09 mayo 2014

EMPANADAS, POR EL BARRANCO DE TÚNEZ IV

Tomándonos un respiro frente a la cueva del Salitre


Reemprendemos la marcha...ellos van ligeros de equipaje porque se han dejado todos sus pertrechos en el coche que ya lo tienen muy próximo. Al parecer, han dormido en las inmediaciones del cortijo de la Puerca, por el que Josepaco y yo pasaremos más tarde.
A partir de aquí nuestros caminos se separan pues observo que me voy alejando bastante del track que llevo en el gepese. Amargamente nos despedimos pues la compañía con esta gente nos es muy grata, pero por temor más tarde a complicarnos la vida, prefiero seguir el track, así que, volvemos sobre nuestros pasos, subimos el cerro de la Carrasca y aunque desde el alto de la serrezuela, observo que de haber seguido con ellos, hubiéramos llegado a esta de forma menos abrupta que la efectuada por nosotros, ya es tarde y seguimos hacia el cortijo de la Puerca.
En muchos tramos, la senda brilla por su ausencia y entiendo que sin la inestimable ayuda del gepese, sería muy fácil desviarse o tropezar con pasos realmente complicados.
Llegamos a terreno más amable, menos enrevesado, muy disfrutón, teniendo unas vistas alrededor realmente majestuosas, inmejorables. Sierra Seca y la cuerda del Empanadas nos flanquean.Viky parece disfrutar más que nadie. Se mueve de aquí para allá, con el rabo enhiesto, sintiéndose soberana de la sierra de Castril.
Tornajos de la Puerca
Al fondo, el Cortijo de la Puerca
Exquisito porte el de mi amigo. Parece el sheriff del condado...
Aquí, aplicando un efecto a la imágen...
La naturaleza siempre pone al hombre a la altura que le corresponde...insignificante respecto de ella.
Mi amigo decía que no le salían las cuentas...si de los dos mil cien metros del Empanadas, habíamos bajado hasta los 1500 del cortijo de la Puerca, aún quedaban por bajar cuatrocientos hasta el cortijo del nacimiento...y de este no andábamos muy lejos, osea que, o bajábamos por una escalera o por un tobogán porque ya no existía espacio para una bajada tendida.
Esta era la explicación. La existencia de una preciosa senda en mampostería, toda ella vertiginosa, en la que durante el rápido descenso, pudimos recrearnos en cada paso que dímos.

Y llegamos al final de una excursión que ha colmado con creces todas nuestras expectativas. La sierra de Castril ha supuesto para mí todo un descubrimiento. Por ello merece nuevas visitas que no tardarán en materializarse. La variante del recorrido hacia el Empanadas, a través del barranco de la Magdalena, será nuestro próximo objetivo antes de que el excesivo calor haga demasiado asfixiante su realización. Me resulta sorprendente y al mismo tiempo frustrante, que exista tanta diferencia pluviométrica entre esta región y la nuestra, cuando apenas las separan dos horas de viaje por carretera. Según nos decía Antonio, el invierno ha sido por aquí, tremendamente lluvioso. Supongo que ello se traducirá en una primavera absolutamente deslumbrante. La misma que vamos a tener nosotros cuando no ha caído ni una gota en todo el invierno y por lo que se ve, la misma suerte fatal correrá el mes de mayo.

Regresando al cortijo del nacimiento, contemplando, no sin cierta envidia, como manaba el agua por doquier; con el espíritu henchido de naturaleza ergo belleza, nos tropezamos con una pareja de montañeros murcianos muy agradables, con los que intercambiamos algunas impresiones.
Habían llegado en autocaravana, y pretendían al día siguiente por la mañana, realizar la misma ruta que nosotros.
Supongo que todo les transcurriría felízmente y sin incidentes.
Este es el perfil de la ruta
Y este el trazado en relieve...
Y ahora unos retales de video de esta bonita excursión...
               
               
               
               
Y con este fotovideo resumen (en HD Ready se ve mejor), amenizado con muy buena música, damos por finalizada esta entrada, hasta la siguiente que será...

¡HASTA LA PRÓXIMA AMIG@S!
 

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