En la segunda parte de esta entrada titulada camino a Revolcadores, nos habíamos quedado en que finalmente, decidimos darnos la vuelta porque la "nieve inglesa" nos hacía penosamente agotador llegar a la cima, y como se puede decir que íbamos a contrareloj porque uno de nosotros tenía que laborar por la tarde, decidimos sabiamente, retornar y dejar la empresa abortada para mejor ocasión. Pero me había quedado con las ganas de coronar y disfrutar del espectáculo de ver y fotografiar esa casi planicie que constituye la cima conjunta que forman el pico Revolcadores y Los Obispos. No debía dejar pasar muchos días antes de volver a intentarlo, previendo ya entonces, mejores condiciones para la ascensión. Por desgracia, condicionantes laborales, impedían para el nuevo ataque a la cima, poder contar con Juan, Paco y María, de modo que, propuse la empresa que llevaba entremanos a mi amigo Pedro, y buscando un hueco en su agenda profesional, lo encontró y pactamos intentar llegar a Los Obispos de Revolcadores, dos días después del primer intento fallido.
Aquel jueves me pareció que el terreno contenía el mismo grosor de nieve que el martes, pero con una notable diferencia. Probablemente el día anterior, habían subido otros montañeros al pico Revolcadores y habían dejado un estrecho pero suficiente canalizo que hacía mucho más fácil la progresión hacia la cima.
La nieve sobre los pinos comenzaba a desprenderse ocasionando espectaculares polvaredas níveas.
Este apuesto montañero, rivalizando en gracia y salero con el tío de la vara, me servirá de modelo y referencia en gran parte de este derroche de pixeles.
Introduciendo la estaca casi hasta el mocho
Si andabas atento a los detalles, podías atrapar fenómenos ópticos bellos y curiosos
Los árboles de navidad se sucedían sin cesar
Nieve virgen e inmaculada desvirgada por mi bastón
Aún quedaba mucha nieve sobre los pinos
Aquí se puede apreciar el surco labrado sobre la nieve que nos hacía más fácil el avance
Descomunales mazacotes de nieve soportaban todavía los sufridos pinos. A saber el estropicio que sobre las ramas de algunos de ellos habrá causado el nevazo. Pero sigamos avanzando hacia la cumbre, extasiándonos con el blanco y sublime paisaje.
Este fenómeno natural es lo que vulgarmente se llama "caer chuzos de punta...", bonito espectáculo.
Muy cerquita ya de nuestro primer objetivo en el pico de Revolcadores.
Castrense formación de pinos duende, dándonos la bienvenida
Pedro seguía sorprendiéndose por lo profundo que se introducía su bastón
Estaba claro que aún quedaba nieve en Revolcadores para muchos días. Merengue de nata sobre este pino.
Casi en la cumbre, con vistas ya hacia la omnipresente Sagra que luce así de bonita
Espectacular imagen
A la hora de elaborar esta entrada, he visto imágenes de intrépidos montañeros subiendo La Sagra por el embudo, algunos de los cuales, son amigos y conocidos, y hay que ver cómo lo habrán disfrutado con tanta nieve como es capaz de acumular, acaparar esta hermosa y singular montaña. Pero hay que subir y bajar con equipo apropiado, nunca lo olvide el inexperto aunque audaz montañero. Nosotros seguiremos relatando nuestra humilde excursión, teniendo a la vista esta espléndida prominencia que también disfrutamos como si estuviéramos allí.
¡Nieve a punta pala...!
Con este apolíneo montañero, posando sobre este "enchuzado" pino, vamos llegando al final de esta tercera parte sobre nuestra aventura senderista hacia Revolcadores
...teniendo ya su cima a "tiro de piedra".
FINAL TERCERA PARTE
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