La mayor parte de esta ruta circular transcurre por pista, lo que significa que está al alcance de casi todo el mundo con un mínimo de forma física. Solo hay que extremar las precauciones, en las inmediaciones de la cueva del Agujero, por lo escarpada de la bajada hacia ella y algunos pasos complicados de la cerrada. Por demás, es una excursión que recomiendo. Visitar la cerrada del Pintor es como recorrer una catedral. La sensación de ensimismamiento, la impresión, el asombro que ambos monumentos despiertan, deben ser parecidos.
Con mi amigo Pedro, disfrutando de tan impresionante entorno.
Por precaución, no es mala idea llevar casco en esta zona. Observamos algún que otro desprendimiento.
Pedro sintiendo lo apabullante de esas colosales paredes
La Suela del Pintor
Este paso representa una de las pequeñas dificultades a salvar, si es que aún contiene agua. Es por ello, que en el periodo de lluvias, no cabe ni plantearse el atravesarlo, salvo si estamos dispuestos de hacerlo a nado.
En estos puntos también hay que extremar la prudencia y cuidado por lo resbaladiza que pueda hallarse la roca.
Con un poquito de precaución cualquier dificultad se puede soslayar sin problemas.
La cerrada del Pintor resulta espectacular
FINAL SEGUNDA PARTE
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