Seguimos avanzando y disfrutando del paisaje
Entiendo yo que esta nueva vía de aproximación al techo de Albacete es mucho más bonita e interesante que la clásica desde la Fuente de la Carrasca; más exigente, eso sí, pero también más vistosa por cuanto que, en gran parte del recorrido, se nos va ofreciendo visualmente frente a nosotros, la distancia y la altura que debemos de vencer para alcanzar el objetivo.
Este hermoso y extenso páramo, sirve de conexión entre El Mosquito y la cima de la sierra de las Cabras. Fue con diferencia, el tramo más cómodo de patear de todo el camino.
A estas alturas más o menos fue cuando me percaté de que realizar todo el track me llevaría más tiempo de luz del que realmente disponía, habida cuenta a la hora del día en que me encontraba, la velocidad media de mi paso y los kilómetros que todavía me restaban para rematarlo.
Comencé a plantearme seriamente el acortar en unos kilómetros la ruta
El tubo del vértice geodésico se me ponía al alcance de la vista
Solo tenía que vencer esta colina para encaramarme en unos pocos metros más, a la cúspide de las tierras albaceteñas
La subida se hace pegado a un cercado cinegético
En este tramo umbrío, aún queda nieve helada que pisotear.
¡Crash, crash, crashh...!
¡Crash, crash, crashh...!
Me resulta agradable machacarla mientras voy ascendiendo
Un momento de relax para beber agua. Nos recreamos en la inminente conquista de la cima
La Viky mimetizándose con el paisaje
Ya sí que el tubo geodésico lo tenemos a tiro de piedra
El Cagasero, punto más alejado al inicio del track, que nos estamos planteando obviar en esta ocasión
Las Cabras y el Cagasero
Como diría un amigo que utiliza mucho esta expresión cuando quiere mandarte a freír espárragos o directamente a la mierda..."Bufando pa Nerpio", pues sobre este horizonte de la imágen de abajo se halla enclavado el bonito pueblo albaceteño
Para ahorrar tiempo, ya hemos tomado la determinación de renunciar a recorrer La Atalaya y el Cagasero. Al fin y al cabo, los conocemos de sobra por haberlos recorrido en otras ocasiones. No han de ser ni dos kilómetros más que se pueden cubrir en menos de una hora, incluyendo las obligadas paradiñas para alguna que otra foto, pero sin conocer el itinerario de vuelta, que se nos haga de noche me preocupa, por ello, una vez tomada la decisión, el tiempo es oro.
Posamos para unas cuantas instantáneas con el disparador automático...
...y encasquetándonos de nuevo los bártulos sobre la espalda, emprendemos el camino de vuelta.
FINAL PARTE TERCERA
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