Este tramo a cuyo punto más elevado se accede a través
de un embudo entre intimidantes peñascos, dará bastante que hablar en la próxima FalcoTrail 2014.
No es una subida especialmente dura si se hace fresco y con las fuerzas todavía intactas, pero cuando toca salvar este paso, se llevan ya un porrón de kilómetros y muchas duras subidas, castigando las piernas, de modo que, atacar y superar la pedriza, la
ascensión final a esta cota, se puede convertir para much@s, en un verdadero calvario.
Menos mal que la distancia de canchal que hay que superar, es de apenas unos metros. Si durante las semanas previas a la carrera, el reiterado paso de deportistas, va asentando la senda, estoy seguro que las condiciones de subida al "Tranco de los Hiscos", mejorarán sobremanera.
De hecho, sería conveniente, utilizar el sendero que se propone y no otros que se puedan improvisar sobre la marcha durante los entrenamientos, al objeto de no solo afianzar con el uso, el tallado de esta embrionaria vereda sino evitar en lo sucesivo, erosionar el monte, más de lo que se debiera.
Menos mal que la distancia de canchal que hay que superar, es de apenas unos metros. Si durante las semanas previas a la carrera, el reiterado paso de deportistas, va asentando la senda, estoy seguro que las condiciones de subida al "Tranco de los Hiscos", mejorarán sobremanera.
De hecho, sería conveniente, utilizar el sendero que se propone y no otros que se puedan improvisar sobre la marcha durante los entrenamientos, al objeto de no solo afianzar con el uso, el tallado de esta embrionaria vereda sino evitar en lo sucesivo, erosionar el monte, más de lo que se debiera.
Ya se dispone de un track, de momento provisional, correspondiente a este tramo que es completamente inédito.
Nuevo respecto del año anterior, se entiende.
Y provisional porque faltan por señalizar algunas secciones, y es posible que el track definitivo se altere algún metro, a derecha o izquierda de este que presentamos; pero lo que es el trazado de la carrera en sí, salvo imponderables de última hora, discurrirá por donde a continuación explicamos, con la ayuda de las siguientes imágenes.
En la anterior edición de la Falcotrail, el paso por el Campanario dejó huella en la concurrencia. Se podría decir que ya se ha convertido en un tramo emblemático, más incluso que el exigente As de Copas, pero es que el Campanario no lo es menos, de hecho, algun@s las pasaron canutas, más si cabe al bajarlo que al subirlo, porque una vez arriba, la visión que se obtiene de lo que "hay que bajar" es al tiempo tan espeluznante como espectacular.
En mi opinión, por si le sirve de sugerencia para futuras ediciones al organizador de la Falco, el descenso del Campanario debería contemplar agotar toda la cresta hasta la pista.
Ello redundaría en espectacularidad, exigencia técnica, física, mental y lo más importante, preservaríamos a la umbría del Campanario, del importante deterioro al que ahora se ve sometida en cada carrera. Por arriba, el terreno es rocoso, mucho más duro y consistente, por tanto, con la ayuda de cuerdas en los lugares precisos y necesarios, la bajada desde el alto del Campanario, terminaría por ser, decidídamente...apoteósica.
Pero en fin, como dicen algunos políticos, hablar del Campanario, "hoy no toca" así que, hablemos del tramo nuevo.
Bien, el año pasado bajábamos desde campanario, hasta la pista que cogíamos girando a nuestra izquierda.
Llegábamos a un cruce de caminos y enfilábamos a nuestra derecha en dirección a la siguiente cota que era Collado Alto, y cuyo inicio de ascensión era inminente, sin apenas tiempo para recuperarse del susto del Campanario.
La buena noticia para este año es que, después del Campanario, tendremos algunos kilómetros para sosegar nuestro cuerpo y mente después de la traumática experiencia.
Este año, en vez de torcer a nuestra derecha para comenzar a subir lo que llamábamos Collado Alto, seguiremos rectos unos metros hasta rodear el extremo sur de la sierra del Quipar, que confluye con la escarpada sierra de las Cabras, en su cara septentrional, que veremos al frente y a nuestra izquierda, para enfilar hacia un paraje que llaman "el Estrecho de la Encarnación" junto al profundo barranco de la Puerta.
A nuestra derecha, esta rojiza e imponente pared marca el inicio sur de la sierra del Quipar.
El entorno, si se tuviera tiempo de admirarlo, es espectacular.
Vistas aéreas del tramo nuevo...
Este tramo nuevo, previo a la subida al embudo, que a priori parece inocuo, es una trampa que el sibilino organizador ha pergeñado para que piquen los incautos.
Como el avezado observador habrá colegido, la senda después de atravesar el estrecho de la Encarnación, confluye con otra que nos sale a nuestra izquierda y que, en descenso progresivo, casi sin darnos cuenta, cogidos de la mano, nos va arrastrando hasta hacernos caer en el Puntal de Carrascón, hasta los 624 metros.
A partir de aquí, comenzaremos a remontar de nuevo en dirección al embudo que sitúa su cota en los 1000 metros más o menos.
Unos metros de esa diferencia se salvan por la senda que traemos desde que abandonamos la del estrecho de la Encarnación, en paulatina ascensión hasta el camino de los tejadores.
Nuevo respecto del año anterior, se entiende.
Y provisional porque faltan por señalizar algunas secciones, y es posible que el track definitivo se altere algún metro, a derecha o izquierda de este que presentamos; pero lo que es el trazado de la carrera en sí, salvo imponderables de última hora, discurrirá por donde a continuación explicamos, con la ayuda de las siguientes imágenes.
En la anterior edición de la Falcotrail, el paso por el Campanario dejó huella en la concurrencia. Se podría decir que ya se ha convertido en un tramo emblemático, más incluso que el exigente As de Copas, pero es que el Campanario no lo es menos, de hecho, algun@s las pasaron canutas, más si cabe al bajarlo que al subirlo, porque una vez arriba, la visión que se obtiene de lo que "hay que bajar" es al tiempo tan espeluznante como espectacular.
En mi opinión, por si le sirve de sugerencia para futuras ediciones al organizador de la Falco, el descenso del Campanario debería contemplar agotar toda la cresta hasta la pista.
Ello redundaría en espectacularidad, exigencia técnica, física, mental y lo más importante, preservaríamos a la umbría del Campanario, del importante deterioro al que ahora se ve sometida en cada carrera. Por arriba, el terreno es rocoso, mucho más duro y consistente, por tanto, con la ayuda de cuerdas en los lugares precisos y necesarios, la bajada desde el alto del Campanario, terminaría por ser, decidídamente...apoteósica.
Pero en fin, como dicen algunos políticos, hablar del Campanario, "hoy no toca" así que, hablemos del tramo nuevo.
Bien, el año pasado bajábamos desde campanario, hasta la pista que cogíamos girando a nuestra izquierda.
Llegábamos a un cruce de caminos y enfilábamos a nuestra derecha en dirección a la siguiente cota que era Collado Alto, y cuyo inicio de ascensión era inminente, sin apenas tiempo para recuperarse del susto del Campanario.
La buena noticia para este año es que, después del Campanario, tendremos algunos kilómetros para sosegar nuestro cuerpo y mente después de la traumática experiencia.
Este año, en vez de torcer a nuestra derecha para comenzar a subir lo que llamábamos Collado Alto, seguiremos rectos unos metros hasta rodear el extremo sur de la sierra del Quipar, que confluye con la escarpada sierra de las Cabras, en su cara septentrional, que veremos al frente y a nuestra izquierda, para enfilar hacia un paraje que llaman "el Estrecho de la Encarnación" junto al profundo barranco de la Puerta.
A nuestra derecha, esta rojiza e imponente pared marca el inicio sur de la sierra del Quipar.
El entorno, si se tuviera tiempo de admirarlo, es espectacular.
Este tramo nuevo, previo a la subida al embudo, que a priori parece inocuo, es una trampa que el sibilino organizador ha pergeñado para que piquen los incautos.
Como el avezado observador habrá colegido, la senda después de atravesar el estrecho de la Encarnación, confluye con otra que nos sale a nuestra izquierda y que, en descenso progresivo, casi sin darnos cuenta, cogidos de la mano, nos va arrastrando hasta hacernos caer en el Puntal de Carrascón, hasta los 624 metros.
A partir de aquí, comenzaremos a remontar de nuevo en dirección al embudo que sitúa su cota en los 1000 metros más o menos.
Unos metros de esa diferencia se salvan por la senda que traemos desde que abandonamos la del estrecho de la Encarnación, en paulatina ascensión hasta el camino de los tejadores.
Hasta llegar aquí, esta senda que parece inofensiva, habrá ido macerando, cociendo al baño maría y fuego lento a más de un@, hasta dejarlo completamente exangüe y por tanto baldado, para subir al embudo.
Como consuelo, creo recordar que el organizador me comentó que al pie de la subida al embudo de los Hiscos, tenía pensado disponer de un avituallamiento líquido porque, qué duda cabe, las penas con agua, son menos penas.
Hasta agua del Carmen les vendría bien a algunos para aliviarles del susto.
Hasta agua del Carmen les vendría bien a algunos para aliviarles del susto.
En fin...desde el mismo avituallamiento, comenzamos la subida hacia el embudo.
El embudo es menos de lo que parece, por tanto, no hay que temerle. Vamos, que no es el de la Sagra, quiero decir. El inicio es de pendiente suave, y hasta que no se cincele bien la senda, cuesta un poco ir progresando. A continuación, dejo unas imágenes del aspecto que presenta el embudo, poco antes de coronarlo.
En un principio, el conde, tenía pensado echar la carrera por un peñascal, que había que superar haciendo equilibrios, pero al final, se avino a razones, al comprender que a los participantes se les puede exigir que acudan a la FalcoTrail en un estado de forma óptimo para intentar culminarla pero no con el título de saltimbanqui como condición sine qua non para participar en la prueba.
La bajada en todo caso es muy bonita y técnica.
A los bajadores natos, esta zona les será propicia para recortar algo de tiempo.
Hay que cruzarla para subir casi en línea recta a la cima de la morra Cenón.
Cien metros de desnivel pueden parecer poca cosa y hacer de esta cota una tachuela insignificante, pero apuesto a que por aquí tendrá más de un@ al tío del mazo atizándole a base de bien por detrás de las corvas.
Las vistas desde la morra Cenón, son estupendas...
Aquí podemos observar el tupido manto verde que siempre caracteriza la silueta alargada del campanario.
Tras bajar de la morra Cenón, nos espera el avituallamiento de la Hoyaleja, y después, con las fuerzas que nos queden, hemos de coger rumbo hacia el As de Copas, para subirlo, esta vez por la solana. Al bajarlo, nos espera otra novedad...pero eso ya es harina de otro costal.
¡HASTA LA PRÓXIMA AMIG@S!
Excelente zona con espectacular geología jurásica. Yo subí al collado alto desde la umbría del Campanario para luego bajar por el estrecho la Encarnación, dando la vuelta por la umbría del Alcor y subiendo de nuevo al collado alto por el embudo de los Hiscos
ResponderEliminarhola jotajota, veo ahora tu comentario. Esa zona es preciosa, sobre todo por lo tupido del bosque y las vistas que se divisan desde cualquiera de las atalayas que mencionas. Me doy cuenta con estupor y no poca frustración, en esta entrada publicada en 2014 y otras muchas de fecha posterior, el estropicio que google causa con las fotos. Cada equis tiempo hace barridos de reducción en la resolución de las imagenes en todas sus plataformas que las deja hechas bicarbonato. Una pena. En fin, es lo que hay. Gracias por pasarte por este humilde rincón. Saludos
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