Ya que el día se encontraba con luz bastante plomiza, nebulosa, opté por no entretenerme demasiado en el pueblo, y esperar encontrarme mejores condiciones para el disparo a la vuelta, de modo que emprendí muy pronto el inicio del círculo que me conducía a Las Eras, la primera localidad de muy pocos habitantes que me indicaba el aparato que tenía que atravesar.
Pueblecillo rural típicamente manchego, a piso llano, poblado en su mayoría por gente mayor, conectado a Alcalá del Jucar por una carretera serpenteante y desde su cañón por una antiquísima y progresiva senda ascendente que sin apenas esfuerzo nos lleva al centro de la aldea. En esta imágen la podemos apenas intuir en la parte superior derecha. Comentar que con cuantos lugareños me tropecé e intercambié saludo o breve charla, me parecieron gente absolutamente encantadora. Me traigo inmejorable opinión de las gentes de estos bellos andurriales.
En la primera parte del recorrido, en la que transitamos por la parte superior del cañón del Júcar, vamos a obtener vistas magníficas hacia el pueblo
Pero seamos sinceros. El relieve que conforma el recorrido de este track no es el que más nos gusta a la Viky y a mí. Evoluciona todo él a piso llano, por entre caminos y pistas que se hacen en algunos momentos, bastante monótonas y aburridas. Es lo que se dice utilizando terminología senderista, un alpargatazo en toda regla. Tras los diciesiete kilómetros de los que consta, acabas con las rodillas y tobillos absolutamente triturados. Desde el punto de vista paisajístico, se anima un poquito la cosa cuando bajas por una antigua calzada romana en dirección a Tolosa, una aldea muy tranquila, al pie del embalse, de tres o cuatro habitantes permanentes, cuyas casas existentes están casi todas orientadas al turismo rural. Pero una vez cruzado el puente sobre el río para volver hacia Alcalá, otra vez cinco o seis kilómetros de alpargateo inmisericorde hasta cerrar el círculo. Que para personas que tienen sus piernas acostumbradas a recorridos asfálticos y de vía verde, está muy bien, pero para los que preferimos orografía más abrupta, escarpada, del tipo As de Copas, Hoya del Conejo, Collado Alto por el Estrecho de la Encarnación o la sierra de las Cabras, ya digo, me parece a mí, un recorrido un tanto monotonillo pero vamos, que no vamos a negar que tiene su puntillo.
Viky, como siempre, disfrutando también del paisaje
Tolosa, un lugar ideal para escapar del mundanal ruido.
Si es lo que buscas, no lo pienses más.
De vuelta otra vez en el pueblo
Al pie del río Júcar
FINAL SEGUNDA PARTE
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