Desde las inmediaciones del refugio del Calvario, existe un peñasco donde la gente se sube para admirar las caras norte del Mulhacén y Alcazaba. Las vistas invitan a la contemplación ensimismada...
Todos los elementos trazados sobre el horizonte se asocian para la más fascinante abstracción de los sentidos...
Sin duda, por disfrutar de este espectáculo visual, bien ha merecido la pena el pequeño sacrificio del madrugón, el viaje y la ardua caminata para llegar hasta aquí...
No damos crédito a lo que la inmensa y deslumbrante naturaleza, nos ofrenda ante los ojos...
En esta imágen podemos ver a Pedro, absorto en la contemplación de tan rutilante paisaje.
Mulhacén, Pico Juego de Bolos, Puntal de la Caldera
Después de atravesar un huerto donde hay paciendo unas vacas, salimos del recinto vallado del refugio de la Cucaracha para tomar una vereda que llanea por entre un precioso encinar
hasta el Barranco del Aceral (pequeño refugio de cazadores, 1.780 m).
Hemos de cruzar el cauce, y seguir la ancha vereda que se aparta del eje del
barranco llaneando con leve subida por su vertiente izquierda
orográfica. Una vez perdida la vista del barranco del Aceral, continuamos en suave descenso por la ladera del valle del Genil hasta estar a
sesenta metros del eje del siguiente barranco (de Lucía). Aquí dejamos la
vereda mayor (sigue a los Prados de Vacares) y tomamos por la derecha, el
sendero menor que baja bruscamente al río Real (Genil), enlazando con la
vereda de la Estrella en la confluencia de los ríos Valdecasillas y
Valdeinfiernos. Las vistas en todo este tramo son apoteósicas. Con la boca abierta andamos todo este trecho.
De vez en cuando coincidimos en el camino, con dos senderistas granadinos, habituales de la zona. Vamos haciendo la goma pues unas veces nos adelantan ellos, y otras nosotros.
El refugio del Aceral
¡Impresionantes las vistas, eh Pedro...?
FINAL SEGUNDA PARTE
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