18 marzo 2014

POR EL BARRANCO DE HONDARES I

Apenas han pasado diez días desde nuestra participación en ADENOW 2014, y pese al regusto e inmejorables buenas sensaciones que nos quedaron a la Viky y a mí, la vida sigue, el mundo sigue, y ya parece que ha transcurrido un lustro desde aquella madrugada en que nos reunimos unos cuantos “chalados” en el hotel El Llano, para hacer el recorrido por el monte, que nos habían propuesto los amigos de Caravaca.
El monte está feo. Mustio, marchito, triste, como sin vida.

Nada le parece más desolador a un senderista que andar por un camino ajado y polvoriento, bajo un sol castigador.

Por la zona por la que ayer hicimos nuestra ruta mi Viky y yo, tenía que estar en estas fechas, con que solo hubiera llovido un poquito, absolutamente esplendorosa y bella.

Pero no es así. Y es una pena porque ni siquiera los almendros en flor, alientan lo que es un campo que se muere de sed. A ver si en las próximas semanas, el santísimo se acuerda de nosotros y reparte todo eso que envía a espuertas en el norte, un poquito también en el sudeste.

En fin, a falta de lluvia en el monte, que vista de verde el paisaje y lo hermosee, le echaré yo unas gotitas del bendito elemento al sensor de la cámara, a ver si así, el panorama luce menos “chuchurrío”.

En esta ocasión, para variar, echamos mano una vez más de wikiloc y elegimos sendas rutas de nuestros amigos montañasdelsur y alsamuz.
La idea era combinar ambas, escogiendo lo que a priori a mí me pareciera más interesante de cada una de ellas.

Si bien ya conocía la zona, por haberla visitado antes, el tramo de vuelta por el cortijo de las lomas, bancal de la Carrasca, barranco de los Calderones que proponía el de montañas del sur, era inédito para mí y por tanto, suponía una modificación importante a la ruta de alsamuz, que debía tener en consideración por si al final, decidía volver por allí.

Así pues, dejamos el troncomovil en el aparcamiento del camping La Puerta, de Moratalla, y tal como indica el track del amigo alsamuz, cogemos la pista que queda inmediatamente a la derecha de la entrada al camping.

Los primeros kilómetros de pateo se hacen algo monótonos, aunque nos llama poderosamente la atención la tupida masa verde de pino carrasco que vemos en los calares y sierras de nuestra izquierda, por donde transcurre el curso del Río Alhárabe.

Cuando creo llegar al lugar en el que por fin voy a poder desenfundar la cámara, me quedo desolado al comprobar que "en los baños de Somogil" no hay una gota de agua.

Han debido vaciar las pozas para limpiarlas  y por ello luce el paraje de un agostamiento que apabulla. Pues nada, seguimos caminando y progresando por una pista que comienza a empinarse cosa seria.


El camino se va convirtiendo en senda y transita por el fondo del barranco de un Arroyo de Hondares que lleva muy poquita agua. Nos tropezamos con una monumental carrasca, que debe ser centenaria.
La sombra que proyecta es gigantesca. Si no estuviera tan relativamente cerca del punto de partida de esta excursión, sería un lugar ideal para hacer una paradiña y zamparse el bocata.
Marchamos por el lecho del arroyo casi seco, y al frente vemos un doble y elevado escalón formando un pequeño circo o anfiteatro.
La pista forestal se inclina y agudiza en una fuerte subida donde vemos a lo lejos las chorreras de una cascada debajo de una chopera, ahora desnuda y que seguramente escolta uno de los lugares más coquetos de todo el recorrido.
Es un lugar tremendamente apacible, eficaz lenitivo para el alma.
"La Charca de las Tortugas" que denominan los lugareños.
Solo por visitar este tranquilo y dulce rincón, ya merece la pena el paseo.
Aquí con el autodisparador...
Contagiado de la serena alegría que transmite el paraje.
Esta me la hace Viky
Aquí sí, lugar extraordinariamente ideal para comerse el bocata y dejarse mecer por el suave arrullo de los hilillos de agua al caer...
Pero el camino sigue, como la vida misma...y después de superar un par de rampas, atravesamos la chopera que vista de cerca nos ofrece este aspecto...
Entre los chopos, se advierten las ruinas del cortijo de Hondares, el lugar más fascinante para mí de todo el recorrido, sobre todo en primavera.
Viky comienza a acusar el excesivo calor y se protege cuanto puede, del sol abrasador...
Durante bastantes kilómetros de pista, nos fuimos encontrando con marcas de la reciente ultratrail celebrada en Moratalla.
El cortijo de Hondares de Abajo, lugar al que nos encaminamos...
Viky, observando mis evoluciones con la cámara...
Alguien se había comido una naranja hacía no mucho...el contraste de colores me parece interesante.



FIN 1ª PARTE

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