29 junio 2016

CON MI MOCHILA NUEVA HACIA LAS BANDERILLAS II (SIERRA DE SEGURA)

Después de algunos kilómetros, nos salimos del camino para coger a nuestra izquierda una bonita y sombreada senda
En este momento y lugar, si no fuera por la canícula reinante, que nos achicharra hasta abrasarnos, el presente tramo es para disfrutarlo a rabiar
Caminando por las Cabañas
Fraile de los Centenares
Las rocas por efectos de la erosión, ejercida durante milenios, adoptan formas de lo más singulares
Cruce de sendas bien señalizado
Después de refrescarnos el cuerpo en unos churretosos tornajos de latón, que por su aspecto empero, no nos invitan a beber de su musgoso caño, seguimos nuestro camino hasta los ya próximos cortijos de la Hoya de la Albardía, de sugerente topónimo. Como exista agua por las inmediaciones, haré un alto en el camino para comer y descansar. Así lo tengo decidido. 
Otro bello lugar de indefinible encanto
Imposible poder resistir la tentación de llevarme para casa, cada una de estas centenarias reliquias arquitectónicas que nos saludan y dan la bienvenida...
No me hago de rogar, y dejando la mochila al amparo de una sombra, hago un barrido fotográfico del apacible paraje
Mientras voy disparando, me voy imaginando la vida de las familias que habitaron estos contornos, antes que la arbitraria resolución de la dictadura franquista, los expulsara de la tierra que había constituido su hogar desde tiempo inmemorial
Curiosamente, el lecho del arroyo del Hombre, al paso por la Albardía se presentaba seco, aunque surgía de manera intermitente más adelante. Decidí seguir hasta encontrar una buena sombra con agua de la que poder abastecerme para comer y recargar
No tuve que andar mucho...aquellos olmos que proyectaban buena sombra, parecían el lugar adecuado para hacer el receso
A la derecha de esta imágen discurría el cauce del arroyo del Hombre, esta vez sí, con cristalina agua donde llenar la cantimplora
Extendí la alfombrilla y bien cómodos, mientras escuchábamos la radio, (último día de campaña electoral), me preparé un bocata de atún con mahonesa que no se lo salta un gitano. Viky tambíen recibió su parte. Luego, media hora de siesta hasta que al despertarme, pese a la calorina, no pude aguantar quedo y decidí continuar adelante.

FIN SEGUNDA PARTE

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