25 diciembre 2018

DESDE LA PLAYA DE MONSUL AL FARO II (CABO DE GATA)

Desde Punta colorá capturando la Punta Negra
Desde este punto ascendemos una empinada pendiente, campo a través hasta alcanzar una pista de tierra que seguimos en fuerte subida hasta La Torre de la Vela Blanca.




 Las vistas que nos ofrece esta pista sobre el litoral son muy bonitas, quedando a nuestra espalda una fantástica perspectiva de todo el rosario de calas y playas ya recorridas. La pista pasa por el Barranco de la Parra y nos conduce al Collado de la vela Blanca, donde encontraremos una valla que prohíbe el paso a vehículos y donde ya damos vista a todo el litoral enclavado entre la Vela Blanca y el Faro de Cabo de Gata con unas impresionantes panorámicas en derredor.

Llegamos por fin al Cerro de la Vela Blanca de 213 m de altura con su Torre vigía del siglo XVIII, desde donde se divisan unas vistas extraordinarias de todo el parque natural, ideal para la vigilancia de la costa tanto a levante como a poniente. Esta torre formaba parte del engranaje de torres y fuertes que conformaban un amplio sistema de vigilancia costero que defendía esta porción del litoral del levante almeriense y que se comunicaban entre sí mediante ahumadas. Hay constancia escrita de la existencia de una torre en este lugar en el siglo XII pero que desapareció sin dejar rastro. Posteriormente se construyó otra que fue destruida por corsarios moros al poco tiempo. En 1593 se volvió a levantar otra torre que fue derruida por el terremoto de 1658. La actual torre se construyó en 1767 siendo vendida a un particular en 1960 que la habilitó como vivienda.
 
Eludiendo un vallado, emprendemos el vertiginoso descenso desde del cerro de la Vela Blanca, por un terreno muy suelto, propenso a deslices ergo culazos. Hay que llevar cuidado. Las panorámicas al frente resultan fantásticas.
Por fin alcanzamos terreno más amable.
En las inmediaciones del Arrecife del Dedo y Cala Rajá, nos encontramos estas formaciones de toba blanca, que resaltan de los colores más oscuros de andesitas y dacitas.
La curiosa y caprichosa forma que adopta el Arrecife del Dedo.
Desde Cala Rajá
Desde esta captura podemos inferir lo trepidante de la bajada desde el cerro de La Vela Blanca.
Los rincones escondidos donde tomar el sol y practicar naturismo se suceden por este bellísimo litoral
Cala Arena, desde el mirador de Punta Baja, también conocida como Cala de los Adoquines ya que sirvió como cantera de adoquines, aprovechando la fácil extracción de las columnas de basalto que existen en el lugar.
Del rincón emana serenidad y belleza
Por fin, damos vista al Arrecife de las Sirenas, uno de los puntos emblemáticos de la ruta, que obviamente, no nos podemos perder.
El Arrecife de las Sirenas, fue en el pasado, origen de numerosas leyendas propias del magnetismo que desprenden estas oscuras rocas emergentes de origen volcánico, donde decían que habitaban las míticas sirenas y que en realidad no se trataba más que de una colonia de focas monje, que hasta 1974, año en que desaparecieron, habían permanecido asentadas en estas costas.
Subimos al turístico mirador de las Sirenas para disfrutar de otra bellísima panorámica que se obtiene desde el faro del Cabo de Gata, conocido también como el Finisterre andaluz, ubicado en la conocida como Punta del Cuchillo, sobre la plataforma del antiguo fuerte de San Francisco de Paula, construido en 1738 y que permaneció defendiendo estas costas de los piratas berberiscos y de otros pelajes, hasta la Guerra de la Independencia, en que fue abandonado hasta la construcción del faro actual en 1863.
Tomándole desde la distancia una foto a la playa del Corralete, emprendemos la vuelta porque en este punto se alcanza el extremo más alejado del track que seguimos.
Al regreso, nos detenemos en las proximidades del Arrecife de las Sirenas, donde hace tiempo que Hulk me reclama con recalcitrante insistencia, que le eche unas fotos en lugar tan incomparable. En la toma de abajo, su aspecto rocoso se confunde y por ello, armoniza, con las espectaculares formas que adoptan las agujas cinceladas del Arrecife de las Sirenas. Podríamos titularlo, Hulk, el Sireno del Cabo de Gata...
FINAL SEGUNDA PARTE

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