje a la cascada del barranco
del Saltador, en uno de sus momentos de mayor esplendor, a la que, dicho
sea de paso, ya le tenía ganas desde hacía bastante tiempo. No lo tuve
fácil por la lluvia incesante y el fuerte viento imperante, pero ya
puedo decir que:
¡misión cumplida👍!
Cada cual cuenta la feria según le va y aunque por Cehegín y el resto de
la provincia de Murcia, si se han producido daños han sido exclusivamente
de tipo material, no ha sido así por desgracia, en otras provincias del
Este español, Valencia, Albacete etc. A la hora del cierre a esta entrada,
la pérdida de vidas humanas entre Letur y poblaciones próximas a la ciudad
de Valencia, que se llevaron con diferencia la peor parte, podría llegar a
los varios centenares de muertos.
¡Qué catástrofe; tragedia sin paliativos...!
¡HASTA LA PRÓXIMA😡!
PD