A la altura de la pequeña cascada, el sendero que se vislumbra a mano derecha, se halla en la actualidad cortado. Y ya observamos que con arboles caídos. La avenida tuvo que ser de aúpa, arramblando con todo lo que se interpuso en su paso.
Del camping, nos trasladamos a El Somogil, y tomamos las siguientes fotografías y unos cortos de vídeo, días antes de que volviera a visitar el paraje con los Amigos Senderistas, que por cierto, escrito a toro pasado, me encontré el curso del arroyo, mucho más expedito de lo que yo esperaba.
Las aguas termales que a dos metros de aquí, se juntan con las del arroyo de Hondares.
Aquí nacen esas aguas calentitas que surgen de las profundidades.
Y para finalizar este último episodio transcurrido por el Arroyo de Hondares con los amigos senderistas, sendos cortos de vídeo, tomando la catarata y poza de El Somogil, lugar emblemático por antonomasia que desde tiempos inmemoriales, ha servido de piscina balneario y área recreativa, públicos y gratuitos, para los propios moratalleros y otros foráneos. Y con esto y un bizcocho...
¡HASTA LA PRÓXIMA!