Tenía pendiente finiquitar el asunto Falcotrail que fui abordando en sucesivas entregas en este blog porque han quedado flecos que me resisto a dejar que se desvanezcan en el tiempo. Uno debe ser honesto consigo mismo y preciso es dejar constancia de unos sucesos desagradables que tuvieron lugar antes de que se celebrara la falco, causando que un año más, el recorrido hubiera de modificarse in extremis, pocas horas antes de celebrarse la carrera, ocasionando que parte de mi labor se fuera al garete.
Por ello, el track que colgamos en wikiloc quedó desvirtuado, y el recorrido final, un tanto descafeinado. Echar la carrera por ese enredoso tramo final del río, no fue acertado. Pero el organizador no tenía más alternativa que esta, si habiendo eliminado un tramo, buscaba que le salieran los cuarenta y dos kilómetros reglamentarios. Aún así, le faltaron 600 metros para lograrlo.
En fin, entremos en materia aunque advierto que las opiniones, juicios, comentarios, pareceres y demás interpretaciones que se hacen de los hechos ocurridos, son independientes y exclusivamente míos y por tanto, susceptibles de estar equivocados porque nadie está en posesión de la razón y la verdad absolutas.
Como dice la cita, las opiniones son como el agujero del culo, todos tenemos uno y creemos que el de los demás apesta.
La IV edición de la Falco ha funcionado muy bien y creo que no desbarro si digo que los participantes han quedado contentos y arregostados para repetir.
Pero fue un milagro, pura chiripa que la carrera se pudiera celebrar. El insigne y reputado enólogo, pregonero de las fiestas patronales de Cehegín 2011, profesor del departamento de economía aplicada de la universidad de Murcia, señor Francisco Carreño Sandoval, dueño de la finca Hoya d. Gil, que también comprende una fracción importante del Campanario, por donde transcurriría la prueba, intentó torpedearla, hasta el último instante, pues el hacendado estaba decidido a impedir que los deportistas profanaran sus tierras y utilizaba todas sus influencias (había solicitado una batida para el mismo día de la prueba) artes cinegéticos y otras tretas para lograrlo. Nada que objetar, estaba en su derecho, aunque lo deja en un lugar poco coherente con los valores filantrópicos que presuntamente vende.
La organización había intentado llegar a un acuerdo con él, persuadirlo de que el evento representaba un bien para el pueblo, un beneficio evidente para el turismo local, eso que él tanto preconiza, pero no hubo forma de convencerle, de que diera su brazo a torcer. Se enrocó, dispuesto a demostrar “quien la tenía más grande”. El enfrentamiento entre ambas partes estaba servido.
A falta de cinco días para celebrarse el evento, se tiene que modificar el recorrido al paso por el campanario, evitando irrumpir en las propiedades del señor Carreño. Parecía que se había encontrado la solución definitiva pero nada más lejos de la realidad.
El jueves antes de la carrera tiene lugar una nueva contingencia que ponen a prueba, una vez más, los nervios y capacidad de aguante de Miguel Ángel. Espectáculos públicos no autoriza y medio ambiente no puedo dar su visto bueno porque le dicen, se ha vuelto a meter quince metros en la finca del profesor. Vencido y hundido, no puede más. Abatido, consternado, desalentado, desfallecido, se rompe, se desmorona y dejándose caer sobre una silla, le superan las circunstancias y llora de impotencia. En ese momento pensaba que tenía que suspender la carrera con el fracaso y desbarajuste que ello significaba.
La concejala, responsable de medio ambiente, al parecer un ángel, se apiada de él e intenta mientras tanto hallar una solución al nuevo problema. La prueba sigue adelante pero tiene que cambiar de nuevo el trazado al paso por el campanario. Respira aliviado y cuando aún no se ha recuperado del último soponcio, un nuevo varapalo viene a torpedear la línea de flotación de su resistencia.
El ayuntamiento exige a la organización de la falco, 1000 euros en concepto de compensación de gastos extraordinarios. Los confidentes hacen su trabajo e informan del asunto a la oposición. La denuncia que el PSOE hace del affaire se produciría al poco de haberse celebrado la prueba...La Panorámica.
El alcalde reconoce el desacierto consumado, y se compromete a devolver en el futuro, no se sabe cuando, la cantidad cobrada.
El conde, esto es, el creador y principal organizador de la falco, es un prodigio de la naturaleza. Un fenómeno dotado de una fuerza y empuje sobrenaturales. Su tesón y perseverancia son dignos de encomio. No conozco a una persona más incansable, incombustible que él. Pero su mayor virtud consiste en rodearse de personas eficientes que a la postre, terminan siempre por salvarle el pellejo, en gran medida debido a su tendencia al desorden, falta de método e improvisación.
Precisamente, gracias a las personas que él mismo menciona en su facebook, logran neutralizar las iniciativas que emprende el enólogo. Pero a pesar de ello, no tiene más remedio que cambiar por tercera vez el recorrido a la altura del Campanario, y ya nos lo podemos imaginar, el sábado, horas antes de celebrarse la carrera, frenético y estresado, buscando a contrarreloj un recorrido alternativo que al mismo tiempo debe ir balizando, porque la hora de salida se le echa encima. De hecho, ocupado en estas labores le anochece y de ahí, tiene que dirigirse a línea de meta, para preparar todo el tinglado del globo, la vallas de publicidad, muchos otros detalles...en fin, se le hacen las tantas; ¡que por nadie pase la tensión y angustia agotadoras que debieron embargarle!
El responsable de eventos del ayuntamiento ni está si se le espera.
Todo falta, ninguno de los recursos, material, herramientas que debe aportar el ayuntamiento están disponibles in situ para utilizarlos al ser requeridos. La disposición municipal para con la prueba es un completo desastre, brilla por su ausencia. Todo se tiene que pedir a golpe de teléfono porque el encargado municipal se halla en paradero desconocido y nada parece estar dispuesto.
Lo de que la casa Europa se encuentra en obras de mejora y acondicionamiento es un cuento chino. Los palos en la rueda para con la falco, por parte de algunos responsables municipales son más que evidentes. En el fondo de todos estos despropósitos subyace una razón bastante infame. El máximo promotor, organizador de la falco es persona considerada non grata para algunos de ellos.
El conde tiene cierta propensión a la charlatanería, lo que le hace incurrir con demasiada frecuencia en la indiscreción.
Es un bocazas irredento. La diplomacia no es su fuerte.
De ahí que despierte no poca animadversión entre algunos de los ediles que le tienen jurado boicoteo perpetuo hacia toda iniciativa que surja de su siempre inquieta y febril imaginación. Pasadas cuitas y rencillas entre personas poco dadas a la humildad y el diálogo tolerante, lastran el normal entendimiento que debiera existir para organizar un evento del calibre y cooperación que la Falco precisa.
Desavenencias personales y egos insaciables se anteponen a lo que debería ser una generosa contribución para bien de los intereses del pueblo.
Y solo se me ocurren dos soluciones con vistas al futuro de la Falco. O la siempre sana alternancia, fecunda el suelo de la democracia y toma el relevo de los que ahora, tras varias legislaturas, corren el riesgo de apoltronarse o el conde, una vez ha creado y promovido la Falco, que eso nadie se lo podrá quitar, da un paso atrás, se queda entre bastidores, y para bien de su salud y equilibrio emocional, deja que otros más maleables y perspicaces, cojan las riendas de una organización que está condenada a entenderse con el gobierno municipal de turno.
La Falco 2014 triunfó, pese a las contrariedades surgidas, gracias al sentido de responsabilidad, entrega, denuedo, trabajo desinteresado de sus colaboradores y por supuesto al sinvivir del conde. Pero teniendo en cuenta, falcos venideras, no me parecen estos, recursos que sean suficientes.
La carrera ha adquirido tal magnitud y repercusión mediáticas, que está en juego el prestigio del pueblo. Y este no puede quedar al albur de cuatro amigos bienintencionados pero con medios muy limitados.
El gobierno municipal ha de implicarse y poner al servicio de la Falco toda su maquinaria porque es el turismo y el comercio local el que sale beneficiado. Como decía Antonio Machado, en política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela. Es una simple cuestión de coherencia y sentido práctico de las cosas. De paso, estoy seguro que de este modo, algunos propietarios se mostrarán más afables y dispuestos a que la falco pase por sus tierras.
Si el ayuntamiento no colabora con mayor vigor y decisión en el futuro, o se vuelve a la falco humilde sin pretensiones de las primeras ediciones, o sus días de supervivencia están contados.
¡FELIZ AÑO AMIG@S!
La organización había intentado llegar a un acuerdo con él, persuadirlo de que el evento representaba un bien para el pueblo, un beneficio evidente para el turismo local, eso que él tanto preconiza, pero no hubo forma de convencerle, de que diera su brazo a torcer. Se enrocó, dispuesto a demostrar “quien la tenía más grande”. El enfrentamiento entre ambas partes estaba servido.
A falta de cinco días para celebrarse el evento, se tiene que modificar el recorrido al paso por el campanario, evitando irrumpir en las propiedades del señor Carreño. Parecía que se había encontrado la solución definitiva pero nada más lejos de la realidad.
El jueves antes de la carrera tiene lugar una nueva contingencia que ponen a prueba, una vez más, los nervios y capacidad de aguante de Miguel Ángel. Espectáculos públicos no autoriza y medio ambiente no puedo dar su visto bueno porque le dicen, se ha vuelto a meter quince metros en la finca del profesor. Vencido y hundido, no puede más. Abatido, consternado, desalentado, desfallecido, se rompe, se desmorona y dejándose caer sobre una silla, le superan las circunstancias y llora de impotencia. En ese momento pensaba que tenía que suspender la carrera con el fracaso y desbarajuste que ello significaba.
La concejala, responsable de medio ambiente, al parecer un ángel, se apiada de él e intenta mientras tanto hallar una solución al nuevo problema. La prueba sigue adelante pero tiene que cambiar de nuevo el trazado al paso por el campanario. Respira aliviado y cuando aún no se ha recuperado del último soponcio, un nuevo varapalo viene a torpedear la línea de flotación de su resistencia.
El ayuntamiento exige a la organización de la falco, 1000 euros en concepto de compensación de gastos extraordinarios. Los confidentes hacen su trabajo e informan del asunto a la oposición. La denuncia que el PSOE hace del affaire se produciría al poco de haberse celebrado la prueba...La Panorámica.
El alcalde reconoce el desacierto consumado, y se compromete a devolver en el futuro, no se sabe cuando, la cantidad cobrada.
El conde, esto es, el creador y principal organizador de la falco, es un prodigio de la naturaleza. Un fenómeno dotado de una fuerza y empuje sobrenaturales. Su tesón y perseverancia son dignos de encomio. No conozco a una persona más incansable, incombustible que él. Pero su mayor virtud consiste en rodearse de personas eficientes que a la postre, terminan siempre por salvarle el pellejo, en gran medida debido a su tendencia al desorden, falta de método e improvisación.
Precisamente, gracias a las personas que él mismo menciona en su facebook, logran neutralizar las iniciativas que emprende el enólogo. Pero a pesar de ello, no tiene más remedio que cambiar por tercera vez el recorrido a la altura del Campanario, y ya nos lo podemos imaginar, el sábado, horas antes de celebrarse la carrera, frenético y estresado, buscando a contrarreloj un recorrido alternativo que al mismo tiempo debe ir balizando, porque la hora de salida se le echa encima. De hecho, ocupado en estas labores le anochece y de ahí, tiene que dirigirse a línea de meta, para preparar todo el tinglado del globo, la vallas de publicidad, muchos otros detalles...en fin, se le hacen las tantas; ¡que por nadie pase la tensión y angustia agotadoras que debieron embargarle!
El responsable de eventos del ayuntamiento ni está si se le espera.
Todo falta, ninguno de los recursos, material, herramientas que debe aportar el ayuntamiento están disponibles in situ para utilizarlos al ser requeridos. La disposición municipal para con la prueba es un completo desastre, brilla por su ausencia. Todo se tiene que pedir a golpe de teléfono porque el encargado municipal se halla en paradero desconocido y nada parece estar dispuesto.
Lo de que la casa Europa se encuentra en obras de mejora y acondicionamiento es un cuento chino. Los palos en la rueda para con la falco, por parte de algunos responsables municipales son más que evidentes. En el fondo de todos estos despropósitos subyace una razón bastante infame. El máximo promotor, organizador de la falco es persona considerada non grata para algunos de ellos.
El conde tiene cierta propensión a la charlatanería, lo que le hace incurrir con demasiada frecuencia en la indiscreción.
Es un bocazas irredento. La diplomacia no es su fuerte.
De ahí que despierte no poca animadversión entre algunos de los ediles que le tienen jurado boicoteo perpetuo hacia toda iniciativa que surja de su siempre inquieta y febril imaginación. Pasadas cuitas y rencillas entre personas poco dadas a la humildad y el diálogo tolerante, lastran el normal entendimiento que debiera existir para organizar un evento del calibre y cooperación que la Falco precisa.
Desavenencias personales y egos insaciables se anteponen a lo que debería ser una generosa contribución para bien de los intereses del pueblo.
Y solo se me ocurren dos soluciones con vistas al futuro de la Falco. O la siempre sana alternancia, fecunda el suelo de la democracia y toma el relevo de los que ahora, tras varias legislaturas, corren el riesgo de apoltronarse o el conde, una vez ha creado y promovido la Falco, que eso nadie se lo podrá quitar, da un paso atrás, se queda entre bastidores, y para bien de su salud y equilibrio emocional, deja que otros más maleables y perspicaces, cojan las riendas de una organización que está condenada a entenderse con el gobierno municipal de turno.
La Falco 2014 triunfó, pese a las contrariedades surgidas, gracias al sentido de responsabilidad, entrega, denuedo, trabajo desinteresado de sus colaboradores y por supuesto al sinvivir del conde. Pero teniendo en cuenta, falcos venideras, no me parecen estos, recursos que sean suficientes.
La carrera ha adquirido tal magnitud y repercusión mediáticas, que está en juego el prestigio del pueblo. Y este no puede quedar al albur de cuatro amigos bienintencionados pero con medios muy limitados.
El gobierno municipal ha de implicarse y poner al servicio de la Falco toda su maquinaria porque es el turismo y el comercio local el que sale beneficiado. Como decía Antonio Machado, en política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela. Es una simple cuestión de coherencia y sentido práctico de las cosas. De paso, estoy seguro que de este modo, algunos propietarios se mostrarán más afables y dispuestos a que la falco pase por sus tierras.
Si el ayuntamiento no colabora con mayor vigor y decisión en el futuro, o se vuelve a la falco humilde sin pretensiones de las primeras ediciones, o sus días de supervivencia están contados.
¡FELIZ AÑO AMIG@S!
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