Aunque ya voy un poco, arrequestarde, por aquello de llegar a una hora
prudencial a Salduero, estoy barajando la idea de desviarme hacia el
nacimiento del río Duero. Uno de los chicos me ha dicho que merece la pena
bajar al referido brote y probar el agua que está buenísima. Otro me ha
dicho, que si no bajo, tampoco me pierdo gran cosa. Llevo la cantimplora a
un poco más de la mitad, pero mi innata curiosidad me impide hacer caso
omiso a tan emblemático lugar. Entretanto, voy tomando estas otras
perspectivas de las diferentes prominencias que rodean la cima de los Picos
de Urbión. Hay que reconocer que se trata de un entorno muy coqueto. La
llegada de más montañeros a la cumbre, es continua. Menos mal que es
intermitente ya que no existe demasiado espacio disponible arriba, para
moverse con seguridad y holgura. Se les ve tomándose fotos a norre, en lo
alto del risco.
Los traileros con los que me crucé, que ya van de regreso, a la altura de
la Muela con caries...😁
En el nacimiento apenas baja un hilillo de agua. Desde luego,
con un manantial de porte tan humilde, nada hace presagiar su viaje de 897 km
hasta desembocar en el Atlántico, después de haber atravesado Portugal
durante 213 kilómetros, que son navegables. También distingo el sendero
que viene del valle, del Oeste, de los refugios "El Bunker", "Fuente del
Berro", y del área recreativa "Castroviejo". En el alojamiento me
indicaron que este último es un lugar de obligada de visita. Lo dejo
pendiente.
Por lo constatado por mí mismo a posteriori, no todos los
montañeros, acceden a la cima desde Laguna Negra, sino desde las
poblaciones, Duruelo de la Sierra, Covaleda y Vinuesa. En estas villas, el
pulular de turistas de todas las edades, que acuden, atraídos por las
actividades de ocio y deportes (bicicleta, senderismo, montañismo en
invierno, trekking, moteros, etc), es incesante. Por ello proliferan los
camping, restaurantes, alojamientos rurales y hoteles. El ambiente sano,
típico de las actividades deportivas desarrolladas en estos lugares, me
agrada. La buena gente, comarca apacible, bonita orografía, bien marcados
senderos, buenas carreteras, existentes entre el Parque Natural Laguna
Negra y Circos Glaciares de Urbión y Comarca de Pinares, coadyuvan al
disfrute de los visitantes y que estos queden arregostados. Ha sido para
mí un gran descubrimiento y sin duda, volveré por aquí. En tres días solo
pude hacer una breve toma de contacto, aunque puedo afirmar que resultó
bien aprovechada e intensa.
Ahora comprendo lo que me dijera uno de los jóvenes montañeros con los
que coincidí en la cima, pues el surgimiento no es gran cosa aunque ya
puedo decir, que estuve en el nacimiento del río más importante del
noroeste de la península ibérica.
En pocos minutos, estoy de vuelta en el collado, y continúo por el cordal hacia el Sur, coronando la loma del pico
Mojón Alto, donde una montaña de piedras lo sitúa, mientras voy teniendo
excelentes vistas hacia el Este, Laguna Larga, Risco Zurraquín y los
neveros que si quiero los puedo pisar. Aun me giro de vez en cuando para
ir tomando alguna que otra foto de la cumbre, porque me entristece dejarla.
El Risco Zurraquín (2105 m) pertenece a los Picos de Urbión. Está ubicado al N de la Laguna Negra, y cierra por el SE el Circo
glaciar en el que nace el Río Revinuesa, donde se encuentra la Laguna
Larga.
Últimas capturas hacia la cumbre de los Picos de Urbión
El mojonaco mencionado más arriba.
¡Hasta pronto, Picos de Urbión!
Abandono el cordal y tanto el track como una flechita me indican que
tengo que coger el ya conocido sendero, GR-86.1, que ahora surge a mi izquierda, en vertiginosa bajada
hacia la Laguna Helada, otro de los platos fuertes de esta bonita ruta de
montaña. Andar por este valle, es un completo disfrute. Me voy cruzando
con más senderistas y hasta algunos traileros.
Me planteo ascender un poco por aquella ladera para obtener un mejor
plano de la laguna, pero miro el reloj y es que se me echa el tiempo
encima.
Este impresionante lago de origen glaciar, situado a 2.000 metros de
altitud, forma parte del Parque Natural de la Laguna Negra y los
Circos Glaciares de Urbión. Su nombre hace honor a sus aguas gélidas,
que permanecen heladas gran parte del año.
Mas tarde, en un restaurante de Salduero, reconocí a una pareja de
senderistas que rondarían la cincuentena, con los que me había cruzado
por aquí, y entablando conversación con ellos me dijeron que son de
Madrid y que habrán coronado los Picos de Urbión, más de veinte veces
porque la zona les encanta. El hombre me dijo que solo una vez, en
todo este tiempo, la vio un día congelada, y que fue para él un
espectáculo de los más bellos que habían visto sus ojos.
Bordeo la laguna por el sendero de la izquierda hasta llegar a otra
bifurcación. A la derecha, el GR-86 sigue hacia Covaleda, pero yo tomo
el sendero de la izquierda, que en algo más de un kilómetro, me
devuelve al collado de la Majada Rubia y por ende, a la Laguna
Negra.
El enclave y entorno es delicioso.
Creo que muchos de los senderistas que ascienden a los Picos de Urbión,
lo hacen desde Covaleda, pasando por aquí, tanto en la ida como en la
vuelta, porque la orografía resulta algo más liviana.
Observando desde mi posición, el sendero que por la mañana, había
utilizado para la ida, camino de Laguna Larga. Los bonitos paisajes se
suceden.
Oigo voces, oteo las inmediaciones y de pronto los localizo. Un grupo de
senderistas, están haciendo un alto en el camino, procedentes de
Covaleda, y deben estar observando mi caminar desde lo alto de Mojón Alto,
2101m. A ver si con la fuerza del zoom los puedo avizorar...
Pues sí, al menos 13 cabezas parece que desde el cerro, otean hacia el
horizonte, mientras parecen tomar un piscolabis.
Sigo el sendero, ya muy próximos al collado de la Majada Rubia, que
comienza a descender vertiginosamente. Estoy a punto de cerrar el círculo
y encontrarme de nuevo con la Laguna Negra y el tramo pedregoso y algo
peligroso de la senda del Portillo.
Más instantáneas de esta maravilla de la naturaleza.
Espectacular panorámica de gran belleza de la Laguna Negra, flanqueada
por esos formidables farallones graníticos erigidos por su Norte y Oeste.
Ahora ya sabemos, que aquel pico descollante, que podemos distinguir a la
derecha de la imagen, es la cara Sur del Risco Zurraquín.
Este es el Canalón del Portillo, por el que hemos de subir o bajar para
acceder a los Llanos de la Sierra y el popular Mirador. Y lo peliagudo no
es la subida sino la bajada. Sobre todo, para personas no hechas a andar
por este tipo de terreno tan accidentado. Pero como antes decía, hay gente
muy aventurera y con mucho amor propio que es el motor que en verdad estimula y "mueve
montañas".
La pasarela que queda a la derecha de esta postal de enamorados, se
encuentra a rebosar de gente. Yo la eludo, tomando por un sendero que me surge a mi derecha, enfilando decidido hacia el estacionamiento superior con mucha menos capacidad que el de abajo, rumiando si bajar por la carretera al trote
cochinero para ganar algo de tiempo o por el sendero del Paso de la Sierra
(Paso de la Serrá), que discurre paralelo al arroyo de la Laguna
Negra.
Me inclino por la segunda de las opciones pero ya, a pijo sacao, porque
pronto van a dar las dos de la tarde, y no quiero preocupar más de lo
razonable a mi gente, pues en toda la mañana, la cobertura telefónica para
avisar que me podía demorar, ha brillado por su ausencia.
Por fin, llego a la explanada del primero de los aparcamientos del "Paso
de la Serrá", que se encuentra en una tesitura muy diferente a la de por
la mañana. Dos autobuses operan cada media hora, subiendo y bajando personal, del
emblemático destino turístico, cuya particularidad a destacar es que tiene
unos accesos, tanto de entrada como de salida, de dirección única, por lo
que tanto en subida como bajada, no te vas a encontrar vehículos circulando en
sentido contrario, aunque sean bicicletas. Aunque hemos de extremar las
precauciones, porque lo que sí se te puede cruzar es alguna vaca.
Mientras voy conduciendo, contemplando maravillado el paisaje de frondoso monte que me rodea, con altísimos pinos silvestres y hayas, que parecen propios de otro país, voy pensando si algo así tuviéramos en casa. Pero es absurdo perderse en cavilaciones tan fútiles, pues todo terruño, por humilde que sea, tiene su atractivo y encanto. La naturaleza, que como diría Unamuno, es nuestra verdadera patria, ajena a las
divisorias que los hombres marcan en los mapas, no entiende de si hemos
cambiado de provincia o incluso de comunidad autónoma. Sólo entiende de
montañas y de valles, de cuencas y de ríos, de vientos y soledades, del "goce de vivir y la paz del espíritu".
¡HASTA LA PRÓXIMA!
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